Llenando los vacíos del alma


Dentro del tema de las heridas del corazón definitivamente es importante hablar un poco sobre los vacíos en el alma, vacíos que lastiman demasiado la vida de muchos y me refiero a la ausencia de personas claves en nuestra vida como la ausencia de un padre, madre, hermanos, cónyuge… Alguien que debió haber estado con nosotros y que por alguna razón desapareció de nuestro lado dejando un gran vacío en nuestra vida. Una gran necesidad de compañía, de amor, de comprensión hay en el alma de muchos. 

Vemos un pasaje maravilloso donde nuestro amado Dios nos enseña una vez más lo importante que somos para él y como busca llenar los vacíos de nuestra alma.

Juan 19.26-28
Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: Mujer, he ahí tu hijo.  Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.  Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed

CUANDO VIO JESÚS A SU MADRE… ¿Qué vio Jesús en su madre? Yo creo que Jesús vio toda una vida con María, toda su infancia, cada momento con ella, esos días eternos que parecían nunca terminar, como muchos de nuestros días en casa, con nuestra familia, en nuestra infancia, esos días parecen jamás terminar y sin embargo había llegado ese día que el corazón de María había temido siempre, el día en que le arrebatarían a su hijo ¡Que dolor tan grande!

María fue una mujer que experimento dolores muy fuertes en su vida, pero estoy segura que también tuvo días maravillosos con Jesús y todo lo que vivía al lado de Jesús lo atesoraba en su corazón. De hecho la misma biblia dice como ella era una mujer que meditaba  en su corazón sobre lo que decían de su hijo.

Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían. Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.
Lucas 2.16-20

María fue una mujer valiente que defendió a Jesús desde el vientre a capa y espada porque sabía el propósito grande de Dios, se enfrentó a la calumnia y casi a la muerte porque temía a Dios y sabia escucharlo, viajo a días del alumbramiento y con todas las incomodidades que esto conlleva y mantener a salvo a su hijo…  Yo creo que todo eso vio Jesús en su madre ahí ahora frente a su cruz en el calvario. Jesús vio el corazón de la mujer que lo amaba tanto destrozado y con un profundo vacío por su pronta ausencia.

Me fascina pensar que de la misma forma en que Jesús vio a su madre y pudo ver su pasado, su presente y su futuro porque era y es Dios de la misma forma Jesús puede vernos hoy, puede ver tus días más dichosos en tu pasado y también tus tiempos de batallas, donde has tenido que luchar y enfrentarte a todo, también sabe y conoce el momento preciso en que se fue de tu lado esa persona amada, esa persona que tanto necesitabas y en el momento en que más necesitabas que se quedara a tu lado, simplemente se fue. Algunos perdimos un padre otros quizá a una madre, un hijo o sencillamente alguien que era un pilar en tu vida y de pronto ya no está. Por supuesto entendemos los ciclos de la vida donde las personas tienen que irse. Pero me refiero más bien a esos vacíos que dejaron personas en el momento en que sencillamente la misma naturaleza nos dice que no era el momento y ahora ¿Quién nos dará ese amor? Y ahora ¿Quién tomara nuestra mano para acompañarnos en los días que vienen?  

Jesús no se iría sin antes hacer algo al respecto para sanar el corazón de su madre.

Y AL DISCÍPULO A QUIEN EL AMABA… Jesús vio el dolor de su madre, el vacío en el corazón de su madre… Pero también vio el remedio, el sustituto que llenaría y sanaría su alma.

Jesús no iba dejar a su madre en manos de cualquier persona, es más y por más increíble que parezca, ni siquiera le encargo con sus propios hermanos y eso sí que es increíble, ni con su propia familia María estaría en buenas manos. Jesús quiso asegurar el alma de su madre y la entregaría a alguien escogido y especial, amado y que amaba a Jesús.

