La historia de Jacob y Esaú
Pasaje bíblico. Génesis 25.19-34
Texto bíblico. —Véndeme primero tus derechos de hijo mayor —le respondió
Jacob. NVI
Propósito de
la lección. Que los niños entiendan lo importante que es
saber tomar decisiones y aceptar las consecuencias de ellas.
¿Recuerdas a Isaac el hijo que Abraham iba a
sacrificar? Pues cuando Isaac creció se caso con una mujer llamada Rebeca,
quien se embarazó de mellizos, es decir que, aunque nacieron en el mismo parto
no se parecen.
Si tienes hermanos ¿Alguna vez has competido con
ellos por algo? Una silla, un plato, ir a la tienda, etc. Al parecer desde pequeños estos hermanos habían
vivido en una competencia desde su nacimiento, cuando nació Esaú el primogénito (es
decir el primero) dice la biblia que fue pelirrojo, después nació su
hermano Jacob quien venia agarrado del talón de su hermano, como si estuviera
luchando por querer nacer primero y ganarse el derecho de llamarse el primogénito.
Veamos que sucedió en una ocasión cuando los
hermanos crecieron.
Los niños crecieron. Esaú era un hombre de campo y se convirtió en un
excelente cazador, mientras que Jacob era un hombre tranquilo que prefería
quedarse en el campamento. 28 Isaac quería más a Esaú, porque le gustaba comer de lo que él cazaba;
pero Rebeca quería más a Jacob. Génesis 25.27-28 NVI
La historia de estos dos hermanos nos da una
importante lección acerca de las decisiones que tomamos en nuestra vida
Debes controlar tus deseos.
Un día, cuando
Jacob estaba preparando un guiso, Esaú llegó agotado del campo y le dijo:
30 —Dame de comer de ese guiso rojizo, porque estoy muy cansado. (Por
eso a Esaú se le llamó Edom). Génesis 25.29-30 NVI
Esaú no sabía las consecuencias que esto le traería,
pero ese día él se dejó llevar por el hambre. Tener hambre no es malo por
supuesto, pero a Esaú no le fue muy bien en esta historia. A veces nuestro
cuerpo tiene deseos, algunos muy naturales como el hambre, algunos otros no muy
sanos, no siempre debemos obedecer lo que nuestro cuerpo quiere porque podríamos
meternos en problemas, debemos reflexionar si lo que queremos nos beneficiará o
nos perjudicará, también si podemos esperar un momento más y no desesperarnos
como lo hizo Esaú aquel día.
Debes pensar bien los tratos que haces.
—Véndeme
primero tus derechos de hijo mayor —le respondió Jacob. 32 —Me estoy muriendo de hambre —contestó Esaú—, así que ¿de qué me
sirven los derechos de primogénito? Génesis 25.31-32 NVI
¿Recuerdas que
parecía que Jacob quería nacer primero cuando venia agarrado del talón de su
hermano? Pues parece que todo el tiempo Jacob vivía pensando en como
convertirse en el primogénito de su familia, ser el primogénito significaba
tener el derecho de una herencia mayor que la de los otros hermanos. Así que
Jacob vio la oportunidad para ofrecerle un trato a su hermano, le propuso darle
un poco de comida a cambio de su derecho de primogénito.
¿Serías capaz
de cambiar tu herencia por un plato de comida? Tal vez no, tal vez crees que
sería muy tonto hacer algo así, pero muchas veces hacemos cosas que están mal
sin darnos cuenta y cambiamos cosas importantes por cosas insignificantes. Hoy cambiamos
cosas importantes por estar con el celular o viendo televisión. ¿Te ha sucedido
que tenias mucha tarea y te la pasaste jugando? Eso nos lleva al ultimo punto.
Debes aceptar las consecuencias.
—Véndeme
entonces los derechos bajo juramento —insistió Jacob. Esaú se lo
juró, y fue así como le vendió a Jacob sus derechos de primogénito. 34 Jacob, por su
parte, le dio a Esaú pan y guiso de lentejas. Luego de comer y beber,
Esaú se levantó y se fue. De esta manera menospreció sus derechos de hijo mayor.
Génesis 25.33-34 NVI
Aquel día Esaú
sin pensarlo le vendió a su hermano su primogenitura, tal vez para él fue solo
un juego sin querer, pero en realidad ese día menospreció una bendición muy
grande que Dios le había dado al permitirle nacer primero.
Después la
biblia dice acerca de Esaú
…cambió sus derechos de primer hijo varón por un simple plato de comida. Ustedes saben que después, cuando quiso recibir
la bendición de su padre, fue rechazado. Ya era demasiado tarde para
arrepentirse, a pesar de que suplicó con lágrimas amargas. Hebreos
12.16-17 NTV
Cuando no pensamos bien las cosas y tomamos malas decisiones, debemos
aceptar las consecuencias de lo que hicimos. Si después de haber jugado todo el
día olvidaste tu tarea, al otro día en la escuela tendrás que enfrentar las
consecuencias.
La historia de Jacob y Esaú nos da una gran lección acerca de lo
importante que son nuestras decisiones.
Recomendaciones
- Lee bien la historia bíblica y su contexto
- Revisa bien el tema juntamente con las hojas de trabajo, recuerda que los niños contestaran sus hojas de acuerdo a la clase.
- Considera que las preguntas en las hojas de trabajo se relacionan con los puntos en el bosquejo.
- Recuerda que cada edad comprende y aprende según su capacidad, por lo que la clase debe ser adaptada de acuerdo a la necesidad.
- Ora antes del día de clase por los niños para que puedan asistir, ora durante el día de clase con los niños y ora después de la clase por los que asistieron y los que no pudieron asistir
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