La mínima unidad

Comenzamos la nueva serie del mes de Adiestrar, “Cada oveja con su pareja” queremos utilizar esta frase porque nos parece muy apropiada para el mensaje que queremos trasmitir en este mes, y en especial porque el pueblo del Señor es representado como ovejas. A veces no podemos alcanzar un crecimiento espiritual o ministerial, porque hay un ingrediente clave que muchas veces hemos escuchado pero pocas veces le hemos dado la importancia o llevado a la práctica, el ingrediente clave es el trabajo en equipo, debemos detenernos y analizar y darnos cuenta que algunas actividades no funcionaran o perduraran porque aunque sean buenas ideas o trabajos visionarios se requiere de un espíritu de equipo para que funcionen. Así que podemos intentar hacer nuevos grupos de casas de paz, pero si el trabajo interno no tiene el sentimiento de equipo no progresará, podemos programar actividades de red, pero si los hermanos no sienten la necesidad de contribuir por lo menos con su presencia la actividad tendrá un efecto mínimo. Algunos ministerios no florecerán mientras no fluya el sentimiento de crecimiento.


Pero el punto clave no es solamente que la iglesia, los grupos, los ministerios no puedan trabajar en equipo sino que a veces no puede haber equipo en la más mínima unidad que Dios pide “dos personas” no quiero decir que los hermanos se llevan mal, más bien no se han motivado a llevarse muy bien. ¿Cuántos en la iglesia pueden decir que allí se encuentra su mejor amigo o amiga? ¿Cuántos tienen alguien que disfrutan ver, cada vez que hay reunión? Nosotros disfrutamos cuando las personas no salen huyendo de la reunión cada vez que termina porque es un indicador de convivencia y cuando los hermanos conviven fortalecen la unidad.

EMPECEMOS DESDE DOS

Como bien sabemos en Jesús hace continuamente una referencia al número dos, que es la mínima unidad. Desde el momento en que los envía a predicar no los envió a cada quien por su lado, o como grupo de doce, sino de dos en dos. Si no podemos empezar desde dos no podremos esperar llegar a doce o más.

Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos. Marcos 6.7

Después, Jesús eligió a setenta y dos discípulos, y los envió en grupos de dos en dos a los pueblos y lugares por donde él iba a pasar. Lucas 10.1

Los discípulos no solo eran enviados de dos en dos para predicar, sino también para otras actividades. En una ocasión envió a dos a buscar el pollino, (marcos 11.1) y en otra ocasión envió a dos a preparar el lugar donde cenarían (Marcos 14.13) estos dos hicieron un trabajo de equipo, buscaron un lugar que Jesús necesitaba y se encargaron de lo que hiciera falta. Creo que ir de dos en dos hace que los trabajos sean más agradables.

Este tipo de actividad se hizo frecuente entre los discípulos, es común verlos en el nuevo testamento andar de dos en dos. Como cuando pedro y juan subían a la oración, (Hechos 3.1) frecuentemente los vemos juntos (4.13). Otro ejemplo muy notable es el trabajo misionero de Pablo y Bernabé, (Hechos 13.2)  sin embargo esto no significa que todo siempre marchará de maravilla y que nunca habrá desacuerdos.

Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre, 40y Pablo, escogiendo a Silas, salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor. Hechos 15.39

Lo mejor que a veces podemos hacer es separarnos, pero sin detener la obra, sin vivir heridos, y sin hablar negativamente. Algunos pueden ver una separación pero otros podemos ver crecimiento, ya no era un solo equipo ahora eran dos equipos. Aun así podemos ver que mantuvieron el modelo de la mínima unidad.

DOS SON MEJOR QUE UNO

La verdad, «más valen dos que uno», porque sacan más provecho de lo que hacen. 10 Además, si uno de ellos se tropieza, el otro puede levantarlo. Pero ¡pobre del que cae y no tiene quien lo ayude a levantarse! 11 Y también, si dos se acuestan juntos, entran en calor; pero uno solo se muere de frío. 12 Una sola persona puede ser vencida, pero dos ya pueden defenderse; y si tres unen sus fuerzas, ya no es fácil derrotarlas. Eclesiastés 4.9-12

En Eclesiastés encontramos las razones por las que funcionamos mejor de dos en dos.

1. “sacan más provecho” no es lo mismo la ganancia de uno que la de dos, por ejemplo  en algunos matrimonios ambos trabajan y por lo tanto sacan más provecho, si queremos ver más  resultados debemos considerar tener más socios. Si queremos que nuestro ministerio crezca debemos pensar en involucrar a otros.

