Despójate de lo que te roba el impulso


Ya hemos hablado de como el impulso puede ayudarnos a lograr grandes resultados, sabemos que el impulso es bueno es por eso que debemos mantenernos buscándolo, pero cuando lo logramos debemos tener mucho cuidado de no perderlo, hay muchas cosas que pueden robarnos el impulso o estorbarnos para que pierda su fuerza, a veces no nos damos cuenta que estamos perdiendo el impulso porque todo a nuestro alrededor aparentemente sigue normal, pero poco a poco algo está reduciendo la velocidad y nuestro avance en el reino de Dios.

Por lo tanto, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de fe, quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante. Hebreos 12.

Como sabemos antiguamente los atletas en la antigua Grecia hacían sus disciplinas de competencia desnudos, que es la referencia que Pablo nos da en este pasaje, pero ¿Por qué hacían esto? Según una antigua leyenda en el año 720 a. C. Orsippus de Megara estaba en una carrera de 185 metros cuando se le cayó el taparrabo, así que en lugar de detenerse por el incidente y procurar cubrirse, continuó la carrera y la ganó. Eso causó sensación en los demás que se volvió parte normal competir de esa manera. Es bien sabido que para participar los atletas tienen que ir lo más ligeros posibles, antiguamente no era posible por lo que los más ligero era ir sin ropa, actualmente la ropa tiene las condiciones adecuadas para facilitar a los atletas las actividades. Esto Pablo lo usa como ejemplo de que en ocasiones llevamos con nosotros un lastre que nos está estorbando en esta gran carrera del reino de Dios y debemos despojarnos para poder ir más ligeros.

Cuando Israel salió del desierto fue sin duda un momento extraordinario, lo que había sucedido se escuchó por todas partes, pero hubo momentos en los que el impulso de Israel se frenó y no pudieron tener éxito. Tal fue el caso de la murmuración de María y Aaron que detuvo el avance de Israel por unos días mientras María sanaba de la lepra que había venido a causa de eso, también vemos una especie de lucha de impulso cuando Josué pelea contra Amalec, mientras Moisés alzaba las manos el ejército de Israel ganaba, cuando las manos bajaban Israel perdía. De estos sucesos aprendemos algunas lecciones importantes sobre lo que también puede convertirse en un freno para nosotros, sin embargo, hubo un acontecimiento que fue un golpe duro para Israel y es en el que nos enfocaremos el día de hoy

Israel llegó con gran impulso a la tierra prometida con hambre y sed de victoria, una ciudad fortificada como Jericó estaba temblando ante su llegada, estaban rendidos antes de la batalla. Sin embargo, no todo fue como lo esperaban pues a causa del pecado su avance tuvo un revés.
  1. Que sucede cuando perdemos el impulso
  • Tus enemigos pequeños te derrotaran aun cuando tus planes sean excelentes
Josué envió a algunos de sus hombres desde Jericó para que espiaran la ciudad de Hai, que está al oriente de Betel, cerca de Bet-avén. Cuando regresaron, le dijeron a Josué: «No es necesario que todos vayamos a Hai; bastará con dos mil o tres mil hombres para atacar la ciudad. Dado que ellos son tan pocos, no hagas que todo nuestro pueblo se canse teniendo que subir hasta allí». Josué 7. 2-3 NTV

Con la victoria de Jericó los hijos de Israel tenían garantizada la victoria sobre Hai, sin embargo sabemos que no fue así, cuando perdemos el impulso hasta lo más pequeño nos derrota, hasta lo más pequeño nos da miedo, lo más pequeño nos causa problemas, hemos enfrentado en otros tiempos grandes tempestades pero con el impulso de Dios no se sienten, sin embargo cuando perdemos su respaldo todo parece imposible, aun cuando tengamos todo estructurado, organizado y planeado como lo había hecho Josué.
  • Habrá una sensación de temor y se perderá el animo
Así que enviaron a unos tres mil guerreros, pero fueron completamente derrotados. Los hombres de Hai 5 persiguieron a los israelitas desde la puerta de la ciudad hasta las canteras y mataron como a treinta y seis que iban en retirada por la ladera. Los israelitas quedaron paralizados de miedo ante esto, y su valentía se desvaneció. Josué 7.4-5 NTV

Otras versiones dicen que perdieron el ánimo o el corazón se les hizo agua. Creo que todos hemos tenido ese sentimiento en algún momento, tus piernas se vuelven como jalea.
¿Alguna vez ha tenido mucho miedo? El miedo paralizó a los hijos de Israel, el miedo no te deja moverte, no te permite actuar, te bloquea. ¿a qué le tuvieron miedo los hijos de Israel? No era a los de Hai pues ya habían sido derrotados por ellos, sino al futuro a lo impredecible, ese es el miedo que más nos consume. Cuando no tenemos idea de cómo funcionaran las cosas, este miedo conduce al desaliento, tu animo se fortalece en las victorias, por eso el temor a perder puede paralizarte.
  • Sentimiento de frustración
Entonces Josué y los ancianos de Israel rasgaron sus ropas en señal de aflicción, se echaron polvo sobre la cabeza y se inclinaron rostro en tierra ante el arca del Señor hasta que cayó la tarde. Josué 7.6 NTV

La señal común entre el pueblo de Dios, el dolor debió haber sido desgarrador, el tiempo se les fue hasta la tarde en medio de la tristeza. Es difícil superar un sentimiento de frustración, miles de pensamientos pasan por tu cabeza de tal manera que no te das cuenta como pasan tan rápido las horas.
  • Sentimiento de una vida mejor en el pasado
Entonces Josué clamó: —Oh Señor Soberano, ¿por qué nos hiciste cruzar el río Jordán si vas a dejar que los amorreos nos maten? ¡Si tan solo nos hubiéramos conformado con quedarnos del otro lado! Josué 7.7

