Emuná y el Glorioso Propósito


 Emuná y el Glorioso Propósito

 

La vida está en constante cambio. Si miramos atrás, hace unos años estábamos haciendo algo completamente distinto, y es probable que en unos años más estemos inmersos en nuevas experiencias.  Y aunque a veces esos cambios pueden parecer aleatorios o hasta dolorosos, no son el resultado de la casualidad  sino que es parte del propósito que Dios tiene para nuestras vidas.

 

Para quienes creemos en Dios, entendemos que todo obra para bien en aquellos que han sido llamados conforme a Su propósito. Aunque algunas situaciones no ocurren como quisiéramos, es crucial aprender a ver el propósito de Dios incluso en medio de circunstancias complicadas.

 

Una de las historias más fascinantes en la Biblia es la de Ester, y precisamente a través de su experiencia podemos ver cómo la vida da giros inesperados, algunos buenos y otros aparentemente difíciles, para cumplir con el propósito divino.

 

Cuando el rey Asuero de Persia hizo un llamado para elegir una nueva reina, Ester fue seleccionada entre las mujeres del reino. Ester no eligió estar en esa situación. Imagina lo que debió sentir al ser apartada de su hogar y puesta en un lugar lleno de incertidumbre. Quizás, como muchos de nosotros, se preguntaba si estaba en el lugar correcto, si su vida realmente tenía sentido en ese momento. .Esto, sin duda, fue una experiencia difícil para ella. Pudo haber sentido miedo, incomodidad y una gran incertidumbre, hasta el punto de tener que ocultar su identidad para protegerse. Pero a pesar de todo, Dios ya tenía un glorioso propósito para ella, aunque ella aún no podía verlo.

 

Todo en Ester tenía la marca del propósito de Dios para su vida, pero había una razón muy particular por la que ella había llegado al reino: la preservación del pueblo de Dios. Había un hombre llamado Amán que estaba maquinando un plan para borrar de la faz de la tierra a los judíos, y es aquí donde el propósito de Dios para Ester alcanzaba su cumplimiento máximo.

 

Cuando Mardoqueo le informó a Ester sobre el edicto que amenazaba con la aniquilación de su pueblo, le pidió que interviniera y los ayudara. Ester, sin embargo, le explicó la gravedad de la situación: acercarse al rey sin ser llamada era extremadamente peligroso, ya que cualquiera que lo hiciera sin invitación se arriesgaba a la muerte. A pesar de sus temores, Mardoqueo le respondió con firmeza:


Si ahora te quedas absolutamente callada, de otra parte vendrán el alivio y la liberación para los judíos, pero tú y la familia de tu padre perecerán. ¡Quién sabe si precisamente has llegado al trono para un momento como este!». Ester 4.14

 

Ester tuvo que actuar con fe, y como hemos hablado en esta serie, la fe va más allá, mas allá de simplemente decirle a Mardoqueo: "Confía en Dios, todo saldrá bien." Se trataba de creer en el propósito divino, tener el valor para actuar y reconocer la importancia del apoyo de la comunidad.

 

Creer en el proposito

 

Cada momento en la vida de Ester, desde su llegada al palacio hasta su disposición para enfrentarse al rey, estaba guiado por un plan más grande que ella misma. Pero, para que esto fuera efectivo, Ester tenía que creer en ese propósito. Ella podría haber visto su posición en el palacio como resultado de la casualidad, su propio esfuerzo, o incluso su belleza, y no como parte del plan divino.

 

Lo primero que necesitamos es creer en el propósito de Dios. Necesitamos convencernos de que estamos donde estamos por una razón importante. No es casualidad. No todos se toman el tiempo para reflexionar sobre esto: ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué en este momento? Algunos pueden estar luchando con su situación sin lograr ver el propósito glorioso que Dios tiene para sus vidas. Puede que haya frustración porque las cosas no son como quisieran.

 

Sin embargo, hay quienes, a pesar de las dificultades, pueden ver el propósito de Dios en sus vidas y reconocer que están en el lugar y momento correctos.

