Alguna vez ha hecho una oración así, creo que
esta es una oración desesperada, creo que es cuando ya agotamos todas nuestras
formas de orar, ya guerreamos, ya pedimos perdón, ya dimos siete vueltas, pero
parece que nada ha sucedido y es entonces cuando en una oración desesperada
decimos ¡haz algo! Lo que sea pero ¡haz
algo! Es como: ya no sé qué decir sólo ¡haz algo! No tengo dudas de que es una
oración desesperada, no cuesta mucho meditar en los detalles de lo que estamos
pasando y pensar en cómo pedir a Dios específicamente sobre un problema, también
puede significar una oración desesperada por ver que Dios está allí y que no ha
estado ignorando nuestra situación sino que dé señales de que aunque el
problema no se resuelva él está en el asunto, eso nos daría paz aunque no se
resuelvan las cosas.
El salmo 35 David es una oración de crisis en
la que podemos leer la desesperación en la que David se encontraba.
SEÑOR, tú sabes la verdad; no sigas callado,
Señor mío, no me abandones.
23 ¡Dios mío, despierta! Levántate y haz algo por mí. Señor mío, defiéndeme. Salmo 35.22-23
23 ¡Dios mío, despierta! Levántate y haz algo por mí. Señor mío, defiéndeme. Salmo 35.22-23
¡Haz algo! Es la oración desesperada de un padre que ha
buscado por todas los medios que su hijo pueda ser libre.
Desde
entonces, el espíritu malo siempre ha querido matarlo, y lo arroja al fuego o
al agua. Por favor, haz algo para ayudarnos. ¡Ten compasión de nosotros! Marcos
9.22
¡Haz algo!
Es la oración desesperada de un alma que
está enfrentando el efecto del pecado sobre su vida.
Aunque
nos acusen nuestras culpas, haz algo, Señor, para honrar tu nombre. Sí, son
muchas nuestras rebeldías, hemos pecado contra ti. Jeremías 14.7
Lo más, más
difícil de la vida de un cristiano es la espera, por lo regular no nos gusta
esperar, está en nuestra naturaleza querer resolver los problemas. Como nosotros
en una situación determinada no nos quedaríamos de brazos cruzados esperamos
que Dios igual este obrando en nuestras vidas, por lo que al no ver respuesta
indirectamente pensamos y decimos que no está haciendo nada cuando oramos ¡Haz
algo!
APRENDE A SOLTARTE
Aunque nos
cueste trabajo entenderlo muchas veces que nos encontramos en procesos
difíciles en realidad estamos caminando dentro el plan de Dios, ¿ha visto
cuando los papás enseñan a sus hijos a caminar y lo aterrador que puede parecer
para ellos cuando sus padres lo sueltan dejándolo solo? Para el pequeño un
metro es una inmensidad, es un acto cruel de sus padres, para los padres es una
motivación a pasar a otro nivel. El pequeño tiene que desarrollar seguridad,
confianza en sus padres, firmeza y experiencia. Aprender a dar los pasos le
permitirá explorar lugares que no había conocido.
De la misma
manera nos sentimos cuando Dios nos suelta por un momento y pensamos que no
podremos de ninguna manera avanzar si no tomamos su mano, es posible que
nuestra vista se nuble y los problemas parezcan un abismo y pensemos que clase
de prueba cruel es esta en la que Dios nos ha metido.
Me fue
difícil decidir la versión del siguiente salmo por lo que escogí varias que
representan perfectamente esta situación.
Salmo 37.23
El Señor dirige los pasos de los justos; se deleita
en cada detalle de su vida. LBLA
Los
pasos de los buenos son guiados por el Señor. Él se deleita en cada paso que
dan. NBV
El Señor dirige los pasos de los justos; se deleita
en cada detalle de su vida. NTV
Cuando
al SEÑOR le agrada nuestra vida, nos guía para que no caigamos. PDT
Cuando
a Dios le agrada la conducta de un hombre, lo ayuda a mantenerse firme. TLA
Caminar en
fe no es fácil hasta que aprendes a confiar en tu padre, la confianza en Dios
te dará seguridad porque sabes que no te dejará caer.
