Empezando desde cero

 


Serie: Desde Cero

Empezando desde cero

Para muchos este tiempo de pandemia a significado un reinicio, no solo sobrevivimos a un virus mortal, sino a todo lo que conllevaba esta pandemia, así que muchos hoy están levantándose de las cenizas, algunos con lo poco que les queda están comenzando a organizarse, incluso la iglesia globalmente ha pasado por su propia crisis por lo que ahora toca levantarse de nuevo.

Esto por supuesto no debe ser visto de una forma desesperanzadora, sino con una visión optimista, si aún estamos aquí significa que Dios tiene planes con nosotros y que no nos ha dejado, debemos tener presente que si hay alguien que puede hacer cosas desde cero es Dios.

El famoso canto de inspiración El me levantará está inspirado en el siguiente versículo bíblico.

Él levanta al pobre del polvo y al necesitado del basurero. Los pone entre los príncipes y los coloca en los asientos de honor. Pues toda la tierra pertenece al SEÑOR, y él puso en orden el mundo. 1 Samuel 2.8 NTV

¿Cuántas veces nos ha dolido tener que empezar otra vez? Muchas veces hemos tenido que comenzar de nuevo algo que por alguna razón perdimos como un trabajo en la computadora, alguna actividad manual, y es muy molesto tener que hacerlo.

Pero Dios no nos creó para rendirnos, sino él mismo nos ha enseñado a comenzar desde cero, en el principio creo Dios los cielos y la tierra desde cero. Cuando el hombre peco no se rindió, reinició todo con Noé y su familia. Cuando el pueblo de Israel desobedeció en el desierto Dios comenzó de nuevo con Josué y la nueva generación. De hecho, el día que nos convertimos Dios nos hizo comenzar de cero, pues todas las cosas fueron hechas nuevas.

Si hay un personaje que sin duda comenzó desde cero es Jacob y en su vida nosotros encontramos un ejemplo si queremos ir creciendo en la bendición de Dios, tres condiciones fueron claves para que Jacob pasara de una vida de cero a una vida bendecida por Dios.

Jacob valoró la bendición de Dios

Creo que nadie amó y luchó tanto por ser bendecido como Jacob. El punto con la bendición es que, aunque muchas de ellas las recibimos por gracia de Dios, muchas otras debemos esforzarnos por alcanzarlas. A todos nos gusta recibir bendiciones y nos sorprendemos cuando vemos a alguien bendecido, sin embargo, muchas bendiciones son el resultado del esfuerzo y la constancia.

Jacob es un personaje que literalmente luchó por la bendición de Dios y a causa de eso fue bendecido grandemente por Dios. la pregunta es ¿Qué tanto valoras y deseas ser bendecido? Puede ser que tengamos un pensamiento conformista y limitarnos a que Dios nos bendiga cuando él quiera, o esforzarnos por alcanzar niveles mayores de bendición. Cuando nos esforzamos le estamos diciendo a Dios que estamos listos y tenemos la capacidad para ser bendecidos.

Jacob es el ejemplo de alguien que en verdad quería ser bendecido.

Desde su nacimiento venia aferrado a la bendición. Jacob venia dispuesto a tomar el lugar de Esaú por eso su padre le puso Jacob que significa “el que suplanta”

Luego nació su hermano, agarrado con una mano del talón de Esaú. A este lo llamaron Jacob. Cuando nacieron los mellizos, Isaac tenía sesenta años. Génesis 25.26 NVI

Cuando tuvo la oportunidad no la desaprovechó. Él supo valorar lo que su hermano menospreció, esa es la diferencia en la que muchos son bendecidos y otros no, mientras unos están conformes y tranquilos creyendo que tienen la bendición asegurada otros están inquietos y deseosos de ser bendecidos. No hay peor ladrón de bendiciones que el conformismo y la apatía por la bendición de Dios y no hay mayor apertura para la bendición de Dios que la búsqueda de ella.

Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. Génesis 25.31

Jacob tomó lo que por derecho y pacto ahora le pertenecía, no le mintió a su padre más bien evitó que su padre se enterara que Esaú había menospreciado la bendición que tenía por derecho de ser el primogénito.

Y Jacob dijo a su padre: Yo soy Esaú tu primogénito; he hecho como me dijiste: levántate ahora, y siéntate, y come de mi caza, para que me bendigas. Génesis 27.19

Jacob llegó hasta el punto de lucha con Dios por recibir su bendición. nunca estuvo conforme con lo que alcanzaba, no creía que era suficiente, este es un tiempo en el que debemos levantarnos y pelear como nunca la bendición de Dios. en medio de algunas deserciones debemos luchar y mostrarle a Dios que nosotros si queremos lo que otros han menospreciado.

Luego el hombre le dijo: —¡Déjame ir, pues ya amanece! —No te dejaré ir a menos que me bendigas—le dijo Jacob. Génesis 32.26 NTV

Jacob recibió un sueño de Dios

 Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella. Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia. Será tu descendencia como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, al oriente, al norte y al sur; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente. He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho. Génesis 28.12-15

Desear y luchar por la bendición no es suficiente, necesitamos un sueño que nos permita visualizarnos, porque en un punto tanta lucha y esfuerzo puede ser agotador y desalentador. Muchos son los que se esfuerzan al principio, pero poco a poco van perdiendo las fuerzas y el entusiasmo por crecer y ser bendecidos, a estos les hace falta una visión de Dios.