 

Cuando enfrentes desafíos o sientas que estás en una situación que no elegiste, recuerda la historia de Ester. Tu lugar y tu tiempo tienen un propósito, incluso si no siempre es evidente. Reflexiona sobre tu situación actual y busca entender cómo puedes estar contribuyendo a un plan más grande. Pregúntate cómo puedes usar tu posición y tus recursos para cumplir con ese propósito divino. Confía en que, como Ester, estás donde necesitas estar para hacer una diferencia significativa.

 

Buscar la unidad en oración  y ayuno

 

Ester envió a Mardoqueo esta respuesta: 16 «Ve y reúne a todos los judíos que están en Susa, para que ayunen por mí. Durante tres días no coman ni beban ni de día ni de noche. Yo, por mi parte, ayunaré con mis doncellas al igual que ustedes. Cuando cumpla con esto, me presentaré ante el rey, por más que vaya en contra de la ley. ¡Y, si perezco, que perezca!». Ester 4.15

 

El siguiente paso de Ester es entender que hay batallas que no se pueden pelear solos, esto es cuando reconocemos la magnitud de una crisis  o necesidad. Y tenemos que ser humildes para reconocer que necesitamos el apoyo de la oración  de los demás. Y sobre todo que esa unidad era para invocar la ayuda de Dios. .

 

Todos pasamos momentos de gran desafío o cuando nos enfrentas a decisiones cruciales en nuestras vidas, es en esos momentos que es importante recurrir a Dios a través de la oración y el ayuno.  El ayuno y la oración juntos nos fortalecen, nos permiten conectarnos con Dios y su propósito, y nos llenan de la preparan para enfrentar los retos que tenemos por delante.

 

Cuando estás enfrentando una decisión importante, como elegir una nueva dirección en tu carrera o enfrentar un problema. En lugar de hacerlo solo con tus propias fuerzas, recuerda que puedes recurrir a un tiempo de oración y ayuno. Esto te ayudará a tener claridad en tu mente y a buscar la dirección de Dios para tomar decisiones correctas.

 

Pero sobre todo encontrarás mayor fuerza en  aquellos que se pueden unir contigo en oración y ayuno.

 

Ser valientes en la fe.

 

Al tercer día, Ester se puso sus vestiduras reales y fue a pararse en el patio interior del palacio, frente a la sala del rey. El rey estaba sentado allí en su trono real, frente a la puerta de entrada. 2 Cuando vio a la reina Ester de pie en el patio, se mostró complacido con ella y le extendió el cetro de oro que tenía en la mano. Entonces Ester se acercó y tocó la punta del cetro. Ester 5.1-2

 

Debemos entender que el riesgo de entrar ante el rey era muy grande; no se puede minimizar solo porque ella era la reina. Estamos hablando de tiempos antiguos y culturas muy estrictas respecto a la posición del hombre, especialmente la de un rey. Recordemos que Asuero ya había depuesto a una reina solo porque no se había presentado cuando él la llamó. ¿Qué pasaría ahora con una reina que se presenta sin ser llamada?

 

Además, los escritos de Heródoto describen a Asuero como un rey caprichoso, impulsivo e impredecible. La historia cuenta que, tras la derrota en la Batalla de Salamina en el 480 a.C., Asuero se enfureció con el mar por haber impedido el avance de su flota. En un acto de furia y desesperación, ordenó que el mar fuera azotado y que se arrojara cadenas al agua como un símbolo de castigo por su derrota.

 

Por lo tanto, Ester tuvo que tener mucho valor y fe para presentarse delante del rey.

Todos nos hemos enfrentado a desafíos, situaciones que nos asustan y nos hacen hacen dudar. Pero, podemos recordar a Ester, quien tuvo que enfrentarse a un rey conocido por su temperamento impredecible y su forma de actuar caprichosa. No era fácil para ella presentarse ante el rey sin ser llamada, sabiendo que esto podría costarle la vida.

 

Sin embargo, Ester eligió actuar con valentía y fe. Ella creyó que había un propósito más grande para su vida, y eso le dio la fuerza para enfrentar su miedo.

 

Hoy tal vez tu también estás enfrentando un momento en el que tienes que actuar a pesar del miedo o la inseguridad. Puede ser que no estás ante un rey, pero sí ante desafíos que parecen insuperables. Ester nos enseña que debemos tener el coraje de actuar, incluso cuando la situación parece aterradora. Es en esos momentos cuando nuestra fe es la que nos impulsa para salir victoriosos.

 

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