Jesús quiere que tu familia viva sin estrés
Pocas veces hemos
puesto atención a temas como el estrés, porque en muchos casos tenemos la idea errónea
de que un cristiano no puede estresarse, como decía un antiguo canto: No puede
estar triste un corazón que tiene a Cristo. Muy bonito y todo, pero hasta
el mismo Cristo se sintió triste. Pensamos que como cristianos nada nos puede
afectar, pero la verdad es que el tiempo que vivimos es muy estresante, y
los cristianos no están exentos de pasar tiempos de estrés.
Claro que Dios puede
aliviarnos del estrés, pero no lo hará si precisamente es el estrés el que nos
aleja de su presencia. El estrés es mucho mas peligroso de lo que nos podemos
imaginar, es el estrés el causante de la ansiedad y la depresión, además
puede ser tan peligroso como para orillar a personas a cometer suicidio.
Esto puede ser
muy grave en especial cuando no ponemos atención en los niveles de estrés que
hay en nuestra familia. Un hogar con un ambiente estresado puede afligir
lentamente la armonía familiar. Por lo que muchos hogares pueden estarse
encontrando en una lucha donde no se están dando cuenta que el principal
enemigo es el estrés.
En la biblia
encontramos una familia a las que Jesús solía visitar, esta era la familia de
Marta, María y Lázaro, veamos lo que sucedió un día que Jesús llegó y había tensión
en el hogar.
Mientras iba de camino con sus discípulos, Jesús entró en una aldea, y
una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Lucas 10.38
El estrés nos hace estar agotados
Tenía ella una hermana llamada María que, sentada a los
pies del Señor, escuchaba lo que él decía. 40 Marta, por su parte, se
sentía abrumada porque tenía mucho que hacer… Lucas 10.39-40
Cuando nos sentimos rebasados por nuestro entorno y
nuestra mente no puede lidiar con todos los compromisos y deberes que tenemos
encima, es cuando nos estresamos, cuando esto se vuelve más fuerte y pensamos
que no podemos resolver nuestros problemas es cuando entramos en depresión.
Dice la Biblia que Marta se sentía abrumada porque
tenía mucho que hacer, sabemos que su intención era buena y que trataba de
agradar al Señor, pero aún aquí debemos darnos cuenta que a veces el servicio a
Dios puede agobiarnos. Piense por un momento ¿Cómo puede estar Jesús en casa de Marta y no darles paz con su presencia? Esto significa que sí podemos tener a Jesús en nuestra casa y
sentirnos estresados. Quienes servimos a Dios debemos tener mucho cuidado de no
dejar que el servicio nos sobrepase, el servicio cristiano en ocasiones puede
ser muy agotador, y si no nos preparamos podemos encontrarnos en lento descenso
espiritual.
El estrés crea
tensión en nuestra familia
…Así que se acercó a él y le dijo: —Señor, ¿no te importa que mi
hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude! Lucas 10.40
Algo muy peligroso es cuando nuestro estrés nos supera y comenzamos a
descargarlo sobre quienes nos rodean, como sucedió con Marta quien comenzó a
molestarse por la poca participación de su hermana en los que haceres. El estrés
nos lleva a buscar responsables de nuestro malestar, el ambiente del hogar puede
ser transformado y convertirse en toxico, debido a que comienza a notarse el desorden,
se toleran menos las faltas, comienzan a disminuir las expresiones amorosas, se
está más a la defensiva y sensibles por lo que aumentan los gritos, se pierden
las ganas de hacer cosas y estar con los demás.
Debido al aislamiento que genera la preocupación se rompe la comunión familiar
y se abandona a los hijos a su suerte, en el caso de los más pequeños al cuidado
de alguien más, en el caso de los grandes a realizar actividades sin supervisión,
con tal de que no estén “molestando”
Si esto ocurre en una familia donde apenas se están dando pasos de fe, la
iglesia puede convertirse en una verdadera molestia, debemos asegurarnos de llevar
a nuestros familiares a Dios en el mejor estado emocional, o de lo contrario la
iglesia tendrá un efecto negativo.
