Casas contaminadas


Casas contaminadas

Serie: Desenmascarando las tinieblas

Todos, en algún momento, hemos escuchado ruidos raros en casa que nos ponen a pensar qué puede ser, pero muchos de esos no pasan de ahí. Sin embargo, la realidad de casas en las que llegan a haber manifestaciones espirituales existe. A esto el mundo le llega a llamar casas embrujadas, pero en nuestros términos les decimos casas contaminadas.


Es decir, sí hay sucesos en los que los espíritus llegan a manifestarse en el hogar, y algunas señales no podemos descartarlas como simplemente algo raro. Hace unas semanas me llamaron porque querían que atendiera a una persona que estaba teniendo cosas raras en la casa en la que se encontraba. No es que para nosotros cualquier cosa sea un demonio, así que lo primero que hice fue considerar la posibilidad de que haya habido una coincidencia; pero cuando ella me describió la situación, supe que era más que eso, así que procedí a explicarle lo que era una casa contaminada y lo que tenía que hacer. Oré por ella y espero que se encuentre bien.


1. Señales de una casa contaminada

Como dije, todos experimentamos cosas “raras”, pero una cosa es cuando se da en una ocasión y otra cuando es más frecuente y notable. Algunos mencionan situaciones como:


Área Señales

Sueño / Descanso Insomnio, pesadillas recurrentes, dificultad para dormir bien.
Relaciones / Ambiente familiar Relaciones conflictivas persistentes, peleas sin razón aparente, discusiones continuas. 
Niños y comportamiento Niños inquietos, perturbados sin una causa evidente, miedos inusuales.
Presencia de lo sobrenatural / Apariciones de espíritus o “fantasmas”; ruidos extraños; objetos que se mueven (poltergeist) sin explicación física.
Atmósfera y ambiente - Olores pútridos inexplicables. - Pesadez en el ambiente, sensación de opresión, de que es “difícil respirar”. - Náuseas o dolores de cabeza persistentes cuando están en casa.

Todo esto el mundo lo llama paranormal, pero de acuerdo con la Biblia lo llamamos opresión demoníaca territorial.


2. Los espíritus habitan lugares

Cuando la gente dice que ve personas o cosas que llaman fantasmas o familiares fallecidos, en realidad lo que puede estar viendo es una manifestación espiritual.

En una ocasión rentamos un Airbnb. El lugar era muy bonito y colorido, pero la habitación tenía un ambiente raro. En la noche, mi esposa soñó o tuvo una visión de un hombre que entraba y decía que nos fuéramos, que ese era su espacio. Era claro que ahí había un espíritu territorial.

En la Biblia, los espíritus inmundos son territoriales buscan habitar lugares:

“Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos buscando reposo…” (Mateo 12:43).

Los espíritus no están en cualquier lugar; buscan lugares secos, estériles, puede ser también lugares donde no hay vida, no necesariamente vida biológica. Buscan lugares de caos. Les gusta estar en personas o lugares donde hubo o hay pecado, idolatría o pactos, o hay objetos de culto pagano, especialmente en lugares donde se practicó brujería o adivinación. Eso estableció un punto de habitación para los espíritus.

Un ejemplo de casa contaminada en la Biblia es la casa de Acán:

La tienda de Acán (Josué 7:10-13):
El problema es que el pecado escondido en su casa no solo contaminó su hogar, sino también al campamento entero, y trajo derrota.

Es por eso que en ocasiones se enseña a hacer limpieza del hogar de ciertas cosas que puedan contaminar la casa. La Biblia dice en Deuteronomio:

Los ídolos en Israel (Deuteronomio 7:25-26):
Dios prohibió guardar objetos dedicados a otros dioses porque eran abominación.

Esto también lo practicó la iglesia en sus inicios:

Los libros de magia en Éfeso (Hechos 19:19):
Cuando creyeron en Jesús, quemaron públicamente objetos ocultistas y la ciudad fue liberada.


3. ¿Cómo limpiar un lugar?

Debemos reconocer. No negar el problema, sino entender que es espiritual. Sabemos que no todo es un demonio, pero como dice una experta en liberación: “me voy a asegurar de que, si hay uno, lo eche fuera.”

Es importante recordar que no todo recuerdo familiar es malo. Lo que contamina es cuando el objeto está ligado a una consagración o pacto espiritual.

No es fanatismo andar tirando todo lo que no entendemos. Es sabiduría discernir: ¿para qué fue hecho este objeto?, ¿qué representa?, ¿qué uso tuvo?

Si un objeto es simplemente cultural, decorativo o neutral, no hay problema.

Si un objeto fue usado para prácticas ocultas, idolatría o representa un ídolo conviene sacarlo y destruirlo en oración.

Entonces, lo que contamina no es “la cosa en sí”, sino la dedicación espiritual que hubo detrás.

Debemos quitar lo contaminado: romper, desechar y quemar objetos ligados al ocultismo (Hechos 19:19). Cuando es claro que no es bueno, no lo regales ni lo vendas: destrúyelo. Si se puede utilizar como una pieza de oro, fúndela y haz otra cosa.

Debemos consagrar la casa a Dios.
Lo más común que hacemos es orar, ungir con aceite de olivo, declarar que la sangre de Cristo limpia el pecado, similar a la sangre en la Pascua en Egipto.

Lo más importante es invocar la presencia de Cristo.
La verdadera liberación no es vaciar, es llenar el lugar con el Reino de Dios (Mateo 12:44-45).
La gente quiere expulsar demonios, pero lo más importante es llenar de Cristo. Hay dos formas de sacar el aire de un vaso: una con una bomba de vacío y otra agregando agua; el aire saldrá solo.

La Biblia dice:

“El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del diablo” (1 Juan 3:8).

No basta con sacar demonios; la clave es llenar el lugar con oración, Palabra, alabanza y la presencia del Espíritu Santo.

Una casa contaminada no es un lugar perdido. Es un lugar que necesita que el Reino de Dios descienda. Donde hay tinieblas, la luz de Cristo debe llegar a reinar. El enemigo quiere ocupar territorios, pero el Reino de Dios viene a establecerse en hogares, familias y ciudades.

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