Haz tu sueño realidad

Haz tu sueño realidad

Estamos a las puertas de otro año, y generalmente es cuando hablamos de nuevos propósitos y metas para el futuro. Pero en realidad, lo ideal sería que ya tuviéramos claros nuestros objetivos para ese momento. Nuestra vida está llena de decisiones, y estas decisiones están muy ligadas a nuestros deseos más profundos, a lo que realmente queremos. Si no sabemos cómo dirigir nuestros corazones, es probable que terminemos tomando decisiones que luego nos decepcionen. Por esta razón, esta serie busca hacernos reflexionar y plantearnos la pregunta crucial: ¿Qué es lo que realmente deseamos? Porque nuestros deseos son la fuerza motriz detrás de nuestras acciones, y estas acciones determinan si logramos o no nuestros objetivos.


Mientras reflexionaba sobre el tema de este mes, llegué a una conclusión importante. Tener una comprensión clara de lo que queremos nos permitirá alcanzar de manera más efectiva nuestros sueños para el próximo año. En la Biblia, encontramos una historia asombrosa que involucra un sueño en el que Dios se presenta a Salomón. Esta visita divina tenía la intención de favorecer a Salomón de tal manera que lo que una vez fue un sueño para él se convirtió más tarde en una realidad concreta. Esta historia nos revela tres factores fundamentales que hicieron que el sueño de Salomón se hiciera realidad: la claridad en lo que quería, su habilidad para evaluar lo que realmente valoraba y la generosidad con la que Dios añadió a su petición.

Define y sé claro en lo que quieres.

Esa noche Dios se le apareció a Salomón y dijo —¿Qué es lo que quieres? ¡Pídeme, y yo te lo daré! 2 Cronicas 1.7 NTV

Imagina por un momento que Dios, en un sueño, te hiciera la misma pregunta que le hizo a Salomón: "¿Qué es lo que quieres? ¡Pídeme, y yo te lo daré!" ¿Cómo responderías? Esta pregunta fue un punto crucial en la vida de Salomón, y algunos de nosotros podríamos encontrar dificultades para responderla. Es natural que tengamos muchas cosas que quisiéramos que Dios haga en nuestras vidas, pero incluso si Dios no nos hace la pregunta directamente, es esencial que sepamos definir lo que queremos.

Definir lo que deseamos es fundamental porque nos permite enfocarnos, planificar y alcanzar nuestras metas. Se dice que las personas tienen en su cerebro algo llamado "sistema reticular," que nos ayuda a enfocarnos en lo que deseamos. A diario, recibimos una cantidad inmensa de información visual y auditiva, pero nuestro cerebro decide mostrar lo que nos interesa. Por ejemplo, si estamos interesados en una persona, nuestro cerebro se encargará de resaltar su presencia en todas partes. Si estamos buscando trabajo, nuestro cerebro nos mostrará todas las oportunidades disponibles.

Por eso, es crucial que hoy te hagas esta pregunta: ¿Qué es lo que quieres? Definirlo te permitirá activar tu sistema reticular y enfocar todo tu ser en esa dirección para lograrlo. Cuando no sabes lo que quieres, te vuelves vulnerable a las tendencias y modas del momento. Las personas que no tienen claridad sobre sus deseos pueden comenzar proyectos, como hacer ejercicio o cultivar plantas, pero rápidamente se desaniman. Hacen estas cosas solo porque otros las están haciendo, no porque lo deseen profundamente. En contraste, aquellos que han definido lo que quieren están impulsados por una pasión interna que los lleva a perseverar hasta alcanzar sus metas.

Con frecuencia, deseamos que Dios intervenga en nuestras vidas y resuelva nuestros problemas. No obstante, debemos recordar que Dios ya nos ha dotado con todo lo necesario para que desempeñemos nuestra parte. Nos ha brindado el cerebro más asombroso de la creación, y debemos aprender a pensar. No se trata solo de entregar el próximo año en las manos de Dios, sino de definir qué es lo que queremos y esforzarnos por alcanzarlo.

Recuerda la historia en la Biblia en la que Jesús le pregunta al ciego Bartimeo: "¿Qué quieres que haga por ti?" En ese momento, podemos pensar que la pregunta es obvia, ¿verdad? Pero Jesús no pregunta en vano; esta escena tiene un propósito. En primer lugar, nos enseña que muchas veces, a pesar de que algo parezca obvio, las personas no saben con certeza lo que quieren. Pueden no comprender sus verdaderas necesidades. Además, nos muestra que Dios puede obrar milagros en nuestras vidas, pero desea que le pidamos directamente. Dios está dispuesto a bendecirnos en el próximo año, pero también anhela escuchar que lo deseamos, que sabemos lo que queremos y que estamos dispuestos a pedirlo.

Así que, ¿qué es lo que quieres? La respuesta a esta pregunta tiene un impacto significativo en tu vida y en tu capacidad para hacer realidad tus sueños.

Valora lo que realmente es valioso.

