EL Aquí Estoy Genuino
EL Aquí Estoy Genuino
¿Cuál
es el significado detrás de un “Aquí estoy” auténtico? Utilizamos la frase aquí estoy de
forma tan común en nuestra vida cotidiana que le damos la misma poca
importancia cuando se trata de hablarle a Dios y decirle aquí estoy, sí aquí
estamos, pero ¿Por qué se lo decimos? Él nos puede ver, el sabe si estamos
disponibles o no, el sabe que tan ocupados o dispuestos estamos, de hecho, si
estamos aquí es por Él.
Para mí, lo que hace realmente genuino
nuestro aquí estoy, es cuando no hay nada más opacando nuestras
palabras, cuando no estamos buscando un favor especial de Dios y nos utilizamos
como un soborno para obtenerlo, nuestro aquí estoy es genuino cuando lo
decimos, pero no porque nos sintamos culpables después de haber pecado, nuestro
aquí estoy es genuino cuando estamos bien, cuando estamos quietos, estables,
tranquilos y nuestra alma tiene el deseo de hacerse presente delante de Dios.
1.
El aquí estoy genuino es leal a
la casa de Dios.
El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la
palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia.
1 de Samuel 3:1
Esta cita me atrapó totalmente, creo jamás
habíamos vivido un momento donde Dios guardara tanto silencio como en el que
estamos viviendo ahora, nuestras iglesias están pasando por etapas opacas, no
solo por la situación pandémica sino también por otros problemas que hemos
arrastrado desde atrás. Una de las cosas más difíciles por el momento es
escuchar la voz de Dios para saber que dirección tomar, hacia donde ir, que
hacer o que dejar de hacer.
Éste capitulo de
1 de Samuel nos presenta al pueblo de Israel en una de sus crisis más fuertes,
principalmente porque aquellos quienes servían en la casa de Dios habían
fallado, los hijos de Elí no conocían de Jehová, la casa estaba caída porque la
situación no era buena, la iglesia de Dios estaba apagada.
Entonces, con la
situación crítica en el templo, Dios busca llamar a una persona en específico,
Samuel, que había sido dedicado a Dios desde su nacimiento, que había servido
en su casa, que era fiel y obediente, tanto así que ministraba a Jehová en
presencia de Elí.
Y aconteció un
día, que estando Elí acostado en su aposento, cuando sus ojos comenzaban a
oscurecerse de modo que no podía ver,
3 Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el
arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada,
4 Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí.
1 de Samuel 3.
2-4
Me gusta mucho esta parte porque
aparentemente nos describe lo que estaba ocurriendo físicamente en ese momento
de la historia, pero siento que hay un mensaje mucho más profundo detrás, Elí
había permitido las cosas que sus hijos habían hecho en la casa de Dios, y Dios
ya le había hecho saber esto, para este momento, más que solo perder la vista
físicamente, ya no le iba a ser posible ver a Dios, ni oírlo.
Por otra parte, con la situación tan
degradante en su templo, el llamado de Samuel es con desesperación, y ocurre
antes de que su lampara de apagara. Nuevamente encontramos una narración física
de lo que ocurría, pero no así, Dios realmente está buscando lámparas que aún
no se han apagado, vidas que no importa que tan pequeño sea, aún tienen una
reminiscencia de la pasión de Dios, y aún recuerdan un poco de como se siente
vivir la gloria.
Dios está buscándote, está llamándote,
antes de que te quedes sin poder verlo, antes de que tus oídos se vuelvan
sordos, está buscando desesperadamente que tomes el llamado, que contestes la
llamada, que tu lampara no se termine de apagar por los problemas que han
venido sobre ti, sino que sople nueva vida en ti y seas capaz no solo de vivir
la fragancia de su gloria sino de ser tu quien despida ese perfume.
Las cosas a simple vista, para nuestros
ojos humanos pueden verse terminadas, pero hay algo que personalmente no puedo
abandonar, y es la esperanza, incluso en los momentos más difíciles que he
vivido durante el ultimo año sigo teniendo la esperanza de que algo puede pasar,
de que un milagro puede ocurrir, y si tu como yo aún posees una lamparita que
no termina de apagarse te pido que no renuncies, que no dejes el teléfono sin
responder, y tomes lo que Dios ha estado esperando.
