NI LLUVIA NI ROCÍO


 NI LLUVIA NI ROCÍO.

¡Haz llover!

La lluvia en la biblia sin duda es un símbolo de gran bendición, el Señor mismo llama a esto en Deuteronomio 28.12 su especial tesoro, muchos momentos de crisis en la biblia se caracterizaron precisamente por la falta de lluvia. Así que cuando no había lluvia el pueblo se humillaba y clamaba a Dios con todas sus fuerzas. Cuando pasamos por tiempos como estos dos últimos años es como si estuviéramos viviendo una gran sequía y ausencia de lluvia, pues por todos lados vemos crisis y necesidad. No estamos viviendo una sequía literal de lluvia, pero sin duda es un tiempo de sequía en muchos otros aspectos el que estamos pasando, es por eso que debemos clamar a Dios ¡Haz llover!

Sin embargo, detrás de estos tiempos de sequía ocurren historias extraordinarias que nos han sorprendido. Pues en medio de todo lo que ha sucedido Dios se ha manifestado a muchos de una forma especial. Creo que puedo encontrar una similitud entre este tiempo y el tiempo en el que el profeta Elías predijo una sequía que afectaría a todo Israel, sin embargo, en medio de la crisis Dios movió su mano para cuidar y bendecir a los suyos.

Esta historia nos da grandes lecciones que debemos tomar en cuenta en este tiempo, pues como hijos de Dios debemos estar preparados cuando se dan este tipo de situaciones para que no respondamos ante ellas como el mundo lo hace, con desesperación o desesperanza, sino con seguridad y certeza del propósito de Dios en nosotros, debemos tener una perspectiva sana y correcta de lo que sucede, pues muchos incluso cristianos no logran entender ¿por qué suceden estas cosas?  Y ¿por qué ellos están pasando por situaciones difíciles? Al grado que no son capaces de ver la mano de Dios en medio de la dificultad.

Así que veamos las verdades que nos da la historia de la sequía en el tiempo de Elías.

ORANDO POR SEQUÍA

Creo que a muchos cristianos no les cae el veinte de la forma en la que Dios obra en el mundo y cuál debe ser nuestra respuesta ante tal mover. Primeramente, los cristianos deben saber interpretar los tiempos y estar preparados para ellos.

En tiempos de sequía necesitamos hombres como Elías, con su espíritu valiente, ungido y esforzado, porque debemos tener presente que esta sequía vino porque Elías oró.

Elías era un hombre con debilidades como las nuestras. Con fervor oró que no lloviera, y no llovió sobre la tierra durante tres años y medio. Santiago 5.17

Se necesita entender el corazón de Dios para orar de esta manera, porque todos oraríamos sin duda para que Dios envíe lluvia, pero muy pocos o nadie ha orado para que deje de llover, debe haber una comunión y un conocimiento de Dios personal para saber que esa oración tiene que ser hecha. Debemos tener mucho discernimiento para saber que a veces lo que las personas necesitan es lo opuesto a lo que esperan que suceda.

Lo interesante de esto no solo es que Elías oró para que no lloviera, sino que también él mismo se vería afectado por la sequía. Es por eso que hoy muchos necesitan tener claro que un creyente no está exento de las crisis, pasar por una crisis es humano y natural en nuestras vidas.

LA SEQUIA ES UN LLAMADO.

Ahora bien, Elías, el de Tisbé de Galaad, fue a decirle a Acab: «Tan cierto como que vive el Señor, Dios de Israel, a quien yo sirvo, te juro que no habrá rocío ni lluvia en los próximos años, hasta que yo lo ordene». 1 Reyes 17.1

Ni rocío ni lluvia, esto nos habla del nivel de sequedad que se dio en ese tiempo.

Arriba, los cielos se pondrán rígidos como el bronce, y abajo, la tierra se volverá dura como el hierro. Deuteronomio 28.23

Para este punto debemos marcar que no es lo mismo pasar por una sequía que pasar por un desierto. Cuando pasamos por un desierto es un proceso que nos lleva a un destino, el desierto es un punto de transición, pero cuando pasamos por una sequía es un llamado a volvernos a Dios. El desierto es parte de nuestro camino, la sequía llega inesperadamente.

Pero sobre todo la sequía es un símbolo de la ausencia de la bendición de Dios y por lo tanto un llamado al arrepentimiento y volverse a él. La magnitud del efecto que ha traído esta pandemia debería hacernos reflexionar sobre nuestra condición delante de Dios, si sentimos que nos ha pegado muy duro, entonces deberíamos pensar seriamente en reconciliarnos con Dios. lamentablemente muchas personas en lugar de volverse a Dios se han alejado, en lugar de buscarlo minimizado su búsqueda, las personas se preguntan ¿Dónde está Dios? pero ahora realmente podemos preguntarnos ¿Dónde están las personas?

DIOS ESTÁ CONTIGO EN LA SEQUÍA

Entonces la palabra del Señor vino a Elías y le dio este mensaje: «Sal de aquí hacia el oriente, y escóndete en el arroyo de Querit, al este del Jordán.  Beberás agua del arroyo, y yo les ordenaré a los cuervos que te den de comer allí».  Así que Elías se fue al arroyo de Querit, al este del Jordán, y allí permaneció, conforme a la palabra del Señor.  Por la mañana y por la tarde los cuervos le llevaban pan y carne, y bebía agua del arroyo. 1 Reyes 17.2-6 NVI

¿creen que ese fue un milagro de Dios? creo que nadie puede negar que este es un poderoso y extraordinario milagro de Dios, sin embargo, creo que muchos de nosotros hemos vivido milagros así o mayores durante este tiempo, sin embargo, no somos capaces de verlos.

Como ya dijimos vemos que Elías no quedó exento de esta crisis, sin embargo, sabía que había un propósito detrás de ella y que, aunque el mismo sería afectado no oró para que se quitara para resolver su propia situación sino hasta que el pueblo de Dios lograra entender el llamado a volverse a él.

Ahora lo siguiente ¿Cuántos de nosotros hemos estado bebiendo de un arroyo y siendo alimentados con pedazos de pan y carne? Puede imaginarse como sería vivir algo así. Sin embargo, creo que muchos de nosotros no nos han hecho falta nuestras comidas, en el caso de Elías eran por la mañana y la tarde así que había cena, en el caso de muchos de nosotros hasta nos pasamos de cenar, sin embargo, aun así, muchos cristianos pueden ser mal agradecidos y renegar de su situación actual sin entender que cada día están viviendo un milagro de la provisión de Dios en este tiempo difícil.

Personalmente creo que Dios ha estado conmigo en estos días pues como dijo Mardoqueo respiro y liberación han venido de algún lado. Dios nos ha sorprendido a través de “pequeños milagros” (que por supuesto son grandes) aunque difíciles de ver para muchos son muy precisos para no ser notados. Dios ha sido bueno.

Ahora bien, quiero terminar pensando si Dios ha sido bueno en medio de la sequía ¿Cómo será su obra en medio de la lluvia? Es por eso que nuestra oración después de todo este tiempo es Señor ¡haz llover!

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