Sanando el corazón herido

Durante este mes hemos estado hablando sobre la sanidad del corazón, una persona con problemas en el corazón es una persona que no podrá disfrutar la vida al cien por ciento, siempre vendrán a su corazón situaciones que le provoquen carga, que le aflijan, que le depriman que le roben la paz. No importa cuántas veces tenga buenos momentos o que tan bien le vaya, su corazón no le permitirá disfrutar la vida. Porque u corazón no podrá evitar que alguien le haga sentirse mal o lo que es peor sin que nadie le diga nada su corazón le traerá recuerdos que le incomodaran y harán de su día feliz un día doloroso.

10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Juan 10.10





El propósito principal del mal es que las personas pierdan su felicidad, y tiene muchas formas de manifestarse, a través del robo, la destrucción y la muerte, todas estas cosas quitan la felicidad a las personas, las personas sufren cuando alguien muere, cuando les quitan algo por lo que han trabajado o les destruyen lo que han construido con mucho esfuerzo. internamente sucede lo mismo el mal roba los momento buenos de la vida destruye las esperanzas y mata lentamente a través de la depresión. Pero JESÚS vino a realizar todo lo opuesto en nuestra vida. La biblia dice que Jesús vino a darnos vida en abundancia, por supuesto no se trata solamente de bienes materiales sino de la capacidad de poder disfrutar la vida al máximo

Sin embargo lo peor para muchas personas no es vivir heridas, sino no tener esperanzas, o posibilidades ni mucho menos la intención de sanar.

En la biblia encontramos la historia del paralitico de Betesda de donde encontramos una figura de alguien que vive enfermo de su alma y los efectos de encontrarse en esa condición. 

Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. Juan 5.1-6

LAS HERIDAS DEL CORAZÓN ESTANCAN LAS VIDAS
Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.  Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Juan 5. 5-6

Se cree que el hombre estaba paralitico por la respuesta que después le da a Jesús, así que día y noche estaba en el mismo lugar, tal vez  realizaba algunos movimientos pero la realidad es que no podía hacer mucho. La condición era triste, además el lugar era para llorar, como leímos había allí una multitud de enfermos, viajemos en el tiempo no es que estaban todos en orden en sus camas, era un lugar lleno de enfermos sin buenas condiciones, si a veces un grupo de personas sanas dejan un lugar en malas condiciones, imagínese ahora un lugar donde muchos no podían hacer nada ni siquiera para sí mismos.

Ese cuadro es el que precisamente viven muchas personas heridas del alma, por lo regular las personas heridas buscaran a otras que también tengan sentimientos dolorosos, pero no para sanarse sino para alimentar su amargura y dolor, además es un cuadro de soledad y abandono, pues ¿Dónde están los familiares?  Estos enfermos por lo regular eran abandonados pues a las familias se les dificultaba atenderlos, así que estaban allí a la espera de un milagro en el agua. Lo que no entienden muchas personas que tienen heridas en el alma es que muchas veces terminaran solos porque ellos mismos alejaron a las personas que tenían a  su alrededor, pues las personas heridas tienden a herir a otros, así que cuando pasa el tiempo las personas se alejan de ellos lo cual por supuesto hace aún más grande su dolor. 

Por otro lado cuando alguien está herido no avanzará mucho en la vida, las heridas forman barreras en las relaciones, muchos son despedidos por sus malas actitudes, o se acarrean enemigos porque no son agradables, a veces creen que es porque los demás están mal, pero la herida no solo afecta su emoción sino también su visión  pues no son capaces de reconocer que tantas personas no pueden estar equivocadas, tienen que en algún momento darse cuenta el ellos son el problema principal. 

LAS HERIDAS IMPEDIRÁN ALCANZAR LAS BENDICIONES.

 Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo. Juan 5.7

¿Qué es lo más difícil de vivir herido en este mundo? Ver como otros alcanzan la felicidad. Hoy en día es común ver cada vez más gente insatisfecha con la vida. Antes sólo que hablaras con la persona te dabas cuenta de sus frustraciones, pero ahora sin preguntar las mismas personas sacan sus tristezas, frustraciones y heridas en el Internet. Estas se vuelven más fuertes cuando mientras ellos publican una tristeza ven como otros publican un éxito, la realidad es que todos pasamos por momentos de victorias y por momentos difíciles, pero algunos no lo entienden y creen que todos los demás disfrutan de la vida mientras ellos viven un infierno.