2.- El aquí estoy genuino es obediente
8 Jehová, pues, llamó la tercera vez a Samuel. Y él se levantó y
vino a Elí, y dijo: Heme aquí; ¿para qué me has llamado? Entonces entendió Elí
que Jehová llamaba al joven.
9 Y dijo Elí a Samuel: Ve y acuéstate; y si te llamare, dirás:
Habla, Jehová, porque tu siervo oye. Así se fue Samuel, y se acostó en su
lugar.
10 Y vino Jehová y se paró, y llamó como las otras veces: !!Samuel,
Samuel! Entonces Samuel dijo: Habla, porque tu siervo oye.
1 de Samuel 3: 8-10
En la historia vemos como Dios llama a Samuel 3 veces, hasta que Eli
finalmente se da cuenta de que es Dios quien esta llamando al muchacho y
entonces le da las instrucciones de lo que debe hacer. Para este punto, es
importante que veamos que un factor importante para llamar a Dios de manera
desinteresada es la obediencia, Samuel corrió 3 veces para saber que era lo que
Elí quería, incluso cuando el ya le había dicho que no era él quien lo llamaba.
Debemos estar atentos al llamado de Dios, y disponibles a cualquier
instante, con la vida ajetreada que llevamos en la actualidad no es de
extrañarse que Dios nos llame durante la noche. La cuarta vez que Dios le habla
a Samuel lo hace repitiendo su nombre, es decir, lo hace con apuro, necesita
que Samuel responda a su llamado.
Dios no se toma con las cosas con calma
cuando se trata del porvenir de su iglesia, él está apurado constantemente
buscando al que guiará a su iglesia, no bajo un yugo, no bajo una mirada que
juzga, sino con un corazón amoroso, abierto y misericordioso para con los
demás. Dios está esperando con apuro que contestes a su llamada, que estés
disponible y obediente a su llamado.
El llamado se acepta de manera individual,
para la cuarta vez que Dios llama a Samuel este ya no corre a levantarse, sino
que permanece quieto y tranquilo para la llamada, es necesario que encontremos quietud,
estabilidad, busca en un momento de quietud, un momento de tranquilidad donde
puedas encontrarte con Dios, y hazlo sin esperar que el te recompense, sin
esperar que el te perdone porque él ya lo ha hecho, hazlo porque has encontrado
plenitud en su servicio, en la belleza de cargar con el evangelio.
3.- El aquí estoy genuino carga con el
evangelio.
15 y Samuel estuvo acostado hasta la mañana, y abrió
las puertas de la casa de Jehová.
1 de Samuel 3: 15.
Finalmente, Dios le revela
a Samuel lo que habría de ocurrir con la familia de Elí, y al terminar, Eli le
pide que le cuente todo lo que va a ocurrir, y finalmente encuentro un
simbolismo más, que me encanta y me llena de esperanza, y es que Samuel
permaneció acostado, y finalmente cuando se levantó, abrió las puertas de la
casa de Jehová.
El llamado que Dios nos hace es
siempre por el bien del reino, por la fama de su nombre, y por la extensión de
su palabra, abrir las puertas de la casa de Jehová es lo que toca hacer, una
vez que hemos aceptado el llamado de Dios. No hay llamado sin acción. No
podemos aceptar lo que Dios nos manda a hacer y quedarnos quietos, ya no.
Cuando aceptamos el llamado de Dios estamos aceptando también el peso de su
evangelio, el deber de llevar su palabra. La acción de abrir las puertas de la
casa de Dios representa nuestra acción obediente de mostrar la palabra y el
evangelio a los que vendrán.
Para la historia de Samuel, la situación
del pueblo no iba a mejorar, el arca iba a ser robada, y la familia de Eli
junto con él y su descendencia habrían de quedar sin gloria, y Samuel tendría
que tomar su lugar como el profeta de Dios, prácticamente solo, desde cero, una
vez más.
Es tiempo de tomar nuestro lugar, decir
nuestro aquí estoy auténtico y aceptar el llamado de Dios, para la
gloria de su casa, y la expansión de su iglesia.
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