Los israelitas querían volver a Egipto cuando estaban en el desierto, ahora quieren volver al desierto cuando están en la tierra prometida. Tendemos a vivir una vida de comparaciones, siempre queremos estar en una zona de comodidad, de tal manera que cuando la perdemos quisiéramos regresar a ella, aunque haya tenido los inconvenientes que haya tenido, no nos gusta pasar por nuevos problemas que tengamos que enfrentar.
  • Podrían perder su imagen victoriosa
Señor, ¿qué puedo decir ahora que Israel tuvo que huir de sus enemigos? Pues cuando los cananeos y todos los demás pueblos de la región oigan lo que pasó, nos rodearán y borrarán nuestro nombre de la faz de la tierra. Y entonces, ¿qué pasará con la honra de tu gran nombre? Josué 7.8-9

Los eventos milagrosos ocurridos en Egipto hicieron que naciones fortificadas como Jericó temblaran de miedo, ahora la noticia de que un pueblo pequeño como Hai sería un mensaje de que son un pueblo débil y que cualquiera podría vencerlos. Cuando somos fuertes ante las grandes crisis somos admirados y respetados, cuando somos débiles ante las cosas pequeñas somos subestimados.

        2. Como recuperamos el impulso
  • Vuelve a levantarte
Pero el Señor le dijo a Josué: —¡Levántate! ¿Por qué estás ahí con tu rostro en tierra? Josué 7.10 NTV

Hay momentos en los que no es tiempo de lamentos, podemos pasar tiempo hundidos en crisis preguntándole a Dios ¿Por qué? Sin embargo, Dios le dijo a Josué ¡levántate! El fracaso no es fracaso hasta que tú dices que ha sido un fracaso. Si no sabes que hacer empieza por levantarte del suelo, comienza a comer, muévete de tu lugar, pero no permitas que el sentimiento de dolor te hunda.
  • Examina tu vida medita sobre tus caminos
Israel ha pecado y ha roto mi pacto! Robaron de lo que les ordené que apartaran para mí. Y no solo robaron, sino que además mintieron y escondieron los objetos robados entre sus pertenencias. Josué 7.11 NTV

Siembran mucho, pero recogen poco; comen, pero no se sacian; beben, pero sin llegar a disfrutar; se visten, pero no se calientan; y el jornalero echa su salario en bolsa agujereada. Así dice el Señor del universo: ¡Reflexionad sobre vuestra situación! Hageo 1.6-7 BLPH

Detente un tiempo para analizar tu vida, se honesto y reflexiona sobre ti mismo, muchas veces evaluamos la vida de los demás, pero pocas nos detenemos a ver la nuestra. el pecado en nuestra vida puede ser un serio problema y no nos estamos dando cuenta que lo estamos llevando sobre nosotros.
  • Destruye lo que te está estorbando
Por esa razón, los israelitas huyen derrotados de sus enemigos. Ahora Israel mismo será apartado para destrucción. No seguiré más con ustedes a menos que destruyan esas cosas que guardaron y que estaban destinadas para ser destruidas. Josué 7.12

El pecado nos impide poder ganar y nos aparta de la cobertura de Dios, ¿Qué es lo que te está estorbando? No podrás vencer a menos que renuncies a ello. La biblia dice que el que encubre su pecado no podrá prosperar a menos que lo confiese y se aparte.
  • Santifica tu vida.
»¡Levántate! Ordénale al pueblo que se purifique, a fin de prepararse para mañana. Pues esto dice el Señor, Dios de Israel: “En medio de ti, oh Israel, están escondidas las cosas apartadas para el Señor. Nunca derrotarás a tus enemigos hasta que quites esas cosas que tienes en medio de ti”. Josué 7. 13 NTV

Vuélvete a Dios de todo corazón, confiesa tus faltas, ayuna, ora, pues solamente Dios es lento para la ira y grande en misericordia, cuando al rey David le ofrecieron que escogiera entre tres castigos, falta de alimentos por tres años, persecución de sus enemigos por tres meses, o tres días de epidemia, decidió escoger el castigo del Señor, porque dijo que los enemigos no tienen piedad, pero el Señor es grande en amor.
  • Repara el pacto
»Mañana por la mañana, deberán presentarse por tribus, y el Señor señalará a la tribu del culpable. Esa tribu, con sus clanes, deberá dar un paso al frente, y el Señor señalará al clan culpable. Entonces ese clan dará un paso al frente, y el Señor señalará a la familia culpable. Por último, cada miembro de la familia culpable deberá dar un paso al frente, uno por uno. El que haya robado de lo que estaba destinado para ser destruido será quemado con fuego, junto con todo lo que tiene, porque ha roto el pacto del Señor y ha hecho algo horrible en Israel. Josué 7.14-15 NTV

Finalmente, los hijos de Israel tenían que restaura el pacto roto, cuando fallamos ante Dios hacemos lo que no teníamos que hacer y dejamos a un lado nuestras promesas y pactos, por lo que debemos restaurarlos. Dios es fiel a su pacto y espera que nosotros también lo seamos.

Luego de que Acán fuera descubierto por el pecado que había cometido y condenado juntamente con su familia pues es de suponer que habían estado de acuerdo, Israel fue restaurado y continuó su tarea de conquistar la tierra. Si nosotros nos aplicamos y nos volvemos sinceramente a Dios, Dios nos restaurará y bendecirá nuevamente como al principio.

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