LA PRIORIDAD DE LOS MACEDONIOS.
TEXTO:
2 Corintios 8:1-5 NBV
Quiero
hablarles ahora sobre la gracia que Dios ha dado a las iglesias de Macedonia,
en donde, aunque los hermanos han estado pasando por grandes tribulaciones, han
mezclado la extrema pobreza que padecen con el gozo extraordinario que
experimentan, y como resultado, han abundado en rica generosidad. No
han dado sólo lo que pueden dar, sino mucho más; y soy testigo de que lo han
hecho voluntariamente.
Pues nos
suplicaron con insistencia que les concediéramos el privilegio de ofrendar para
los cristianos de Jerusalén. Y, mejor todavía, sobrepasaron nuestras más
altas expectativas: lo primero que hicieron fue dedicarse por entero al Señor y
luego se pusieron a nuestra disposición, de acuerdo con la voluntad de Dios.
Este texto es un pasaje con el
que podemos identificarnos sin lugar a duda en este tiempo, las iglesias, tanto
como la sociedad entera hemos estado pasando por crisis económica. Pero este
pasaje también me hace recordar que no es la única temporada de crisis o
necesidad que hemos pasado o que pasaremos. De hecho, Jesús un día dijo: a los
pobres siempre los tendrán entre ustedes (Mar 14:7) Esto nos recuerda que hay
personas, incluso creyentes que viven en una constante de escases y
limitaciones. Pero la buena palabra que podemos encontrar en este pasaje es que,
en medio de esta condición de vida o temporada para otros, hay algo que debemos
aprender, veamos de que se trata.
Debemos aprender sobre:
LA
GRACIA DE DIOS (vr 1-2) Quiero hablarles ahora sobre la gracia que Dios ha dado a las
iglesias de Macedonia, aunque los hermanos han estado
pasando por grandes tribulaciones, han mezclado la extrema pobreza que padecen
con el gozo extraordinario que experimentan.
Al igual
que los macedonios, incluso en los momentos de tribulación y prueba o de escasez,
contamos con la gracia de Dios. En este caso la “gracia” es ese poder
sobrenatural, poder divino que nos permite alcanzar aquello que humanamente es
imposible hacer. Así que los macedonios habían alcanzado un nivel
extraordinario de poder, resistencia, fuerza y fe en medio de la tribulación y
la necesidad económica que estaban pasando.
La gracia de Dios fue derramada sobre ellos a tal
grado que eran capaces de experimentar gozo a un en medio de su crisis, aun en
medio de su necesidad, aun en medio de su tribulación, aun en medio de su prueba.
Es
imposible leer este pasaje sin traer a mi memoria mis años de adolescente en la
iglesia, siendo una pequeña servidora y viviendo en las peores temporadas de
escases al lado de mi familia, sin embargo, recuerdo muchas victorias que
pudimos experimentar en aquellos días difíciles. Todavía recuerdo el gozo que
había en nosotras al entonar alabanzas, al levantar un ayuno, o al leer la
palabra, en medio de nuestra necesidad, definitivamente la alegría y el gozo
que se experimenta en medio de una tribulación es una recompensa a la fidelidad
a Dios y Dios derrama su gracia sobre nosotros para poder enfrentar las más
difíciles pruebas.
II.-LA GENEROSIDAD DE LOS MACEDONIOS ( vr 3) y como resultado, han abundado en rica
generosidad. No han dado sólo lo que pueden dar,
sino mucho más; y soy testigo de que lo han hecho voluntariamente.
Lo mas
extraordinario de esto no es solamente que fueron una iglesia que podía
permanecer en el gozo de Dios durante los escases o la tribulación, lo mas
extraordinario es que en medio de su propia necesidad podían dar y no solo eso,
eran generosos para dar. El pasaje es claro cuando dice que daban no solamente
lo que podían dar, sino mucho más y lo mejor de esto es que lo hacían
voluntariamente.
Tres cosas que podemos aprender.
·
Dar en
medio de la escasez
·
Dar
generosamente
·
Voluntariamente
En otras
palabras, no era una iglesia que perdía el gozo a la hora de ofrendar, diezmar
o aportar algún tipo de ayuda. Tampoco daba murmurando, obligados, amenazados,
ni presionados por manipulación alguna o condicionados o enojados.
Sencillamente era una iglesia que sabia dar como resultado del gozo que
producía en ellos la gracia de Dios.
III.- LA PRIORIDAD DE LOS MACEDONIOS ( vr 4-5)
Pues nos suplicaron con insistencia que les concediéramos el
privilegio de ofrendar para los cristianos de Jerusalén. Y, mejor todavía,
sobrepasaron nuestras más altas expectativas: lo primero que hicieron fue
dedicarse por entero al Señor y luego se pusieron a nuestra disposición, de
acuerdo con la voluntad de Dios.
¿Por qué aprendemos tanto de los macedonios? ¿Por
qué eran capaces de dar más allá de lo que podían dar? ¿Porque eran capaces de
sobrepasar las expectativas de los mismos Apóstoles, del mismo Pablo? Porque la
gracia de Dios los hacia ir más allá, toda venia como resultado de poner como
prioridad al Señor.
“lo
primero que hicieron fue dedicarse por entero al Señor…”
Tanto
así que ellos mismos suplicaron con insistencia que les concedieran el
privilegio de ofrendar. Creo que este es el mejor momento para retomar el poner
a Dios primero, para volver el propósito de nuestro servicio, nuestro trabajo y
todo lo que ofrecemos directamente a Dios, para dejar de mirar al hombre,
aunque el pasaje es claro cuando dice que los macedonios lo primero que
hicieron fue dedicarse por entero al Señor y luego se pusieron a disposición de
los apóstoles, o representantes de la iglesia o lideres a cargo, de acuerdo con
la voluntad de Dios. Porque todo tiene un orden y si estamos como estamos
muchas veces es porque nos cuesta aceptar tanto poner a Dios primero y
entregarnos a su servicio por entero y segundo, nos cuesta más ponernos a
disposición de los que dirigen la iglesia. Y por supuesto como resultado de
esta falta de disposición no podemos experimentar el gozo de la gracia de Dios
ni en las malas, ni en las buenas, ni en abundancia y menos en escasez, y menos
queremos dar y mucho menos ser generosos.
¿Qué va
a pasar con nosotros en este año? ¿Abundaremos en la gracia y rica generosidad
o seguiremos atorados en las pruebas de escasez y tribulaciones?
Decide
hoy entregarte a Dios por entero y deja que su gracia fluya sobre tu vida,
experimenta el gozo de poder gozarte aun en medio de tu necesidad y hacer lo
correcto para la gloria de Dios.
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