El milagro del plan divino.


 El milagro del plan divino.

          Me encanta la navidad, y cada año Dios me sorprende, porque a pesar de las cosas que pueda estar viviendo, de los difícil que haya sido el año o de las malas experiencias acumuladas, cada diciembre puedo volver a sentir la misma emoción y alegría de siempre, aunque sé que para todos no ocurre de la misma manera y puedo entenderlo.

          La navidad no solo son las cosas bonitas, las decoraciones, las luces o la comida, navidad también puede traer consigo memorias tristes, el vacío de los que ya no estarán con nosotros a la mesa este año, el recuerdo de que todo cambia, el hecho de que quizá este año u otros años no hemos tenido el recurso que tuvimos en navidades anteriores, y nos vamos a quedar con las ganas de hacer todas esas cosas que quisimos hacer, pintar nuestra casa, comprarle regalos a los que queremos, vestirnos con algo nuevo, entre muchas otras cosas.

         Puede que llegue la fecha y veamos todo lo que hicimos en el año, un montón de planes que no concluimos y un montón de promesas que no se cumplieron, es normal llegar a este punto y preguntarnos ¿Cuándo ocurrirán todas estas cosas qué hemos estado esperando tanto tiempo? Pues imagínate que así mismo se encontraba el pueblo de Israel, llevaban generaciones escuchando que un día llegaría el libertador, fueron esclavizados y sometidos por otros pueblos una infinidad de ocasiones y la promesa simplemente no llegaba, la pregunta es ¿Alguna vez se cansaron de esperar? Quizá algunos sí, pero otros nunca.

         

 

1. En el tiempo correcto.

 

Entiendo lo agobiante e impotentes que nos podemos sentir al observar el pasar del tiempo sin ver aparente respuesta a nuestras oraciones, sin que las promesas se cumplan, pero eso no quiere decir que nada este ocurriendo,  debemos tener paciencia, Dios está trabajando aunque nosotros no lo podamos ver y espera el mejor momento para cumplir sus promesas.

 ¡Imagina la hazaña que fue enviar a Jesús al mundo! El antiguo testamento está lleno anuncios sobre su llegada al mundo, pero Dios esperó el momento correcto para el cumplimiento de todas esas promesas.

 

Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley, 5 para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos. Galatas 4:4-7

 

 CONTEXTO HISTÓRICO IMPORTANTÍSIMO; El Señor tiene un sentido del tiempo MUY diferente al nuestro, el tiempo Kairos,  para él nunca es temprano o tarde, el no cuenta el tiempo en días, meses o años, a diferencia de nosotros a él nunca se la hace tarde, ni necesita andar a prisa, porque siempre llega JUSTO a tiempo.

  Sabemos muy bien que el pueblo de Israel vivió miles de asedios y fue sometido muchas veces por otros pueblos; los babilonios, los persas, los griegos y por supuesto los mundialmente conocidos los romanos, los de las faldas rojas, los de los coliseos donde mataban cristianos, los de las galletas EMPERADOR.

  Históricamente después de los Romanos no volvió a haber otro gran imperio en el mundo antiguo que llegara a tener el poder y dominio que ellos tuvieron y Jesús nació precisamente durante un periodo de tiempo que se conoce como LA PAX ROMANA; Un punto de apogeo para el imperio, había seguridad, paz para viajar entre ciudades y un idioma general que todos hablaban y comprendían, el griego. Usted dirá, es qué tiene que ver, pues que TODAS estas cosas facilitaron y ocasionaron que la llegada de Jesús al mundo tuviera el impacto que tuvo.

   Claro que Jesús pudo haber venido en cualquier otro momento, pero para que los grandes milagros y promesas ocurran, debemos confiar en el tiempo que él elige, después de todo, nosotros no somos él como para comprenderlo.

 

 

        Dios se aseguró de que Jesús viniera a un mundo que estuviera preparado.