Pues yo
te sostengo de tu mano derecha; yo, el Señor tu
Dios. Y te digo: “No tengas miedo, aquí estoy para ayudarte. Isaías 4.13 NTV
APRENDE A CONTROLARTE
Sólo un verdadero desafío prueba la calidad de una
creencia C. S. Lewis
Si algo tiene que ser probado en todo cristiano
es el carácter. La vida cristiana no se trata sólo de ir a la iglesia sino de
transformación, como hemos dicho en otras ocasiones Dios está más interesado en
formar nuestro carácter que en resolver nuestros problemas, nuestros problemas
son temporales pero nuestro carácter es
eterno.
Es en las pruebas donde nuestro verdadero yo
surge. Es donde Moisés golpeó la piedra, es donde la mujer de Job le dijo:
muérete, donde pedro negó a Jesús, es donde somos formados, cuando creíamos que
éramos fuertes pero en realidad no tenemos la fuerza para enfrentar las
dificultades, donde los verdaderos líderes se pulen y se manifiestan los
aprobados, donde se cumple la promesa Se
fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida Apocalipsis 2.10
Es por esta razón que en algún momento tenemos
que ser probados para que nuestra fe sea evidente y además nosotros mismos no
nos engañemos, creyendo que vivimos una vida piadosa.
Recuerda cómo el Señor tu
Dios te guio por el desierto durante cuarenta años, donde te humilló y te puso
a prueba para revelar tu carácter y averiguar si en verdad obedecerías sus
mandatos. Deuteronomio 8.2
Es interesante notar en que ocasiones Dios está
en busca de alguien para glorificar su nombre, como es el caso de Noé a quien
Dios vio justo en su generación, Dios busca alguien bienaventurado como María,
Dios busca alguien que sea conforme su corazón pero para que el milagro pueda
llevarse a cabo necesita probar su integridad. Dios quiere saber si eres tú ese
hombre que está buscando, si eres tú quien soportará la prueba, si eres tú
quien no se rendirá ante la adversidad, si eres tú quien pondrá su nombre en
alto.
APRENDE A QUEDARTE QUIETO
He escuchado muchas personas decir en algún
momento: ya estuve orando, en un tono
de ¿y ahora qué? Si se supone que ya
oro lo único que tiene que hacer es esperar y observar. Pero ese es el problema
para muchos de nosotros.
¿Qué tanto le cuesta esperar? ¿Qué tan
desesperado es? ¿Ha estado en alguna fila de banco? ¿En algún trámite de
gobierno? ¿Sabe esperar sin murmurar o se queja continuamente?
El Salmo 37:7 dice, “Quédate quieto en la presencia
del Señor, y espera con paciencia a que él actúe”.
Muchas veces
hemos tenido berrinches espirituales, porque queremos que las cosas se hagan
como pensamos, pedimos y creemos. No podemos estar quietos y nos incomoda la
quietud del Señor. Nos convertimos en
terroristas de la fe, porque pensamos que presionando a Dios actuará más
rápido. Pero de ninguna manera funcionará sobre todo si la lección del día es
paciencia.
No quedarse
quieto le costó mucho a Abraham y las generaciones actuales lo siguen pagando.
Como sabemos Dios le dijo a Abraham que tendría un hijo aunque ya estaba grande
de edad, pero en su desesperación tuvo un hijo con una criada y esto solo trajo
conflictos a su vida, a eso se le llama responder nuestras propias oraciones,
por un lado oramos y por el otro nosotros nos contestamos a nosotros mismos
porque no sabemos esperar la respuesta de Dios, contestar tus oraciones es
provocar más problemas es mejor esperar en Dios.
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