La visión de Dios me recuerda que nada es en vano, la visión de Dios me anima a levantarme una y otra vez, me impulsa a seguir adelante.  La visión de Dios es el impulso que muchos necesitamos hoy en día.

Cuando Jacob estaba en su punto más crítico, huyendo de su hermano, durmiendo sobre una piedra, pudo haberse encontrado en una crisis de lucha ¿valdría la pena tanto conflicto para encontrarse en la situación que ahora estaba? Pero Dios le dio un sueño, un sueño que mantendría vivo su deseo de perseguir la bendición.

Muchas veces necesitamos un sueño de Dios que nos abra los ojos y nos permita ver lo que no podemos ver humanamente. El sueño que Jacob tuvo le dio seguridad y la certeza de que Dios estaba con él, solo había sido un sueño, pero él tenía la firme convicción de que Dios se encontraba en ese lugar. ¿le ha pasado algo así? Es una sensación de seguridad, es una convicción de que es posible, en otras palabras, es Fe, y no hay nada mejor que la fe para empezar desde cero.

Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos. Hebreos 11. 1 DHH

Dios quiere despertar este día tu fe, que creas nuevamente que todo es posible, Dios quiere infundir en ti sueños nuevos que te inspiren que te hagan como Samuel salir y abrir las puertas con una nueva mentalidad con nuevas fuerzas.

Jacob pactó con Dios

E hizo Jacob voto, diciendo: Si fuere Dios conmigo, y me guardare en este viaje en que voy, y me diere pan para comer y vestido para vestir, y si volviere en paz a casa de mi padre, Jehová será mi Dios. Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios; y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti. Génesis 28.20-22

El tercer factor que llevó a Jacob de cero a la bendición fue pactar con Dios, puedes tener deseo de la bendición, puedes tener un sueño de Dios, pero Jacob quiso asegurar la promesa a través de un pacto con él.

Jacob está seguro de estar en una tierra donde Dios se encuentra, si por él fuera se quedaría allí, pero tiene que continuar su viaje, por eso dice “si fuere Dios conmigo” porque a la tierra donde va no sabe si Dios estará allá como lo está en ese momento.

Jacob tiene incertidumbre sobre lo que sucederá con él después de irse de ese lugar, así que hace un pacto que le pueda garantizar que tendrá el respaldo de Dios sobre su vida.  Quiere sentir el respaldo de Dios en tres aspectos, seguridad, provisión y paz. Seguridad en su viaje, provisión en su estancia y paz al regresar a su casa.

Jacob tiene bien claro y definido que es lo que espera de parte de Dios, pero también tiene claro lo que él quiere ofrecerle a Dios.

Primeramente se entrega así mismo, podemos pensar que el diezmo es la clave de este pacto pero como podemos ver antes que el diezmo Jacob entrega su vida a Dios en una relación verdadera, “Jehová será mi Dios” si queremos empezar desde cero, con deseos de ser bendecidos, con sueños que queremos alcanzar, debemos rendir a Dios sinceramente nuestras vidas, ya no podemos estar dando más vueltas al compromiso con Dios es tiempo de rendirnos sinceramente para servirle, hay muchos cristianos que quieren bendiciones, que sueñan cosas grandes, pero que cuando Dios los necesita simplemente no están, hoy es tiempo de entregarse por completo a Dios.

Segundo Jacob adoró a Dios diciendo: Y esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios. pasamos de la entrega a Dios a la devoción por él. Puede haber muchas persona s que se entregan a Dios, pero pocas tienen devoción y pasión por él. Así que el pacto de Jacob tenía entrega “jehová será mi Dios “y adoración pues ese lugar se había convertido en casa de Dios. cuando nos entregamos también estamos rindiendo el lugar donde nos encontramos para que sea una casa de Dios y una puerta del cielo.

tercero Jacob promete dar su diezmo a Dios, Jacob ya escuchó todo lo que Dios le ha prometido, así que no está condicionando sino actuando como consecuencia de esa promesa. La promesa del diezmo es un acto de fe, muchos lo practican y muchos no, porque esto es cuestión de un pacto voluntario con Dios. es por eso que primeramente nos ofrecemos a Dios y después nuestro diezmo, porque este viene como resultado de nuestro compromiso y comunión con Dios. muchos cristianos sirven en la iglesia sin diezmar hasta que llegan a este punto de entendimiento y son movidos a pactar con Dios por convicción.

Hoy puede ser que alguien no ha pasado al siguiente nivel, se ha entregado al servicio y ama a Dios, pero está sintiendo el llamado a diezmar, porque sabe que a través de eso se abren ventanas de bendición sobre las vidas.

Partir de cero nunca es fácil, pero si valoramos la bendición de Dios como nadie, tenemos el sueño de Dios y pactamos con él estamos dando grandes pasos para ver la gloria de Dios sobre nuestras vidas.

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