Y luego el Espíritu le impulsó al desierto. 13Y estuvo allí en el desierto cuarenta días, y era tentado por Satanás, y estaba con las fieras; y los ángeles le servían. Marcos 1.12
¿Te has sentido en algún momento impulsado a hacer algo? Muchas veces hemos tenido impulsos que lo han hecho, en algunas ocasiones son cosas buenas y en otras son malas, por supuesto debemos cuidar de no hacer las cosas incorrectas llevados por un impulso carnal, para eso necesitamos el dominio propio. ¿ha visto esas escenas en las películas donde alguien golpea a otra persona y nos asusta, pero luego resulta que solo lo hizo en su imaginación? Porque sentía el impulso a hacerlo, pero tuvo el control de no hacerlo, creo que así nos sucede muchas veces, pero ¿siempre tienes el control? A veces el impulso es más grande que es difícil resistirse.
Por otro lado ¿has sentido el impulso de Dios en tu vida? Has sido movido por Dios a hacer algo, sabes que has recibido el impulso de Dios porque no es algo natural que viene de ti, porque no es algo que harías comúnmente, así que sabes que Dios tuvo que tocarte fuertemente para moverte en ese impulso. El impulso del Espíritu es como cuando Pedro declaró que Jesús era el Cristo y Jesús aclara que eso no había salido de él, sino que le había sido dado, muchas veces igual nosotros hacemos cosas que tienen esa característica, es algo de lo que nosotros mismos nos asombramos, pero lo cierto es que nos ha sido dado por Dios, hoy ruego porque cada creyente tenga esos impulsos de Dios para ir a otro nivel.
Jesús mismo recibió el impulso de Dios y de su ejemplo es que podemos aprender algunas cosas importantes.
El impulso nos lleva por procesos
Cuando hablamos del impulso de Dios quisiéramos que ese impulso se relacione con momentos felices y relajados de nuestra vida. Por supuesto el impulso tiene el propósito de llevarnos a otro nivel, pero algunas veces el camino no es como lo imaginamos. Cuando pensamos que necesitamos un impulso de Dios es porque precisamente queremos salir del punto en el que estamos, pero resulta que en ocasiones el impulso nos lleva precisamente a puntos que podrían significar un retroceso, la biblia dice Jesús fue impulsado al desierto, o sea ¿Cómo? yo espero que el impulso me lleve hacia delante, al crecimiento, a la bendición, a la prosperidad, pero no me imagino que el impulso me llevará al desierto, al vacío, a la escases, a la soledad, a la angustia.
Sin embargo, fue en el desierto donde Dios formó a muchos hombres de la biblia, y se necesita en serio el impulso de Dios para ser llevado al desierto y para entender el proceso, todos quieren ir a lo glorioso, pero de la experiencia de Jesús aprendemos que, para ir a lo extraordinario primero necesitamos pasar por el proceso. ¿Qué procesos estás pasando? La pregunta ahora es ¿Qué te llevó allí? Si fueron tus malas decisiones se debe aprender y corregir, pero si estás ahí porque Dios te impulsó a estar allí entonces sabes que no estás equivocado y que debes ser valiente en el proceso.
El impulso nos lleva a la preparación
No desaproveches los desiertos de tu vida, la diferencia entre las personas exitosas y las que no lo son es que los exitosos han aprendido hasta de los momentos difíciles de la vida. ¿Estas pasando por un tiempo difícil? No preguntes ¿hasta cuándo? No te la pases quejándote hasta que todo termine, mejor pregúntate ¿Qué tengo que aprender? ¿Cómo esto me ayuda a crecer? Es difícil entenderlo, pero a veces para formar un carácter y tener experiencia es necesario pasar por dificultades.
Jesús fue llevado al desierto, donde no había nada, ahora bien ¿Qué no fue al desierto para ser bautizado por Juan? O sea ¿Qué no estaba en el desierto? Pues sí, pero hay de desiertos a desiertos, y este desierto era un gran desafío. Así que Jesús fue llevado a un lugar verdaderamente solitario, un lugar de escases ¿Qué hizo Jesús en un lugar donde todo escaseaba? Ayunar. Si no había comida, pues no comía. A veces la parte difícil de un desierto es que lo que más anhelamos es lo que no hay, debemos aprender a vivir sin aquello que tanto deseamos, debemos aprender a depender solamente de Dios, es en el desierto donde nos encontramos con los desafíos más grandes de nuestra fe, donde nuestras opciones son escasas, mientras las personas tengan opciones a su alcance su dependencia de Dios será menor, necesitas estar sin nada para anhelar la casa del padre, necesitas estar en el desierto para anhelar la tierra prometida como Caleb, a veces lo que nos hace falta es un buen desierto que ponga a prueba nuestra fe.
Tal como Moisés y Elías Jesús estuvo 40 días ayunando apartado para Dios, tal vez el cuerpo se debilita, pero sin duda el espíritu se fortalece, como han dicho algunos expertos esta pandemia te afectará o te fortalecerá, puedes rendirte ante todo lo que está sucediendo o puedes fortalecerte.
El impulso nos lleva a pasar por las pruebas.
El desierto por sí mismo no es la verdadera prueba, muchos pueden sobrevivir al desierto, pero no ante las pruebas, es decir puedes aguantar las calamidades de las pruebas, pero ¿Qué hay de las tentaciones? Es cuando pasamos desiertos cuando nos volvemos más vulnerables a las tentaciones y el diablo lo sabe, todo el tiempo somos tentados, pero somos más débiles cuando estamos pasando por desiertos, alguien puede sentirse tentado a beber y resistir porque las condiciones en las que se encuentra son cómodas, pero bajo una situación de estrés el deseo de beber se puede hacer más difícil de controlar.
Algunos piensan que Jesús fue tentado durante los 40 días en el desierto, pero otros creen que fue en los últimos días, precisamente cuando más débil y vulnerable podría sentirse. ¿Por qué Dios nos impulsa a pasar por todo esto? Es precisamente porque quiere llevarnos a otro nivel. John Maxwell dice que los lideres no pueden ir más allá de los límites de su carácter, alguien puede crecer mucho pero su carácter siempre será su limitante, necesitas vencer las tentaciones para poder ir al otro nivel. Las tentaciones que enfrentas no son para que mueras en el desierto son para que salgas victorioso de él.
Finalmente, algo que no debemos pasar por alto es que antes de recibir el impulso del Espíritu Jesús fue lleno de él.
Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto. Lucas 4.1
Si queremos el impulso del Espíritu necesitamos buscar primeramente la llenura del Espíritu, la razón por las que muchos no sobreviven a las inclemencias del desierto es porque les hace falta la llenura del Espíritu, no puedes ir vacío a un lugar donde hay más vacío, necesitas la llenura del Espíritu en tu vida para superar la crisis y los ataques del diablo.
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