 

1»Este niño hará que muchos en Israel dejen de hacer lo malo y obedezcan a Dios. 17 Llegará antes que el Mesías, y tendrá el mismo poder y el mismo espíritu que antes tuvo el profeta Elías. Su mensaje hará que los padres se reconcilien con sus hijos, y que los desobedientes comprendan su error y sigan el ejemplo de los que sí obedecen. Además, preparará al pueblo de Israel para recibir al Mesías.

Lucas 1:16

 

30 Entonces el ángel le dijo:

—No tengas miedo, María, porque Dios te ha dado un gran privilegio. 31 Vas a quedar embarazada; y tendrás un hijo, a quien le pondrás por nombre Jesús. 32 Este niño llegará a ser muy importante, y lo llamarán “Hijo del Dios altísimo”. Dios lo hará rey, como hizo con su antepasado David; 33 gobernará a la nación de Israel para siempre, y su reinado no terminará nunca. 

Lucas 1:30

 

          El primer paso para aprender a esperar las promesas de Dios comprendiendo que para que estas se cumplan el mundo que nos rodea debe estar preparado, y quién sabe, quizá lo que Dios tiene preparado para nosotros, no es para nuestra versión de hoy sino para nuestra versión de mañana, quizá con el pasar de los días a través de las pruebas y vivencias que estamos teniendo hoy podamos estar listos y preparados para el gran tiempo que se aproxima.

 

 

 

2. - Con las personas correctas.

 

        Hablando un poco más sobre las versiones de nosotros mismos, es increíble lo mucho que podemos cambiar en un par de años, o incluso en unos cuantos meses, muchas veces estamos esperando por cosas que se desbordan de nuestras manos, que no sabemos manejar, si hoy nos estamos ahogando en un vaso de agua, ¿Cómo podríamos salir a navegar por el mar del mundo el día de mañana? Tenemos que aprender que Dios nos ha hecho promesas que quizá no son para nuestro YO del día de hoy, y la espera que se nos hace interminable es simplemente el proceso de preparación para un día ser quién él quiere que seamos para tener esa promesa.

  

      ¿Quiénes eran los padres de Jesús? Una virgen y el descendiente de un Rey, pero por sobre esas cualidades, eran personas de fe, valientes y que amaban al Señor. Durante los años de espera al cumplimiento de la llegada de Jesús pudo haber muchos que se rindieron, que dejaron de creer y que predicaban la palabra de forma incorrecta, pero siempre hubo un remanente, gente de fe que no se dio por vencida, y sin la seguridad de saber sí un día llegaría el libertador se mantuvieron firmes, convencidos de que él Señor vendría.

 

27 El ángel llevaba un mensaje para una joven llamada María. Ella estaba comprometida para casarse con José, quien era descendiente del rey David.

Lucas 1:27

 

         No es casualidad que María y Elizabeth la mamá de Juan el bautista fueran primas, no es casualidad que hoy nuestra familia haya sido llamada a estar en la casa del señor, no es casualidad que por generaciones nuestros padres y abuelos han tenido conocimiento de la palabra del Señor, no es casualidad, es la gracia del Señor, un derramamiento especial que hay en nuestra vidas.

         El señor pudo elegir muchas formas para enviar a su hijo al mundo, o para enviar a Juan a prepararle el camino, pero no, escogió a dos mujeres aparentemente comunes, y además, a una que ya era una muy vieja y otro que era virgen ¡Qué impresionante! Pudo haber venido envuelto en fuego desde el cielo pero eligió vivir todo el proceso del ser humano.

         María era una mujer de fe, pero imagina lo que vivió aquél día, sola con José, sin una habitación decente en la cual tener a su hijo, se tiró el suelo del establo rodeada de animales a tener a su bebé, y cuando lo recostó en el pesebre ¿Qué fue lo que pensó? ¿Será que podría haber imaginado aunque sea un poquito que era testigo de el nacimiento de alguien que estaba por cambiar la historia? Era la persona correcta, teniendo a su bebé en el lugar correcto.