El estrés nos
hace pensar en muchas cosas
—Marta, Marta —le contestó Jesús—, estás inquieta y preocupada por muchas cosas. Lucas 10.41
¿Ha notado que a
veces se estresa por algo aparentemente insignificante? Es porque, aunque no
nos damos cuenta nuestra mente está pensando en una gran cantidad de cosas,
como solemos decir a veces un incidente menor es sólo la gota que derrama el
vaso, esto también explica porque algunos hombres evitan a sus esposas e hijos
porque no quieren aumentar las preocupaciones, pero en el caso de muchas
mujeres hablar les ayuda a liberar el estrés, por lo que evitar el dialogo
aumenta la tensión en la familia.
Jesús le dijo a
Marta que estaba preocupada por muchas cosas, eso aumentaba la tensión y el estrés
en ella. Por lo regular hay un problema principal que se vuelve una carga, pero
en el trascurso del día ocurrirán una gran cantidad de pequeñas cosas que hacen
que nuestra carga se aumente. A veces las personas no han llegado a la escuela
o al trabajo y ya se encuentran estresadas.
Jesús nos enseña
que debemos dejar de preocuparnos de tantas cosas.
Así que no se preocupen por lo que pasará mañana. Ya tendrán tiempo para
eso. Recuerden que ya tenemos bastante con los problemas de cada día.
Mateo 6.34 TLA
Debemos
aprender a enfrentar las preocupaciones de una por una, puedes enfocarte en
resolver pequeños problemas que son como una pequeña piedra en el zapato, que
tal vez no son muy gravosos, pero a la larga serán muy incomodos.
A
veces no nos damos cuenta, cosas tan pequeñas como el ruido de la casa del
vecino, el desorden de la casa, un foco con poca luz, una silla incomoda, etc.,
todas esas cosas pueden afectar tu estado de ánimo, así que trata de resolver
esos pequeños inconvenientes. Cierra tus puertas, arregla tu casa, cambia el
foco, repara tu silla. Esos pequeños cambios te ayudarán a sentirte mejor. Y haz
un plan para resolver los problemas mayores y si ya has pensado y nada parece
servir, pon en las manos de Dios tu problema y descárgate de él confiando en
que Dios encontrará la forma que tu no puedes hallar.
El estrés nos
aleja de lo más importante
pero solo una es necesaria. María ha escogido la mejor, y nadie se la quitará. Lucas 10.42
El problema más grave es cuando el estrés nos quita las
ganas de buscar a Dios, un corazón que tiene a Cristo no debería estar triste,
pero el problema es que la tristeza es lo que aleja a la persona de Dios. Muchas
personas no asisten a la iglesia precisamente a causa del estrés, pero no están
dispuestos a reconocerlo. Simplemente ese día no tuvieron ganas. Eso es muy
humano y no hay de que avergonzarse, pero debe muy en el fondo recordar que está
evitando la mejor parte, la parte en la que Jesús le consuela, la parte en la
que Jesús le llena, la parte en la que Jesús le da satisfacción, la parte en la
que Jesús le fortalece, esa es la mejor parte.
María había escogido la mejor parte, aunque Marta
estaba dando lo mejor para el Señor no estaba dando lo que el Señor esperaba de
ella.
Decide hoy tomar medidas para resolver en lo posible lo que sus
emociones le están exigiendo, es decir tu cuerpo te está dando señales a través
del estrés de que tienes que hacer arreglos a tu vida. Empieza por los menores
eso te motivará y te hará sentir que no estas de brazos cruzados.
Fortalece tu esperanza en Dios, la fe aumenta nuestros niveles de
esperanza, creer en Dios nos ayuda de una forma extraordinaria.
Por nada estén afanosos;
antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas
a conocer sus peticiones delante de Dios. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,
guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús.
Filipenses 4.6-7
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