¡Arriba vencedora!
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. Juan 16:33
Aflicción: abatimiento y
tristeza.
Jesús nos advirtió sobre las aflicciones
que este mundo nos provocaría, pero también nos habló sobre su deseo de que
podamos encontrar paz en él. Todo ser humano en este mundo vivirá aflicciones,
desde el momento en que venimos a este mundo ya venimos con
dolor y complicaciones, creyentes o no creyentes hemos experimentamos alguna clase
de dolor, dolor por alguna perdida, por alguna enfermedad, por alguna
decepción, por la escases, algún divorcio… Así que el dolor es algo inevitable,
nadie puede librarnos de situaciones de dolor. La pregunta es ¿Cómo hemos
enfrentado todo el dolor a lo largo de nuestra vida? Porque no se trata de
vivir doliéndonos de todo y terminar hechos un desastre interior. Tenemos que
saber enfrentar el dolor y saber hacia dónde nos va llevar cada situación en la
vida.
Una forma de vencer el dolor
es dejar de ignorarlo. Deja de hacerte la fuerte e ignorar aquello que te ha
lastimado. Tenemos que aprender a reconocer cuando algo nos ha herido, recuerda
que las heridas dejan marcas y aunque tú lo niegues la herida es evidente.
Olvídate del pensamiento de que “el tiempo todo lo cura” porque hay muchas
personas que los años no le han curado nada, el resentimiento sigue y la
amargura crece en su interior. Necesitamos dar la
cara a las situaciones, ser
fuertes y enfrentarlas. Otra forma de vencer el dolor es no huyendo.
Salmo 55:4-7
Mi corazón está dolorido
dentro de mí,
Y terrores de muerte sobre mí han caído.
Y terrores de muerte sobre mí han caído.
Temor y temblor vinieron
sobre mí,
Y terror me ha cubierto.
Y terror me ha cubierto.
Y dije: ¡Quién me diese
alas como de paloma!
Volaría yo, y descansaría.
Volaría yo, y descansaría.
Ciertamente huiría
lejos;
Moraría en el desierto.
Moraría en el desierto.
El salmista tuvo el mismo deseo que muchos de nosotros también hemos
experimentado, cuando las situaciones nos rebasan, hemos tenido deseos de
volar, de escapar de ese tiempo de dolor, sin embargo no podemos huir del
dolor. Muchas veces cundo huimos no estamos arreglando nada, solamente estamos
postergando la necesidad de arreglar el asunto, así que no corras de esa
situación. Hay muchas formas de escapar de los problemas, muchos deciden salir
de viaje, otros ir de compras, algunos otros buscan desahogarse en el vicio… Pero regresan del
viaje y el problema sigue, llegan de compras y el problema sigue, pasan los
efectos del vicio y el problema sigue porque el dolor se tiene que enfrentar y
no se le tiene que huir.
Una de las claves para enfrentar el dolor es “perdonando” hace unas semanas
tome una firme decisión al compartir este mensaje, tome la decisión de perdonar
a algunas personas que lastimaron mi vida de una manera muy, muy fuerte.
Principalmente a través de engaños y a base de mentiras nos obligaron a tomar
ciertas decisiones en nuestras vidas, me llegue a sentir tan defraudada, tan
engañada que cada día se volvía sombrío, había mucha aflicción en mi espíritu,
tristeza en mi alma, no sabía cómo enfrentar ese dolor y todo, absolutamente
todo en mi vida se estaba saliendo de control, todo estaba perdiendo equilibrio
y todo tenía una misma razón- “el engaño de esas personas” es más, cualquier cosa que no funcionara
tenía la misma razón, a todo yo le encontraba la misma culpa y era algo imposible. Pero esta palabra me hizo entender que una herida que
alguien me hizo o que alguien me provoco no podían terminar con la trayectoria
de tantos años, con la diligencia y fidelidad que desde los días de mi juventud
entregue al Señor, entendí que tenía que dar vuelta a la página y tuve que
decidir si esa situación terminaría con todo lo que yo era para el Señor, tuve
que decidir si hasta ahí ponía fin a mi historia con Dios o quería continuar,
pero que si continuaba tenía que ser libre del dolor, del resentimiento, del pasado.
Entendí que ni esas personas, ni
esas situaciones eran tan importantes como para detenerme. Dije: ¡Okey! sí, me
engañaron, destruyeron mis planes, me defraudaron, pero Dios tiene el poder de
convertir este caos en algo provechoso, no puedo quedarme aquí sin que mis ojos
vean las promesas de Dios cumplirse en mi vida y familia, debo continuar, así
que aquí estoy, y creo que tú también puedes decidir lo mismo, decide
continuar, tú historia continua. Si yo pude vencer tú puedes también.
¡Arriba vencedora!
📅 Ejercicio práctico de esta semana: Te reto a identificar tu dolor, tu herida… Y a perdonar a todos aquellos
que te lastimaron, decide perdonar y continuar con la vida extraordinaria que
Dios tiene para ti.
🏡 Grupo. ¿Cómo crees que algunas personas enfrentan el dolor de forma equivocada? ¿Por qué es difícil perdonar lo que otros han hecho? Oren por sanidad espiritual unas por otras.
No hay comentarios:
coméntanos si te ha sido de utilidad esta publicación,