En los mejores manuscritos la parte del ángel no aparece, eso fue agregado con el tiempo. Pero se creía que había un momento en el que todos los que estaban en ese lugar podían recibir su sanidad cada vez que el agua del estanque se movía. Me pregunto ¿Cuántas veces este hombre vio moverse el agua y como otro era sanado? Este hombre tenía treinta y ocho años, no sé cuántos años estuvo así en el estanque pero a esa edad tenía que ser frustrante no ver resultados en su vida.

A veces las personas se cansan de los demás, se cansan de las personas, pero lo que no saben es que en realidad ese hartazgo no proviene de los demás sino del estado de su corazón, porque un corazón sano podría mantener una actitud de fe en medio de la peor circunstancia.

Es increíble que haya personas que pueden ver el mover de Dios delante de ellos pero no son capaces de poder meterse en él. ¿Cuántas bendiciones de Dios han estado perdiendo por tanta herida en el alma? ¿Cuánto tiempo seguirán viendo como otros entran en la bendición, mientras ellos siguen igual? 

LAS HERIDAS DE TU CORAZÓN PUEDEN SER SANADAS, PERO ¿QUIERES SER SANO?

Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Juan 5.6

Pero la parte que más nos intriga es la pregunta de Jesús ¿quieres ser sano? Y por supuesto que todos responderíamos obvio que el hombre quiere ser sano. Sin embargo es increíble que existan personas que se han acomodado a su enfermedad.

¿Qué vio Jesús que lo movió a preguntarle esto a aquel hombre? La biblia dice que después de que Jesús lo viera supo que llevaba mucho tiempo así, no sé si el lugar estaba sucio, pero había una señal visible de que en mucho tiempo  no se ha movido. Podemos pensar que su enfermedad era muy difícil, pero también podemos pensar que no tenía el mínimo interés por  hacer algo. Solamente estaba esperanzado en si alguien lo llevaba al estanque.

Tal vez este hombre ya se había acostumbrado, tal vez había personas que les llevaban alimentos, tal vez su enfermedad ahora le permitía una vida cómoda, no tenía que ver por un hogar, atender personas, trabajar etc.

Aunque parezca increíble hay personas que sólo   saben vivir de la misericordia de los demás y el día que su problema se resuelve, no saben qué hacer.

En el interior muchas personas están cómodas con sus heridas, de hecho hay personas que les gusta hablar de su pasado con todo el mundo, contar sus historias porque eso les rodea de simpatía y compasión de los demás de tal forma que se alimentan de eso, y temen que si no hablan de eso a nadie le importaría hablar con ellos, si ya no hablan de eso nadie se les acercaría. Así que prefieren vivir con sus heridas. Personas que guardan un dolor de un abuso pero que se rehúsan a perdonar o sacarlo, se rehúsan a buscar la sanidad de su corazón.

Hay personas que fueron lastimadas y decidieron no aceptar la sanidad, lamentablemente ahora disfrutan lastimando a otros, cada vez que los hacen sienten una ligera satisfacción en su interior, y por eso no buscan la sanidad de Dios. Como decíamos hace unas semanas hay quienes se sienten bien estando en la posición de agraviados porque tienen poder sobre las personas que ahora piden perdón. Saben que pueden perdonar cuando ellos lo decidan, y eso les da satisfacción.

Así, que sí, Jesús sabía lo que estaba preguntando.

Si Jesús te pregunta en este  día ¿Quieres ser sano? ¿Que responderás?. ¿Quieres la sanidad? O ¿Quieres seguir acostado en ese sucio lecho?

Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo[a] aquel día. Juan 5.8-9
Es tiempo de sanar, es tiempo de perdonar, es tiempo de sacar la amargura, es tiempo de andar, de recoger ese lecho en el que ha estado por mucho tiempo, basta con ver algunos rostros para darnos cuenta que ya tienen tiempo en esa condición, es hora de una nueva vida.



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