Haz tu vida mas interesante
¿Qué tan interesante es su vida? ¿Le gusta su vida? ¿Por lo general, su día a día tiene momentos interesantes? Para muchos, la rutina diaria puede hacer que los días parezcan monótonos, sin muchas sorpresas. Sin embargo, quiero que reflexionemos sobre algo: en cada día, incluso en los más comunes, ocurren esos momentos interesantes que le dan a la vida un toque especial. La diferencia es que, a menudo, no los notamos. ¿Por qué? Porque no estamos seguros de lo que realmente queremos que suceda.
Cuando no tenemos claridad en nuestros deseos, es difícil reconocer lo que ocurre a nuestro alrededor, a diferencia de cuando tenemos un sueño, una meta o un deseo; entonces, lo notamos en cada rincón de nuestra vida. Cada acontecimiento, cada cosa que vemos o escuchamos nos lo recuerda, y eso hace que nuestros ojos brillen de emoción cuando algo maravilloso ocurre en nuestra vida. Pero, ¿Qué necesitamos para que nuestra vida tenga un significado real? Para que experimentemos situaciones interesantes, necesitamos dirección, motivación, claridad y enfoque.
1. Dirección: La falta de dirección en la vida es como un viaje sin destino claro, lo que lleva a sentirnos estancados, aburridos e incluso perdidos.
2. Motivación: La motivación actúa como un motor que nos impulsa hacia adelante. Es esencial para avanzar en la vida, y saber lo que queremos puede convertirse en nuestra fuente de motivación diaria.
3. Claridad: La claridad nos permite ver lo que realmente deseamos y nos ayuda a identificar las oportunidades que se presentan en la vida. Sin claridad, pasamos por alto las oportunidades.
4. Enfoque: El enfoque nos ayuda a evitar distracciones y a no ser arrastrados por las tendencias y modas del momento. Saber lo que queremos nos permite mantener el enfoque en lo importante.
Estas actitudes son esenciales para que en nuestra vida se torne “interesante” si queremos desarrollarlas en en el libro de Habacuc aprenderemos tres conceptos fundamentales que, una vez comprendidos y aplicados, nos ayudarán a definir claramente lo que queremos que suceda en nuestras vidas. Al hacerlo, estoy seguro de que experimentaremos momentos verdaderamente emocionantes en nuestro viaje.
I. Escucha a Dios
Estaré atento y vigilante, como lo está el centinela en su puesto, para ver qué me dice el Señor y qué respuesta da a mis quejas. Habacuc 2:1 (DHH)
En muchas ocasiones, nos encontramos inmersos en un mundo personal lleno de ruido y deseo constante. Queremos muchas cosas, nuestros corazones parecen insaciables. En el deseo de tantas cosas, nuestros corazones parecen no encontrar satisfacción. Esta es una de las barreras iniciales para definir lo que queremos. Habacuc nos muestra el primer paso para hacerlo: escuchar la voz de Dios.
1.Decide escuchar a Dios: Habacuc optó por estar atento. La atención es crucial. Escuchar a Dios en medio del estruendo de nuestros pensamientos requiere abrir el corazón y prestar extrema atención. Dios desea revelarte lo que está por venir en tu vida el próximo año, pero necesitas prestarle atención.
2. Crea un espacio personal con Dios: Cultiva un ambiente sin distracciones, donde solo estés tú y Él. Este espacio es donde las comunicaciones entre Dios y tú serán más claras y receptivas.
Despierta la expectativa: Habacuc sugiere mantenernos alerta y esperar en Dios a pesar de las circunstancias. Implica tener una mente y un corazón listos para recibir lo que Dios ha preparado. Como Habacuc permaneció vigilante en su puesto, de igual modo debemos estar atentos a las señales y oportunidades que Dios envía. Mantener una actitud de expectativa nos ayuda a mantener nuestros corazones abiertos a las visiones y direcciones divinas, cruciales para nuestro futuro. Aprendamos a vivir cada día creyendo que Dios planea cosas extraordinarias para nuestras vidas.
II. Escribe la Visión
Entonces el Señor me respondió, y dijo: Escribe la visión y grábala en tablas, para que corra el que la lea. Habacuc 2.1 LBLA
El segundo paso, es una parte esencial del proceso. Es como darle forma a tus sueños y deseos. Cuando consideramos la escritura en relación con el pasaje de Habacuc 2:2, notamos que Habacuc no solo tenía que estar atento para recibir la visión de Dios, sino que también tenía que plasmarla con claridad.
Escribir es una herramienta poderosa. Personalmente, aprecio mucho la escritura. Tengo un blog y escribo en él regularmente, porque sé que las palabras escritas tienen la capacidad de perdurar y trascender el tiempo. A menudo, descubro que al escribir sobre un tema, estoy dando forma a mis pensamientos y aclarando mis ideas. Es como desenredar una madeja de hilos mentales. Me permite ordenar mis pensamientos y da vida a mis ideas.