 

40 Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41 Cuando Isabel oyó el saludo, el niño saltó de alegría dentro de ella.

Isabel, llena del Espíritu Santo, 42 dijo en voz alta a María:

—¡Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres! Y también ha bendecido al hijo que tendrás. 43 ¿Por qué has venido a visitarme, tú que eres la madre de mi Señor? 44 Tan pronto como oí tu saludo, el bebé saltó de alegría dentro de mí. 45 ¡Dios te ha bendecido porque confiaste en sus promesas!

Lucas 2: 40-45

 

       Confía en sus promesas, nos convertimos en las personas correctas cuando confiamos en él, y quién sabe si con nuestra fe, un día podríamos cambiar la historia de muchos otros,  ¿Cómo no creer que Jesús fue el hijo de Dios? Si solo tuvo que nacer en un establo marcar un antes y un después en la historia.

 

3. - Las actitudes correctas 

         La navidad es cada año el constante recuerdo de que un día Jesús vino al mundo de la forma más vulnerable, vino como un bebé, así que no nos dejemos entristecer si las cosas no parecen ir mejor, dejemos que la navidad sea el recuerdo de que un día cumplió su promesa se volver, y un día cumplirá las promesas en nuestra vida, podría ser esta Navidad.

 

57 Cuando nació el hijo de Isabel, 58 todos sus vecinos y familiares se alegraron mucho, pues vieron que Dios había sido muy bondadoso.

59 A los ocho días, vinieron a circuncidar al niño. Los que estaban allí querían ponerle Zacarías, que era el nombre de su padre. 60 Pero Isabel dijo:

—¡No! Va a llamarse Juan.

61 Ellos le dijeron:

—Ningún familiar tuyo se llama así.

62 Y por señas le preguntaron a Zacarías cómo quería llamar al niño. 63 Zacarías pidió una tabla y escribió: «Juan». Todos quedaron sorprendidos. 64 En ese mismo momento, Zacarías empezó a hablar de nuevo, y alabó a Dios.

65 Todos los vecinos se quedaron impresionados, y en toda la región montañosa de Judea no se hablaba de otra cosa. 66 Los que oían hablar del asunto se preguntaban: «¿Qué será de este niño cuando crezca?» Porque todos sabían que Dios estaba con él.

Lucas 2: 57-66

 

          Aferrarnos a las promesas de Dios muchas veces va a significar aferrarnos también a cosas que parecen no tener sentido, pero si no podemos enfrentarnos a lo que la gente vaya a decir, ¿Cómo vamos a demostrar que realmente tenemos fe de que las cosas ocurrirán? María se aferró a creer que que era posible embarazarse a pesar de que era virgen, y Elizabeth se aferró a creer que también era posible siendo ya mayor.

        Para la gente de entonces era una locura pensar que el hijo de Elizabeth iba a llamarse Juan cuando nadie en su familia tenía ese nombre, y cuando Zacarías, quién había quedado mudo tras presentársele el arcángel Gabriel confirmó que el nombre del niño sería Juan ¡Todos se impresionaron! Y se preguntaban, quién iba a ser ese niño.

      Creer en las promesas de Dios, y en su plan, se demuestra a través de las acciones que hacemos en nuestra vida diaria, muchas veces contra corriente, en contra de todas las voces que nos dicen y nos indican que lo estamos haciendo mal.

        Habrá quién diga que la navidad no debe ser festejada por los cristianos, que es una fiesta pagana, que Santa Claus no existe, que los pinos son ídolos y muchas cosas más, pero yo creo que lo Jesús hizo al venir al mundo, al llegar como un bebé a un establo, sin corona ni riquezas, merece ser festejado, en la que es probablemente la celebración más esperada del año. Sí, sabemos que Jesús no nació en Diciembre, pero si todos festejan su cumpleaños, ¿Porqué no celebrar a Jesús? Después de todo, independientemente de la fecha, la verdad es que una noche mientras todos dormían llegó al mundo, y cambió la historia. 

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