Tenemos que abrirnos a la provisión de Dios. Él ya ha puesto sus ojos en alguien que llenara el vacío de nuestra alma y muchas veces no es ni siquiera de nuestra propia familia. Esperar que nuestra familia llene nuestros vacíos es el peor error que podemos cometer, es poner nuestra plenitud y felicidad en manos humanas e imperfectas( tampoco se trata de vivir decepcionados y rechazándolos) Creo que Dios a través de la vida difícil que tuve desde pequeña me enseñó a encontrar familia que no era mi familia, personas claves enviadas por Dios para llenar mi vida y definitivamente y sin duda alguna las mejores personas de mi vida las he encontrado en la familia de Dios, gente amada y que ama a Jesús. Tienes que confiarte en las manos de Jesús, él no te pondrá en las manos equivocadas, él quiere sanarte, él quiere llenar los vacíos, las ausencias de tu corazón, los años tristes y perdidos, la falta de reconocimiento, Jesús te pondrá a la persona adecuada, justo ahí después de tus más grandes batallas para decirte: “me siento muy orgulloso de ti” todos tenemos necesidad de ser valorados, todos tenemos necesidad de ser protegidos, todos tenemos necesidad de ser amados y Jesús ya vio tu necesidad.

DIJO A SU MADRE: MUJER, HE AHÍ TU HIJO.

Después dijo al discípulo: he ahí tu madre. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa…

Atrévete a abrazar a la persona necesitada, la que está en un calvario, la que está sufriendo o la que simplemente necesita compañía… Atrévete a abrazar a alguien, pero también atrévete a ser abrazado y para eso necesitas reconocer tu vacío, no te hagas el fuerte y rinde y confiesa tu vacío delante de Jesús porque él quiere llenarlo. Muchos dicen que vivieron felices su infancia y que gracias a Dios ellos no han sufrido, pero ¿qué tal el matrimonio? ¿Cuánta decepción? ¿Cuántos vacíos en el alma? Sal de la negación y acepta que necesitas que Jesús se haga cargo de tus heridas.

También dice la palabra que desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa… Necesitamos atrevernos a dejar a algunas personas entrar en nuestra casa, entrar en nuestra vida tomarlos como familia, hay personas que Dios ha puesto cerca de nosotros para que podamos abrazarlas, cobijarlas, ayudarlas y sanarlas y por supuesto Dios también ha puesto personas cerca que nos abrazan, nos cuidan, nos acompañan en la vida y nos aman, atrévete a entrar en sus casas y ser sanado.

Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la escritura se cumpliese: tengo sed…

 Jesús no se iría de este mundo sin antes haber hecho y cumplido con los grandes propósitos que lo trajeron y por supuesto uno de ellos fue sanar al de corazón quebrantado.

El Espíritu del Señor es sobre mí, por cuanto me ha ungido para predicar el evangelio a los pobres; me ha enviado para sanar a los quebrantados de corazón; para pregonar a los cautivos libertad, y a los ciegos vista; para poner en libertad a los quebrantados. Lucas 4.18

Así que dentro de todo lo que tuvo que padecer para llegar a la cruz, todo el dolor y sufrimiento que vivió, es increíble que en medio de todo eso Jesús tenía una última tarea y esa tarea fue ver por el alma de María, no podía irse sin sanarla, ella era tan importante para él como lo somos tu y yo y su más grande deseo es poder ver por tus heridas y dolencias. Jesús no te dejara hasta terminar su obra en tu vida.

Yo estoy contigo; voy a cuidarte por dondequiera que vayas, y te haré volver a esta tierra. No voy a abandonarte sin cumplir lo que te he prometido.» Génesis 28.15 DHH

Muchos necesitamos escuchar hoy estas mismas palabras:

-Yo estoy contigo
-Voy a cuidarte
- por dondequiera que vayas
-No voy a abandonarte sin cumplir lo que te he prometido

Eres importante para Dios y él está trabajando en tu vida, ahora déjate amar por Jesús y por los sustitutos que él ha puesto frente a ti, no huyas de ese amor, deja de estar viendo los errores en las personas, no te alejes de los que te pueden ayudar a crecer y ser mejor persona.

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