IMPULSO A LA GLORIA.


IMPULSO A LA GLORIA.

 El impulso es algo que todos los seres humanos practicamos cada día, y es una descarga de energía y fuerza que necesitamos tanto física como mentalmente, para poder llevar a cabo todas las cosas. El impulso es potencia, es la que nos levanta de nuestra cama todos los días, la que nos permite correr, saltar, bailar, y hacer cualquier otra cosa que te imagines, es esta fuerza la que le permite a los humanos correr maratones, dar a luz a un bebé o tomar un semestre de clases online, pero  también podemos encontrar esta fuerza en nuestra mente, si creemos que vamos a fallar en algo probablemente así será, pues muchas veces es mucho más agotador estar cansado de forma mental que física, porque incluso si dormimos bien la noche anterior, o tomamos una siesta por la tarde pero nuestra mente no deja de sobre pensar las cosas o se encuentra es un estado de depresión o ansiedad profundo, no hallaremos jamás las ganas para hacer lo que debemos hacer.

          En días difíciles, cuando el impulso es precisamente todo lo que nos hace falta recuerda que cuando somos débiles, entonces somos fuertes. Rememorar la palabra de Dios es una poderosa forma de vencer, muchas veces incluso, a nosotros mismos.

Pues Dios no nos ha dado un espíritu de timidez, sino de poder, de amor y de dominio propio. 2 Timoteo 1:7

 

     ME ENCANTA este pasaje, personalmente, porque conozco lo que se siente vivir atemorizado, y saber que Dios desea vernos vestidos de poder no importa si somos pequeños o grandes, ricos o pobres, esclavos o libres es algo que me llena de esperanza.

       La pandemia ha venido y nos ha sometido, hundiéndonos en el temor y en la ansiedad, oh, pero el Señor no desea vernos en esa condición, el desea vernos empoderados, el temor viene cuando olvidamos quienes somos y quién es Dios. Dios es luz, pero trabaja en las sombras de nuestra vida, y desea sacarnos de ese sitio.

 

1.- Impulso de poder.

“No lo intentes, hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes”

(Star Wars, el imperio contraataca)

             Vamos a lo primero, y es que la “fuerza” y el “poder” no son la misma cosa, la fuerza es energía, es potencia, es el impulso que necesitamos para llevar a acabo una acción, muchas veces es un golpe de motivación para salir de nuestra zona de confort e intentar algo, pero nada más, podremos tener mucha fuerza y quedarnos toda la vida en intentos que nunca lograron nada, pero cuando estamos con Dios lo que él  quiere depositar en nuestro espíritu no son  solo intentos, no es sólo fuerza bruta y ya, él no quiere darnos un impulso para “ver si podemos hacer las cosas” NO, el quiere darnos un espíritu triunfante, poder es dominio, es potestad, es éxito, Dios no nos está dando la oportunidad de intentarlo, cuando el abre la puerta es para que ganemos, es para darnos la victoria.

       Muchas veces podemos obtener la fuerza por nosotros mismos, pero sólo Dios puede darnos él éxito que acompañe a ese impulso. Así que sí, necesitamos tomar el impulso, pero conscientes de que, solo con Dios, podremos salir victoriosos.

Caminamos en victoria, victoria que él ganó.

(Freedom Is Coming, Hillsong Y&F)

      La fuerza y poder que Dios ha depositado en nosotros nos hace ganadores, así que no hay razón para temer, enfoquemos nuestro objetivo ¿Qué es lo que vamos a hacer con la victoria que Dios ha puesto en nuestras manos? ¿A dónde vamos a ir con ese poder?  ¿Cómo vamos a usarlo? Dios desea que podamos tomar su regalo de éxito para contarle al mundo quién es y qué es lo que puede hacer.

      Para esto quiero contarte rápidamente una historia que me encanta, y es la de Sydney Mclaughlin, una atleta estadounidense especializada en las carreras con Vallas que acaba no solo de ganar dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, sino que además rompió un record en su disciplina pues fue capaz de correr 400m con vallas en poco más de 51 segundos, cuando muchos de nosotros posiblemente ni siquiera podemos saltar una valla. Pues durante una entrevista para NBC, Sydney dijo “Permítame empezar diciendo que es un honor poder representar no sólo a mi país, sino también al reino de Dios. Lo que tengo en Cristo es mucho más grande que lo tengo o no tengo en la vida”

      Me encanta como ella dice representar al reino de Dios en las Olimpiadas, porque podríamos creer que un evento para nada espiritual como lo son los juegos olímpicos, no son un lugar en el que Dios necesite ser representado, ¿Porqué Dios querría tener representación ahí? Pero es una pregunta que podríamos hacernos en todos los casos, ¿Por qué Dios necesitaría representación en nuestra casa? Sí él ya es Dios, ¿Porqué necesita que lo representemos, en el trabajo o en la escuela? Cuando meditamos en estado, nos damos cuenta que es porque para eso nos ha dado un espíritu de poder, para eso nos ha dado autoridad y éxito por encima de otros, para que lo usemos para gritar al mundo entero a quién estamos representando, no en voz baja, ni con miedito o pena, ¿Por qué habríamos de temer, cuando es el Dios vivo el qué está respaldándonos?

