Relaciones que Desatan el Favor de Dios


Relaciones que Desatan el Favor de Dios

 

A lo largo de nuestra vida, conocemos a muchas personas. Algunas quisiéramos no haber conocido, pero hay otras que son muy importantes para nosotros. Es fundamental entender que cada persona en nuestra vida está ahí por una razón, especialmente cuando se trata de que Dios quiere favorecernos. Como mencionamos la semana pasada, si algunas personas no están, es porque no deben estar; y cuando las necesitas, Dios se encargará de ponerlas en tu camino.

 

La Biblia nos da muchos ejemplos de personas que fueron favorecidas por las relaciones que tenían. Por ejemplo, la familia de José se salvó porque él llegó a Egipto; Mefiboset fue favorecido por David porque él valoraba a Saúl; Lot fue salvado de la destrucción de Sodoma por su relación con Abraham; y la familia de Rahab se salvó gracias a su valentía.

 

Nunca sabemos cuándo alguien puede ser el canal del favor de Dios para nuestra vida, o si nosotros mismos somos ese canal para alguien más. Las relaciones son clave cuando hablamos del favor de Dios. Hoy quiero compartirles sobre las relaciones que desatan el favor divino. Nuevamente, el libro de Ester nos ofrece lecciones sobre cómo el favor puede manifestarse en nuestras vidas. En esta ocasión, quiero enfocarme en la vida de Mardoqueo, ya que hay lecciones valiosas que podemos aprender de él.

 

Mantente cerca de personas favorecidas

 

"Cuando las vírgenes eran reunidas por segunda vez, Mardoqueo estaba sentado a la puerta del rey." (Ester 2:19)

 

Como sabemos, Ester era una mujer altamente favorecida, y una persona que posee el favor de Dios será, indirectamente, de bendición para otros.

 

Este principio lo reconoció Labán cuando le dijo a Jacob: "He hallado gracia en tus ojos, y me he dado cuenta de que Jehová me ha bendecido por tu causa" (Génesis 30:27).

 

Cuando Ester llegó al reino, se convirtió en una mujer muy favorecida, y la persona más cercana a ella, Mardoqueo, también sería beneficiada. La Biblia dice que Mardoqueo estaba sentado a la puerta del rey. Aunque algunos interpretan esto como un puesto político, en realidad lo que Mardoqueo hacía era simplemente buscar noticias de su hija adoptiva. Su cercanía a ella resultó en bendición para él.

 

Mardoqueo no estaba ahí por interés material, sino por interés sentimental. Sin embargo, su deseo de mantener su relación familiar con Ester trajo bendición a su vida. Mientras estaba allí, descubre una conspiración contra el rey, y al informar a Ester, esta lo comunica al rey, lo que fue registrado en un libro de crónicas. Si Mardoqueo no hubiera mantenido su cercanía con Ester, el rey posiblemente habría muerto. Este fue el inicio de los beneficios para Mardoqueo, que más adelante se mencionan.

 

El punto aquí es que las personas favorecidas se convierten en un canal de bendición para otros. Debemos aprender a reconocer a las personas favorecidas que nos rodean, personas bendecidas y prósperas, que pueden provocar bendiciones en nuestras vidas. Por otro lado, esto también nos lleva a evaluar: ¿qué tipo de personas nos rodean? ¿Crees que ellos pueden provocar el favor de Dios sobre tu vida? Muchas veces, las personas más cercanas a nosotros son negativas, nos drenan y no nos dejan progresar.

 

Si queremos ser favorecidos, debemos aprender a relacionarnos con personas favorecidas por Dios.

 

Dios le favorecerá en el tiempo perfecto

 

6 Esa noche el rey no podía dormir, así que mandó traer el libro de la historia del país, para que le leyeran algo de los acontecimientos más importantes de su reinado. 2 Cuando leyeron el relato de cuando Mardoqueo había avisado que los guardias Bigtán y Teres habían planeado matar al rey Asuero, 3 éste preguntó:

—¿Qué recompensa recibió Mardoqueo por esto? ¿Qué honor se le dio?

Los asistentes le respondieron:

—No se ha hecho nada.

4 En ese momento, Amán entró al patio exterior del palacio, buscando al rey para convencerlo de colgar a Mardoqueo en la horca que tenía preparada. Entonces el rey preguntó:

—¿Quién anda allí?

5 Los asistentes le dijeron al rey que se trataba de Amán, y el rey ordenó:

—Háganlo pasar.

6 Cuando Amán entró, el rey le preguntó:

—¿Qué podría yo darle a un hombre para honrarlo?

Amán pensó de inmediato que el rey pensaba en él, así que 7 le respondió:

—Su Majestad podría hacer lo siguiente: 8 Ordene que alguien traiga su capa, y también uno de sus caballos, con un arreglo elegante en la cabeza. 9 Después envíe a su asistente más importante para que le ponga a ese hombre la capa de Su Majestad y lo pasee en su caballo por el centro de la ciudad. El asistente irá anunciando: “¡Así trata el rey a quien él desea honrar!”

10 Entonces el rey le ordenó a Amán:

—¡Pues ve enseguida y haz todo eso con Mardoqueo el judío! ¡Toma la capa y el caballo, y ve a buscarlo! No olvides ningún detalle de todo lo que has dicho.

