"¿Qué haces aquí, dormilón?"
¿Qué tan dormilón se considera? Personalmente, creo que no tengo problemas con el tema de dormir. Se dice que hay cronotipos de sueño, es decir, personas que están más energizadas por las mañanas y otras que son mas activas por las noches. Estas se conocen como alondras y búhos. Creo que yo soy un búho. A veces el silencio de la noche me inspira, me relaja, me ayuda a reflexionar o idear, sea como sea, todos tenemos un tiempo para dormir en el que recuperamos nuestra energía.
Es interesante saber que dormir no representa ningún problema en nuestras vidas, a menos que durmamos en exceso. Sin embargo en lo espiritual, la biblia nos exhorta a no dormirnos. El problema es que algunos cristianos entran en un adormecimiento espiritual.
Este adormecimiento puede surgir por la falta de búsqueda de Dios. Es normal que alguien que no le da prioridad a su vida espiritual no tenga deseos de buscar a Dios. También el adormecimiento ocurre por las distracciones de la vida, a veces involucrarse en las cosas de la vida hace que se pierda el interés por las cosas espirituales, se hace tanto esfuerzo en lo que se hace humanamente que no quedan energías para la vida espiritual, También se debe a la falta de practica espiritual. En la vida natural nos cansamos porque nos hace falta ejercitarnos, es interesante cómo las personas entre más descansan más están cansadas y las personas que se ejercitan tienen energía. En lo espiritual, activar en la iglesia despierta en nosotros el deseo de seguir sirviendo, si eres inactivo seguramente te iras apagando espiritualmente.
Algunos han apagado su vida espiritual debido a crisis que han atravesado. Otros al no obtener respuesta de Dios a sus peticiones se desaniman y se apagan. También puede ser por falta de compañerismo. Para una persona solitaria es difícil comprometerse. Por ultimo, el estancamiento puede ser un factor. Algunos llevan años haciendo lo mismo, no ven avances ni logros, así que es normal que venga el desinterés y con eso el apagarse espiritualmente.
En la Biblia encontramos un personaje que creo ilustra mejor que nadie la vida de estos cristianos que se han dormido espiritualmente y ese es Jonás. Esta es una de las historias mas reconocidas de la biblia, incluso fuera de la iglesia.
Así que por lo menos la mayoría sabemos como va esta historia. Jonás recibe una orden del Señor pero la termina desobedeciendo tomando un barco que lo llevó en otra dirección, estando en el mar Dios mandó una tormenta que parecía que el barco se despedazaría.
Sin embargo eso no es lo que realmente me llama la atención en este momento de esta historia sino lo que dice en:
Jonás 1.5: Cada uno de los marineros, temblando de miedo, llamaba a gritos a su dios. Ya desesperados, arrojaron al mar toda la carga del barco para quitarle peso. Mientras tanto, Jonás dormía plácidamente en la bodega del barco. Jonás 1.5
Es increíble la tranquilidad con la que Jonás duerme, primero huyendo de Dios y luego a bordo de un barco que parecía despedazarse. Sí que tenía el sueño pesado.
Luego viene la llamada de atención del capitán en el versículo 6:
El capitán se acercó a él y le dijo: "¿Qué haces aquí, dormilón? ¡Levántate y pide ayuda a tu dios! Tal vez nos salve al ver que estamos en peligro". (Jonás 1:6)
A partir de aquí, quiero aprovechar esta expresión para hacer un llamado a todos aquellos que se encuentran en un estado de adormecimiento espiritual en la actualidad.
No niegues tu realidad. La pregunta "¿Qué haces aquí, dormilón?" es un llamado de atención a aquellos que intentan escapar de su realidad, a quienes tratan de evitar enfrentar lo que están viviendo, pero no solo se trata de lo que están experimentando en el presente, sino también de lo que está por venir. No les importa que el barco se destruya y no están considerando que ellos mismos también se hundirán con él.
Creo que algunos hermanos sufren algún tipo de depresión espiritual y se abandonan en el adormecimiento. No desean comprometerse, participar en actividades, ni asumir responsabilidades. Solo quieren olvidarse de todo y descansar aparentemente, pero en realidad, lo que necesitan es levantarse.
Ya sea en la iglesia o en la vida personal, podemos encontrarnos en situaciones en las que todo parece derrumbarse, pero no mostramos ningún interés. Nos negamos a reconocer la situación y preferimos sumergirnos en un sueño espiritual. Por eso, Dios tiene que venir y preguntarnos: "¿Qué haces aquí, dormilón?"
No pierdas tu propósito. ¿Cuántos han perdido su propósito? No se encuentran en el lugar donde deberían estar y, sobre todo, no están siendo lo que deberían ser. Jonás no solo estaba fallando en cumplir el llamado que Dios le había hecho, sino que también estaba dejando de ser lo que era: un profeta. Es increíble cómo los demás eran conscientes de sus dioses y Jonás, que tenía conocimiento del Dios verdadero, no lo era. A veces, nuestros conocidos que no son tan cristianos tienen más palabras de fe y esperanza que nosotros mismos. Muchos no solo dejan de hacer lo que Dios les ha pedido, sino que también abandonan al Padre. Están viviendo vidas alejadas de Él y siguen sus propias reglas.
El sueño de Jonás era tan profundo que no solo no escuchaba la tormenta, sino que tampoco escuchaba la voz de Dios. Su adormecimiento le impedía ser consciente de Dios, de la tormenta, de los demás y de sí mismo. Un cristiano dormido no es consciente de que Dios le está hablando, no le interesa clamar aunque esté atravesando una crisis, ignora a aquellos que están a su alrededor y necesitan ayuda, a su familia que está clamando por socorro y a sí mismo. Dios tiene que intervenir en nuestra vida y decirnos: "¿Qué haces aquí, dormilón?
La Biblia dice:
"Por lo cual dice: Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo." (Efesios 5.14)
¿Qué necesitamos para despertar del sueño?
En primer lugar, necesitamos responder al llamado: "¿Qué haces aquí, dormilón?" Esto implica tomar conciencia de que estamos adormecidos, reconocer que nuestra condición espiritual no es la mejor, que no estamos al cien y admitir que necesitamos despertar.
En segundo lugar, debemos reflexionar sobre lo que nos ha llevado a ese estado de adormecimiento. Cuando Jonás se enfrentó a la realidad, tuvo que reconocer que todos los problemas y agitaciones que estaban ocurriendo eran consecuencia de su desobediencia al llamado de Dios.
En tercer lugar, es necesario asumir la responsabilidad. Mientras los marineros oraban a sus dioses y arrojaban cosas del barco para tratar de salvarse, Jonás sabía que esas acciones no cambiarían nada. Él sabía lo que debía hacer y decidió asumir la responsabilidad al pedir que lo arrojaran al mar. Con frecuencia, las personas solo dan golpes al aire, realizan ajustes innecesarios o maquillan la situación, pero en su interior saben claramente lo que deben hacer: levantarse.
Necesitamos retomar el rumbo. Aunque Jonás se encontraba dentro de una ballena, finalmente estaba en camino hacia lo que debía hacer desde el principio.
Hoy es el día y es el momento adecuado para reflexionar y reaccionar a la voz que nos pregunta: "¿Qué haces aquí, dormilón?" Necesitamos reflexionar sobre las razones que nos han llevado a ese estado y asumir la responsabilidad de levantarnos y retomar el propósito que Dios tiene para nuestras vidas. Es un llamado a tomar acción y seguir adelante, dejando atrás el letargo espiritual y comprometiéndonos con la voluntad de Dios.
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