Lo mismo ocurre con nuestros deseos y sueños. En nuestra mente, pueden estar enredados y hechos un caos. Es difícil darles sentido y dirección. Si no los escribimos, nos perdemos en la maraña de pensamientos. Puede parecer que avanzamos en la vida, pero no llegamos a ningún lugar en concreto. Habacuc nos enseña que una visión no puede quedarse en la mente, debe ser plasmada con claridad en algún tipo de medio. Es como esculpir una obra maestra: es necesario darle forma y detalle. Además, una vez que la visión está escrita, es más fácil comunicarla a otros y, como dice el versículo, "para que corra el que la lea.". Es decir, cuando expresamos nuestras visiones con claridad, no solo podemos actuar de manera más efectiva nosotros mismos, sino también inspirar a otros a unirse en la carrera hacia esos objetivos.
La escritura no solo es una herramienta de definición, sino también un recordatorio constante. Cuando volvemos a leer lo que hemos escrito, nos recuerda que tenemos una visión, un propósito. En los momentos en que nos desviamos del camino, esas palabras en papel nos redirigen hacia nuestros objetivos. Esto es similar a lo que sucede durante el tiempo de primicias, donde las personas escriben sus peticiones y oraciones. Al hacerlo, refuerzan sus deseos y expectativas sobre lo que esperan que Dios haga en sus vidas.
En resumen, escribir la visión es un paso crucial para definir y dar forma a lo que deseamos lograr. Es una herramienta que ordena nuestros pensamientos, nos proporciona claridad, nos permite comunicar eficazmente nuestras metas y actuar en consecuencia, y, lo más importante, nos sirve como un recordatorio constante de nuestros propósitos, lo que nos ayuda a mantenernos enfocados y evitar desviarnos del camino.
3. Espera en Dios
Pues la visión se realizará en el tiempo señalado; marcha hacia su cumplimiento y no dejará de cumplirse. Aunque parezca tardar, espérala; porque sin falta vendrá. Habacuc 2.3 NVI
Luego de escuchar a Dios y escribir tu visión, el paso aparentemente más pasivo, pero de gran relevancia, es esperar en Dios. Esta etapa podría parecer menos activa, ya que las anteriores requieren acción de nuestra parte. Sin embargo, es esencial. Aquí hay algunos aspectos importantes que debemos tomar en cuenta.
La espera en Dios juega un papel vital en la formación de nuestro carácter. Vivimos en un mundo donde la actividad constante se valora mucho, y la capacidad de esperar pacientemente se hace cada vez mas difícil. Con el avance de la tecnología, nuestra capacidad para esperar se ha vuelto aún más desafiante. Pero Dios nos llama a aprender a esperar. Como dice el Salmo 40:1 "Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor."
¿Por qué es crucial esta espera? Porque, paradójicamente, la inacción puede conducir a una creatividad desbordante. Mientras esperamos, nuestra mente y corazón se liberan de la constante actividad, permitiéndonos ver las obras que Dios está tejiendo en nuestras vidas. En nuestro acelerado mundo, la contemplación y la pausa nos permiten percibir las obras de Dios en nuestras vidas. Debemos aprender a conectarnos con la creación, Estar en un constante estado de alerta, ocupados con una lista interminable de tareas, puede limitar nuestra capacidad de reflexionar y meditar. En un mundo lleno de ruido, la espera nos permite meditar, algo que la Biblia frecuentemente enfatiza. La meditación no solo es un alivio emocional, sino también es una forma de ampliar nuestra visión y comprensión.
Además, aunque hayas escrito tu visión, debes estar preparado para los cambios inesperados en el camino. Algunas cosas no se desarrollarán exactamente como las imaginaste, pero, muchas veces, Dios obra de maneras sorprendentes. La espera en Dios te permite percibir cómo trabaja fuera de tus propias expectativas, guiándote hacia su propósito.
Mas Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra. Habacuc 2.20
Habacuc 2:20 nos recuerda la importancia de guardar silencio y esperar en la presencia de Dios, porque en el silencio, Dios obra. A través de la espera, verás lo que Dios está haciendo, en su tiempo perfecto. No olvides que Dios no tiene prisa; su deseo es obrar en tu vida en el momento exacto, ni antes ni después, sino en su tiempo perfecto.
En conclusión, el proceso de definir lo que queremos para nuestras vidas, y que en nuestras vidas comiencen a ocurrir cosas interesantes es abarca tres pasos fundamentales: escuchar a Dios, escribir nuestra visión y esperar en Él. Estos pasos, forman una secuencia que nos guía hacia una comprensión más profunda de nuestros deseos y propósitos. Escuchamos para recibir la dirección divina, escribimos para darle forma y claridad a nuestros sueños, y finalmente, esperamos en Dios con paciencia y apertura a su guía. Al comprender la importancia de estos tres pasos, podemos encontrar un camino más claro hacia nuestros deseos y propósitos, y vivir de manera más significativa en su tiempo perfecto.
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