2.  “si uno de ellos se tropieza, el otro puede levantarlo. Pero ¡pobre del que cae y no tiene quien lo ayude a levantarse”  es claro que la iglesia debe cuidar la salud espiritual de sus miembros y visitarlos si estos comienzan a distanciarse. Pero es mucho mejor cuando tienes a alguien que se preocupa por ti de una manera más personal, no sólo cumplirá un plan de trabajo como visitar, sino lo hará porque te valora no solo como hermano sino como amigo.

3. “si dos se acuestan juntos, entran en calor; pero uno solo se muere de frío”  este punto nos habla de la insuficiencia de uno, uno solo no es capaz de proveerse calor a si mismo de tal manera que la ayuda de otro nos sólo es útil sino necesaria.

4. “Una sola persona puede ser vencida, pero dos ya pueden defenderse” este punto trata sobre la adversidad, todos enfrentamos adversidades en la vida, y debemos estar seguros que cuando estas vengan contamos con alguien que nos apoye.

Luego Dios dijo: «No está bien que el hombre esté solo. Voy a hacerle alguien que lo acompañe y lo ayude». Génesis 2.18 TLA

Dos son mejores que uno porque:

Dios se manifiesta en la unidad, su promesa es que la unidad de dos personas trae su presencia, no hay iglesia si no hay por lo menos dos personas con el mismo propósito en Dios.  Además para recibir respuesta a nuestras oraciones necesitamos del apoyo en oración de otro.

“Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. (Mt. 18:20).

“Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos”. (Mt. 18:19).

Victoria sobre el enemigo. Si deseamos tener la victoria sobre nuestro enemigo debemos estar seguros que alguien nos apoya en esta cruzada.   “¿Cómo podría perseguir uno a mil, y dos hacer huir a diez mil, si su Roca no los hubiese vendido, y Jehová no los hubiera entregado?” (Det. 32:30).

EL DOS NO FUNCIONA SIN EL ACUERDO.
Como ya mencionamos podemos hacer equipos y actividades pero el problema no es juntar a las personas sino que estas estén de acuerdo. En la escuela los maestros hacen equipos pero sólo tienen éxito aquellos que saben llegar a un acuerdo.

“Cómo andarán dos juntos, si no estuviesen de acuerdo”. Amos 3:3 

Pero ¿Cómo logramos llegar a un acuerdo? Para lograrlo necesitamos dos cosas esenciales. Una meta en común y comunicación. 

El problema muchas veces es que la meta por la que nos dirigimos como grupos, iglesias, matrimonios, equipo, ministerios es diferente. Estamos avanzando por diferente rumbo.

“Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos”. (Mt. 18:19).

Imagínese que dos personas oran por diferentes equipos de futbol para que ganen a quien le responderá Dios, o un matrimonio está pidiendo finanzas pero uno quiere un auto y la otra una casa. Podemos estar de dos en dos pero las metas no nos llevan al mismo lugar.

Por otro lado la comunicación es un factor clave, no se puede fijar una misma meta si ni siquiera sabemos ni nos hemos tomado la molestia de saber a dónde quiere ir la otra persona. La pobre comunicación es la causa de muchos problemas en equipos, familias, iglesias etc., la torre de Babel nos recuerda el gran potencial que tienen las personas cuando pueden comunicarse,

Un estorbo para comunicarnos es que preferimos suponer que comunicarnos, y hacemos las cosas suponiendo que eso era lo que la otra persona quería, como si estuviéramos cien por ciento seguros de eso.

Otro estorbo es que somos impacientes, nuestra mente trabaja más rápido que las palabras y rompemos la comunicación cuando creemos que sabemos lo que nos van a decir y decidimos terminar la frase que la persona quiere decirnos.

Y el más grande estorbo es nuestro orgullo,  siempre poniéndonos a la defensiva, siempre haciéndonos creer que lo sabemos todo.

¿Podremos alcanzar la unidad mínima? “si tan sólo dos” busquemos la unidad por algo muy sencillo como encontrar a alguien con quien caminar en acuerdo. Si tenemos alguien trabajemos para fortalecer esa relación, si no tenemos a alguien comencemos a buscar la persona adecuada para caminar el Señor.

Quiero terminar el tema con un desafío, durante esta semana busque alguien con quien hacer unidad, alguien con quien desee trabajar en la iglesia, compártale su deseo de servir juntos en acuerdo.

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