Salomón le contestó a Dios: —Tú mostraste gran y fiel amor a David, mi padre, y ahora me has hecho rey en su lugar. 9 Oh Señor Dios, ¡te ruego que sigas manteniendo la promesa que le hiciste a David mi padre, pues me has hecho rey sobre un pueblo tan numeroso como el polvo de la tierra! 10 Dame la sabiduría y el conocimiento para guiarlo correctamente, porque, ¿quién podrá gobernar a este gran pueblo tuyo? 2 Cronicas 1.8 NTV

De la respuesta de Salomón, aprendemos verdades importantes. Salomón fue un hombre capaz de evaluar y valorar lo que realmente necesitaba en ese momento. Con frecuencia, anhelamos oportunidades. El éxito en la vida se favorece cuando se combina la oportunidad con la preparación. Muchos anhelan oportunidades, pero a menudo, cuando estas se presentan, no están preparados para aprovecharlas. Salomón tuvo la oportunidad y estaba preparado para determinar lo que quería. La preparación es crucial, no solo en el momento en que se requiere, sino también porque nunca sabemos cuándo la necesitaremos. Louis Pasteur dijo: "La suerte favorece a la mente preparada".

Salomón, teniendo la oportunidad de pedir cualquier cosa, muchos podrían pensar que una buena opción sería riqueza. Sin embargo, Salomón sabía que lo que necesitaba no era riqueza, sino sabiduría. Él cuestiona: ¿Quién puede gobernar a un pueblo tan grande? Salomón se sentía abrumado por la responsabilidad de guiar a un pueblo tan vasto. Este peso también lo sienten muchos líderes: ¿Cómo podemos guiarlos efectivamente? Salomón reconocía su dependencia de la sabiduría de Dios.

Esta historia nos lleva a reflexionar: ¿qué es lo que queremos? Y surge una pregunta adicional: ¿Lo que queremos es realmente lo que necesitamos? A menudo, creemos que necesitamos una gran cantidad de recursos materiales, como dinero, para el próximo año. Pero lo que debemos valorar va más allá de lo material. A nuestro alrededor, existen innumerables recursos, conocimientos y oportunidades que podrían ayudarnos a triunfar. La clave es entender que lo que realmente queremos es lo que necesitamos. Saber diferenciar entre lo que deseamos y lo que verdaderamente necesitamos nos permite valorar lo esencial y no perder de vista nuestros objetivos."

3. Cree que Dios añadirá bendición a tu vida.

Dios le dijo a Salomón: —Por cuanto tu mayor deseo es ayudar a tu pueblo, y no pediste abundancia ni riquezas ni fama ni siquiera la muerte de tus enemigos o una larga vida, sino que has pedido sabiduría y conocimiento para gobernar a mi pueblo como es debido, 12 ciertamente te daré la sabiduría y el conocimiento que pediste. ¡Pero también te daré abundancia, riquezas y fama como nunca las tuvo ningún otro rey antes que tú y como ninguno las tendrá en el futuro! 2 Crónicas 1.11-12

Además de poner en marcha tu cerebro para tener claro lo que deseas y aprender a valorar lo que realmente necesitas, para tener éxito el próximo año debes tener una profunda creencia en la providencia generosa de Dios. La historia de Salomón ilustra cómo se cumple la palabra que encontramos en Efesios 3:20: 'Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros'. Salomón no solo fue bendecido con la respuesta a su petición, sino que también se le otorgó una abundancia de bendiciones mucho más allá de lo que había imaginado o esperado.

Cada año, esperamos que Dios esté con nosotros, pero también debemos caminar con fe, conscientes de que Dios nos sorprende y nos brinda mucho más de lo que podemos imaginar. En esta historia, podemos apreciar que el acto de pedir a Dios no solo se trata de recibir lo que solicitamos, sino también de la confianza en que Dios sabe lo que necesitamos y está dispuesto a superar nuestras expectativas con generosidad. La bendición de Salomón no se limitó a su petición original de sabiduría, sino que se derramó en otras áreas de su vida, incluyendo riquezas y honor. Esto nos enseña a tener fe en que Dios no solo se preocupa por nuestras necesidades más profundas, sino que también agrega bendiciones inesperadas y extraordinarias en nuestro camino.

En la historia de Salomón, encontramos valiosas lecciones sobre la importancia de definir nuestras metas, valorar lo realmente valioso y confiar en la generosidad divina. Al igual que Salomón, necesitamos claridad en lo que buscamos para enfocar nuestros esfuerzos. Esta historia nos enseña a valorar no solo lo que queremos, sino también lo que realmente necesitamos. Además, nos motiva a mantener una fe firme en que Dios superará nuestras expectativas y nos bendecirá más allá de lo imaginado. A través de esta serie, '¿Qué es lo que quieres?', buscaremos aplicar importantes lecciones a nuestras vidas para un próximo año lleno de éxito y bendiciones.

4 comentarios:

  1. Anónimo17:05

    Aleluya

    ResponderEliminar
  2. Anónimo12:17

    Muy buena reflexión me ha ayudado de a entender en que realmente debo enfocarme

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tus palabras! Me alegra saber que la reflexión te ha sido útil.

      Eliminar

coméntanos si te ha sido de utilidad esta publicación,