Cambia tus hábitos

Recuerdo que cuando nos convertimos había muchas cosas que eran consideradas como malas o pecaminosas, entre ellas el deporte, ¿Cómo llegaron algunos creyentes a esas conclusiones? No lo sé, simplemente hubo un momento en que la religiosidad  cegó el entendimiento de algunos para establecer “doctrinas” que la biblia nunca indicó, de hecho algunos predicadores en el pasado recomendaron el ejercicio para fortalecer los pulmones y poder tener mejor voz al momento de predicar.


Pues aunque el ejercicio físico trae algún provecho, la piedad es útil para todo, ya que incluye una promesa no solo para la vida presente, sino también para la venidera. 1 Timoteo 4.8

Así que uno de los hábitos más procurados a principio del año es el ejercicio, muchas personas intentaran desarrollar el hábito de la buena alimentación y se inscribirán en un Gym, porque tienen el sincero deseo de cambiar, lamentablemente muchos poco a poco mientras avanza el año dejaran ese plan a un lado y retomaran su vida normal. Hoy hablaremos sobre cómo podemos lograr mantener los hábitos que deseamos.

No sólo debemos empezar nuevos hábitos por nuestra salud sino además debemos cambiar muchos de las prácticas que traemos arraigadas, en el momento en que nos acercamos a Dios ocurre una transformación pero nosotros debemos trabajar en cambiar lo que no nos ayuda por lo que nos dará crecimiento.

La Biblia dice:
“Presta suma atención a estos asuntos. Entrégate de lleno a tus tareas, para que todos vean cuánto has progresado” (1 Timoteo 4:15 NTV).

¿Qué debemos hacer para cambiar nuestros hábitos?

DEBEMOS TRABAJAR EN NUESTRO CARÁCTER.

Si no hemos podido desarrollar buenos hábitos debemos reconocer que el problema principal es nuestro carácter. Debemos aceptar que tenemos defectos en nuestro carácter. Muchas personas van a buscar culpables por todos lados, van a justificar su falta de compromiso, pero si somos realmente honestos no o hemos logrado porque no hemos tenido el suficiente carácter para llevarlo a cabo.

“Seamos maduros en el Señor, es decir, hasta que lleguemos a la plena y completa medida de Cristo.” Efesios 4:13b (NTV)

Por supuesto nuestra formación no termina nunca, somos formados durante toda la vida porque la meta es llegar a ser como Cristo.

Parte del problema con nuestro carácter es nuestra impaciencia, si no trabajamos en esa área muchas cosas que deseamos no van a suceder. Los hábitos se desarrollan con paciencia y disciplina, lo que nos hace falta. El problema es que nos estamos acostumbrando a la velocidad, muchas veces se ha dicho que todo ahora lo obtenemos de forma instantánea, así que las personas no quieren pensar en invertir su vida en algo para obtener cierto resultado. Es mejor si lo consiguen de forma rápida. Las personas no quieren asistir a una iglesia, quieren una oración que cambie sus circunstancias, no quieren luchar con tentaciones quieren que con la imposición de manos de algún predicador importante sus mentes automáticamente dejen de ser tentadas, no piensan en ayunar cuarenta días como Jesús pero quieren que todo cambie con un ayuno de mediodía, pero esto jamás sucederá, la madurez no ocurre en una sola experiencia sino a través de un largo proceso de disciplina.

“Somos como un espejo que refleja la grandeza del Señor, quien cambia nuestra vida. Gracias a la acción de su Espíritu en nosotros, cada vez nos parecemos más a él.” (2 Corintios 3:18b TLA)

DEBEMOS RODEARNOS  DE LAS PERSONAS CORRECTAS

Gran parte de nuestra dificultad para mantener un buen hábito es que estamos rodeados de personas de malos hábitos.  Quieres alimentarte saludable y las personas que te rodean no lo hacen, quieres orar mientras los demás ven televisión, con nuestra familia no tenemos opción, pero ¿Qué tal con las personas fuera de nuestra familia?

Júntate con sabios y obtendrás sabiduría; júntate con necios y te echarás a perder. Proverbios 13.20 DHH

Si deseamos desarrollar buenos hábitos debemos juntarnos con las personas que tienen esa clase de hábitos, no podemos desarrollar hábitos de estudio si todo el tiempo estamos rodeados de personas holgazanas, no podemos esperar crecer  espiritualmente si no nos rodeamos de buenos líderes, los hombres de la biblia no llegaron a ser líderes nada más porque si, sino que estuvieron cerca de otros líderes, Josué cerca de Moisés, Eliseo de Elías, los discípulos de Jesús.

¡No se dejen engañar! Bien dice el dicho, que «Las malas amistades echan a perder las buenas costumbres.» 1 Corintios 15.33 TLA

No quiero decir que cortes con el mundo entero sino que no dejes que otras personas influyan en tu deseo de desarrollar buenos hábitos. Si en algún momento te das cuenta que una mala compañía pone en riesgo lo que has estado construyendo no dudes en alejarte de esa relación, posiblemente después puedas retomar pero si en ese momento no te edifica aléjate.

Y si tu mano te sirve de tropiezo, córtatela; mejor es que entres en la vida manco, que teniendo las dos manos, ir al infierno, al fuego inextinguible, Marcos 9.43 RVR1977

En cambio cuando cuentas con personas que esta para ayudarte incluso cuando no estás haciendo bien las cosas tu vida se fortalece y puedes salir adelante.

Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser tentado. Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo.” (Gálatas 6:1-2 NVI)

DEBEMOS ROMPER CON LAS MALDICIONES FAMILIARES

Muchos de los hábitos que desarrollamos se dieron en el entorno en que crecimos. Continuamente repetimos actitudes y comportamiento de nuestros padres o abuelos, si bien hay buenas costumbres que debemos conservar, como la limpieza, la amabilidad, la santidad etc., pero hay algunas otras que no nos están ayudando y debemos sacarlas de nuestra vida.

 No podemos hacer lo de siempre y esperar resultados distintos. Joel Osteen
Mucho se ha hablado de maldiciones generacionales que afectan familias, en algunas familias hay problemas que se han repetido por generaciones y no permiten que puedan alcanzar la plenitud que desean.

No te inclinarás delante de ninguna imagen ni la adorarás, porque yo, el Señor tu Dios, soy muy celoso, y no compartiré con otros dioses la honra que me pertenece. Cuando castigo a alguien por sus pecados, el castigo alcanza a sus hijos, a sus nietos y a sus bisnietos. Éxodo 20.5

Muchas veces hemos orado para romper estas maldiciones especialmente cuando hay un trasfondo de hechicería, pero en otros casos debemos entender que una oración no hará el cambio mientras los malos hábitos estén arraigados en el corazón de la persona. No romperemos maldiciones de enfermedad mientras no  dejemos los malos hábitos que aprendimos de nuestros padres, no romperemos maldiciones financieras mientras no sigamos el modelo financiero que aprendimos de nuestros padres etc.
Cuando somos libres de una maldición familia es porque no sólo renunciamos a un demonio sino a una forma de vida, y comenzamos a aprender a formar un nuevo estilo de vida en nuestras familias.  


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