Vamos por el segundo tema de nuestra serie
“perfeccionaste la alabanza” y en esta ocasión vamos a enfocarnos hacia los
instrumentos, estamos conscientes de que utilizamos instrumentos para cocinar,
para construir, para ir a la escuela y demás, pero sobre todo familiarizamos la
palabra “instrumentos” con la música. En general son más las personas que no
tocan ningún instrumento que las que sí lo hacen, sin embargo, debemos saber
que cada uno de nosotros posee uno, que utilizamos todos los días, y es nuestra
lengua, y como tal como los otros
instrumentos musicales también se debe mantener con limpieza.
En Santiago encontramos un maravilloso
pasaje que nos habla acerca de la lengua, y el día de hoy aprenderemos cosas
absolutamente importantes de él, y como eso nos ayudará a perfeccionar nuestra
alabanza. La semana pasada hablábamos del canto inteligente, pero los cantos no
son lo único con lo que podemos alabar a Dios, también lo son nuestras
palabras, así que veremos 3 puntos que nos ayudarán a alabar a Dios de la forma
correcta sin ensuciar el instrumento con el que lo alabamos.
Perfeccionamos la alabanza cuando hablamos bien de los demás.
Con ella
bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres, que están
hechos a la semejanza de Dios. Santiago 3:9
Este versículo me encanta porque nos
recuerda algo que deberíamos tener siempre muy presente y es que estamos hechos
a la semejanza de Dios, en el facebook algo muy común es burlarse de la
apariencia de los demás, todos en algún momento lo han hecho, pero ¿No todos
estamos hechos a la imagen de Dios? ¿Burlarnos de alguien no es burlarse de la
imagen y la creación de Dios?
Como podemos vivir usando nuestra boca para adorar a Dios en la iglesia
y cantarle y luego salir a la calle e insultar a los demás, y burlarnos de
ellos. Estamos acostumbrados a hablar mal de los vecinos, de nuestra familia,
de los políticos y todos aquellos que no son ajenos, pero es algo que Dios
desaprueba totalmente, cuando conocemos a Dios y lo volvemos nuestro centro sin
importar quienes nos hagan daño siempre de nuestra boca saldrán las mejores
cosas.
Algo que comúnmente veo es que hay personas súper negativas en todos los
aspectos, y choco la mayoría de las veces con ellas porque tiendo a siempre ser
positivo y con energía, ante las malas situaciones, ante el cansancio de la
escuela y la vida cotidiana, y siempre intento que de mi salga lo mejor para
todos porque aunque no quisiera comienzo a ser una persona que da apoyo a los
demás y que es debe ser un ejemplo de hijo de Dios ante todos.
Pero
no solamente los lideres tienen que lucir como un hijo de Dios, todos deberían
hacer porque todos somos hijos de Dios ¿No es así? Y a Dios no le agrada en lo
absoluto que sus hijos discutan y se burlen entre sí.
Perfeccionamos la alabanza cuando dejamos la
tibieza.
De una misma boca
proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. Santiago
3:10
Santiago nos dice que existen bocas que dicen
bendiciones y al mismo tiempo maldiciones, facebook es un ejemplo actual de
esto, tengo amigos que comparten imágenes con frases tipo “Cuando no hay nadie, Dios sigue a tu lado” “Deja todas tus cargas a
Dios” y cosas por el estilo, y aunque mi corazón se alegra de saber que hay
gente que cree en Dios, me decepciono al ver imágenes con groserías, al verlos
escribir maldiciones y sobre todo al no expresar el amor de Dios en su vida.
Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te
vomitaré de mi boca. Apocalipsis 3:16
¿Por qué
existen este tipo de personas? ¿Por qué dicen cosas buenas y al mismo tiempo
cosas malas? Sencillo, porque no están firmes ni en una, ni en la otra, cuando
alguien está realmente sobre la roca, cuando alguien de verdad está firme en
Dios no publicará nada que atente contra su conexión especial con él.
Y como sabemos que no está bien que de
nuestra boca salgan dos tipos de expresiones tampoco está bien que salgan dos
tipos de canciones, no podemos solo poner nuestra música en aleatorio y
tararear que vamos a ser felices los 4 y luego decirle a Dios cuan hermoso su nombre es ¿Qué mensajes están saliendo de nuestra
boca? ¿Todas las canciones que escuchamos edifican nuestra vida?
Cuando Dios perfecciona lo que sale
de nuestra boca no vamos a estar a gusto cantando dos cosas diferentes o
diciendo cosas malas, si sentimos que Dios aún no lo ha hecho o que no estamos
listos entonces es momento de pedirle a Dios que perfeccione nuestra alabanza.
Perfeccionamos la alabanza cuando confesamos
su nombre.
¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua
dulce y amarga?
12 Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir
aceitunas, o la vid higos? Así también ninguna fuente puede dar agua salada y
dulce.
Santiago 3:11-12
Damos alabanzas a Dios no solamente en
una oración o una canción, también en las palabras normales que salen de
nuestra boca. ¿Estamos alabando su nombre todos los días o solo los domingos?
Al vivir en donde vivo, a sabiendas
que como las personas me ven desde afuera, lo que represento y lo que amo ser,
más que nunca intento exaltar a Dios en todas partes, y creo que las redes
sociales nos ayudan más que nunca a hacerlo en el año en el que nos
encontramos.
Preguntémonos sí estamos confesando
el nombre de Dios todos los días, con las personas a nuestro alrededor, y si
cuando Dios nos ayuda y nos preguntan cómo lo logramos estamos realmente
dándole las gracias a Dios ¿Puede el perfeccionar nuestra alabanza aunque
nosotros solo nos acordemos de él una vez por semana? La respuesta la pondrá
Dios en nuestro corazón.
Muchas veces las personas se preguntan
por qué agradecemos a Dios por ejemplo cuando un médico sana a una persona, o
cuando pasamos un examen, lo que debemos explicar y entender es que agradecemos
a Dios porque sabemos que él nos da las oportunidad en todo, escolares,
laborales, en la salud y en todo lo demás, y confesar su nombre no solo es una
experiencia hermosa y gratificante sino que nos muestra que realmente nuestras
palabras están siendo perfeccionadas por Dios, y por lo tanto nuestra alabanza
también. ¿Podemos ocultar a Dios de nuestra vida cotidiana?
Nadie
enciende una lámpara y luego la pone debajo de una canasta. En cambio, la
coloca en un lugar alto donde ilumina a todos los que están en la casa. Mateo
5:15
Confesar el nombre de Dios ante todos y
ante cualquier situación es la más grande prueba de que él realmente está
perfeccionando nuestra alabanza.
Así que ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre. Hebreos 13.15
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