 

“¿Quién en la tierra dijo que mi alabanza debe ser mansa?”

(Might Sound Wild, Hillsong UNITED)

      Si creo en él ¿Porqué tengo que decirlo en voz baja? Sí creo en él ¿Por qué tengo que disimularlo? Sí confío en él ¿Por qué tendría que callar?

2.- Impulso de amor.

Si no tengo amor, de nada me sirve hablar todos los idiomas del mundo, y hasta el idioma de los ángeles. Si no tengo amor, soy como un pedazo de metal ruidoso; ¡soy como una campana desafinada! 1 corintios 13:1

           Bueno, bueno, ya entendimos que Dios nos ha dado un espíritu de poder, no solo para intentarlo sino para ganar. La cosa es que, no se trata solo de decir “Con los hijos de Dios nadie se mete” porque con los seres humanos, y especialmente con los mexicanos, las posiciones de poder tienden a torcernos, se nos suben los humos una vez que estamos en la cima, y nos encanta el poder, de forma que, en cierto punto, dejamos de liderar y comenzamos a dictar.

         Pero hay una buena noticia y es que este impulso de poder por parte de Dios, viene acompañado con un impulso de amor, de esta forma podemos mantenernos en la posición en la que Dios nos ha puesto, sin desviarnos del camino y actuar de mala manera.

      Hay muchas personas con posiciones importantes y que son exitosas, pero su forma de ser deja mucho que desear, son groseros, déspotas o chocantes, y la cosa es que, Dios no desea que seamos ese tipo de personas. En casa, en el trabajo, en la escuela o en la iglesia, si Dios nos ha colocado en una posición privilegiada, necesitamos recordar porqué estamos ahí, quienes somos en él, y nunca olvidar en el amor que debemos mostrar delante de todo el mundo.

      No solo como cristianos, sino como mexicanos también, tenemos una dura cultura de crítica, criticamos a los demás por todo lo que hacen, por sus estilos de vida, por su apariencia o por como se comportan, con base en “lo que creemos que es correcto o no” pero no importa lo que nosotros creamos que está bien o mal, importa lo que Dios cree de todos los seres humanos, y es el amor.

     No importa cuanto pequemos, quienes seamos o lo que hayamos hecho, Dios sigue aún amándonos, y siempre que nos arrepintamos él nos va a contar nuevamente en el equipo, no importa si somos negros o blancos, gordos o flacos o la manera en que nos vemos, no es con base en nuestra perspectiva, sino en la perspectiva que tiene Dios de nuestro corazón. De nada sirve que seamos los reyes del mundo, y glorifiquemos a Dios y hablemos su palabra a todo el mundo, si somos unos tiranos, si somos unos criticones y si en nuestro corazón no hay amor.

Pensé que se había acabado, pensé que estaba hecho, pero tú tienes la última palabra, y la última palabra es amor.

(Bofore and After, Elevation Worship)

 

3.- Impulso de dominio propio.

                 Y finalmente llegamos a esta parte de aquí, quiero que notemos que todas estas cualidades que Dios quiere darnos se complementan mutuamente, el poder se puede volver tiranía si no hay amor, y aunque el amor de Dios puede perdonarnos una y otra vez, es importante el demonio propio, para ya no fallar nunca más.

      Dios quiere vernos victoriosos, quiere vernos amados y siendo amor para los demás, pero también quiere vernos estables, y que el poder que nos ha dado en la vida terrenal también lo tengamos por encima de nuestros pecados y nuestros propios deseos.

Como ciudad sin defensa y sin murallas
es quien no sabe dominarse.

Proverbios 25:28

        No podemos mantenernos en la posición que Dios desea darnos si no tenemos la capacidad de dominarnos a nosotros míos, que lejos llegaríamos muchas veces si nos diéramos cuenta del poder que hay en nosotros cuando tomamos nuestra debilidad y nos vencemos a nosotros mismos.

        Dios hace un camino hacia la gloria, con el objetivo de que su nombre sea elevado en alto, lo hará con o sin nosotros, pero el desea que seamos parte, que lo busquemos y nos acerquemos a él, que sujetemos nuestro carácter, nuestras debilidades o los obstáculos que nos están impidiendo alcanzar el poder que el desea darnos.

     Recordemos que el desea volvernos poderosos, pero no tiranos, amorosos pero no condescendientes y sobre todo dueños de nosotros mismos.

 

         

 

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