Ester 6:1-10 TLA

 

En homilética, nos enseñan a no leer pasajes largos durante los temas para evitar que la audiencia se desconecte, pero en verdad amo esta parte de la historia de Mardoqueo y creo que vale la pena leerla.

 

Este relato nos da algunas lecciones clave sobre el tiempo en que Dios manifestará Su favor sobre nosotros:

 

1. Dios no olvida: Todos hemos sentido frustración cuando nuestras buenas acciones pasan desapercibidas o no reciben la recompensa esperada en el momento. Sin embargo, debemos recordar que Dios ve todo y no olvida lo que hemos hecho. Aunque la recompensa no llegue de inmediato, llegará en el tiempo perfecto.

 

2. El favor de Dios llega en el momento perfecto: Muchas veces, el favor de Dios no se manifestará cuando tú lo quieres o cuando lo pediste, sino cuando es más necesario, tal como sucedió con Mardoqueo.

 

Estos días he pensado mucho en esto: todos podemos ser mejores de lo que somos. A veces, hacer el bien parece no tener recompensa inmediata o parece que no sirve de nada. Nos esforzamos, ayudamos, damos lo mejor de nosotros mismos, y sin embargo, parece que los frutos de nuestro esfuerzo no llegan. Es fácil desanimarse, cansarse y pensar que quizás no vale la pena seguir adelante. Pero la Palabra de Dios en Gálatas 6:9 nos recuerda algo poderoso: "No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos".

 

Como Mardoqueo, que hizo lo correcto al descubrir una conspiración contra el rey y no fue recompensado de inmediato, nosotros también podemos sentir que nuestras buenas obras pasan desapercibidas. Sin embargo, Dios nunca olvida lo que hacemos por amor a Él. La recompensa llegará cuando más la necesitemos, cuando sea para nuestro bien y para Su gloria.

 

Así que hoy, tal vez te sientas cansado de hacer el bien, pero te animo a que sigas adelante. Tus obras, por muy pequeñas que parezcan, Dios las ve. Él está atento a cada semilla que siembras, y Su favor llegará en el momento perfecto. La cosecha viene, y será abundante. Esto nos lleva a nuestro último punto.

 

Siembra valor cosecha favor

 

Y dijo Harbona, uno de los eunucos que servían al rey: He aquí en casa de Amán la horca de cincuenta codos de altura que hizo Amán para Mardoqueo, el cual había hablado bien por el rey. Entonces el rey dijo: Colgadlo en ella. 10 Así colgaron a Amán en la horca que él había hecho preparar para Mardoqueo; y se apaciguó la ira del rey. El mismo día, el rey Asuero dio a la reina Ester la casa de Amán enemigo de los judíos; y Mardoqueo vino delante del rey, porque Ester le declaró lo que él era respecto de ella. 2 Y se quitó el rey el anillo que recogió de Amán, y lo dio a Mardoqueo. Y Ester puso a Mardoqueo sobre la casa de Amán. Ester 7:9-10; 8:1-2

 

Por eso me encanta el libro de Ester es un libro lleno de giros dramaticos e interesantes, así que ahora no solo Ester es una mujer muy favorecida sino su padre Mardoqueo, ya sabemos que era su primo pero permitame darle el nombre que Mardoqueo realmente merece el padre de Ester, ya que fue precisamente la siembra que él realizó en ella como un padre lo que impulsó a Ester a lograr su gran exito. Él asumió el rol paterno sobre ella, cuando ella quedó huerfana, fue Mardoqueo quien supo aconsejar a Ester sobre su nacionalidad. Fue Mardoqueo quien se la pasaba en la puerta del rey preocupado queriendo saber de ella, Mardoque había sembrado valor en Ester. Y su siembra sería recompenzada.

 

Debemos aprender a sembrar en buena tierra, en tierra que da frutos, en vidas productivas. No me malentienda, debemos hacer el bien y ayudar a todos, pero es importante tener visión a la hora de sembrar. Hay personas en las que inviertes tiempo y esfuerzo, pero al final resulta ser una inversión fallida. No está mal, por supuesto, porque aprendiste algo y Dios ve tu buena obra. Sin embargo, el tiempo y el esfuerzo invertidos habrían sido más productivos si lo hubieras hecho en personas de valor, personas que, cuanto más bendecidas son, más bendición traen a tu vida.

 

A veces pensamos que esas personas no lo necesitan, pero no se trata de necesidad, sino de saber que son una buena tierra donde lo que hacemos producirá más fruto y bendición.

 

Todo lo que Mardoqueo hizo por Ester, ella nunca lo olvidó. A pesar de su posición y fama, seguía confiando en el hombre que se convirtió en su padre.

 

Hoy, piensa en las personas que te rodean, personas a quienes Dios ha bendecido, personas favorecidas. Mantente cerca de ellas. El favor de Dios que está sobre ellas puede fluir hasta ti. Aprende a esperar el tiempo de Dios, sigue haciendo lo correcto, no te canses, no te rindas. El favor de Dios se manifestará en tu vida en el tiempo perfecto. Y recuerda, siembra valor en las personas sobre las que Dios ha derramado Su favor, y un día todo lo que has sembrado volverá a ti como una gran cosecha de favores.

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