Continuamos
con nuestra serie familias bajo la bendición de Dios, durante este tiempo hemos
estado hablando sobre la vida de Jacob, en ella hemos encontrado
varias enseñanzas sobre la bendición y en especial sobre la familia.
La
semana pasada hablábamos sobre la reconciliación con su hermano Esaú, cuando finalmente lo logró uno de los temores más grandes de Jacob quedó en el pasado, ahora él es un hombre establecido, con bienes, con
esposas e hijos, y con paz dentro de su familia, pareciera que no le queda más
que disfrutar de la vida. Pero la realidad es que Jacob ha olvidado ciertas
cosas que necesita retomar nuevamente. Por lo que Dios llega a su vida y Jacob
decide realizar tres tareas importantes en su
familia.
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Muchas veces los cristianos viven etapas en las que tuvieron un gran interés por buscar a Dios, y por buscar las bendiciones de Él, como es el caso de Jacob, quien lo vemos como alguien que se esforzó por ser bendecido. Pero también con el paso del tiempo cuando van alcanzando sus sueños, poco a poco se olvidan de como los obtuvieron, de las veces en las que clamaron con fervor, de las veces en las que estaban dispuestos a hacer lo que fuera necesario y han llegado a una etapa de comodidad, por lo que Dios viene a romper con la “comodidad” de Jacob y despertar nuevamente el interés que tenía al principio por su Presencia.
Jacob
tiene que regresar a Betel que significa casa de Dios, y este regreso lo hace
entender que ha llegado el tiempo de realizar acciones importantes en su vida y
familia.
LLEGÓ EL TIEMPO DE CUMPLIR LAS PROMESAS A DIOS
Todos recordamos
la ocasión cuando Jacob hace una promesa a Dios. Cuando se encontraba sin nada,
con un conflicto familiar y un futuro incierto.
Luego Jacob hizo esta promesa: «Si Dios me acompaña y me protege en este viaje que estoy haciendo, y si me da alimento y ropa para vestirme, Génesis 28.20 NVI
Pues ha pasado el tiempo y
ahora Jacob ha alcanzado una vida estable, tiene familia, tierra, bienes y
sobre todo lo que más le incomodaba: tiene paz con su hermano.
Entonces Dios le dijo a Jacob: «¡Prepárate!
Múdate a Betel, establécete allí y edifica un altar a Dios, quien se te
apareció cuando huías de tu hermano Esaú» Génesis 35.1
Ahora Dios le hace
un llamado como una especie de recordatorio de la promesa que hizo, Dios ha
cumplido y es tiempo de que Jacob lo haga también.
Es interesante que
Dios no le recuerda en si la promesa sino el motivo por la que la hizo. Muchas
veces se nos olvidan las promesas que hacemos porque en nuestra desesperación
las hemos hecho, pero cuando pasa la crisis y nos sentimos aliviados se nos
olvida lo que prometimos y sobre todo la razón por la que lo hicimos.
Yo me presentaré en tu templo
con ofrendas especiales en tu honor, así te cumpliré mis promesas, 14 las
promesas que yo mismo te hice cuando me vi en problemas. Salmos 66.13-14
Es posible que la presión nos haga hacer promesas, pero eso no significa
que cuando estemos en paz nos retractemos y no las cumplamos. El salmista sabe
que ha llegado el tiempo de cumplir sus promesas.
4 Si le haces una
promesa a Dios, cúmplela, porque a Dios no le agrada la gente falta de
seriedad. Cúmplele a Dios lo que le prometiste. 5 Es
mejor no prometer, que prometer y no cumplir. Eclesiastés 5.4-5
Dios es fiel con las promesas que nos ha hecho y espera que nosotros
igualmente le seamos fieles, es posible que la desesperación nos haya hecho
prometer algo que ahora se nos dificulta, pero también es muy probable que si
hicimos esa promesa era porque pensábamos que éramos capaces de cumplirlas. Así que hoy
podemos retomar lo que un día le prometimos a Dios y cumplirlo.
No dejes que tu boca te haga pecar, y no te
defiendas ante el mensajero del templo al decir que la promesa que hiciste fue
un error. Esa actitud enojaría a Dios y quizá destruya todo lo que has logrado.
Eclesiastés 5.6
LLEGÓ EL TIEMPO DE QUITAR LO ÍDOLOS DE LA FAMILIA
Entonces Jacob les dijo a
todos los de su casa: «Desháganse de todos sus ídolos paganos, purifíquense y
pónganse ropas limpias. 3 Ahora vamos a Betel,
donde edificaré un altar al Dios que respondió a mis oraciones cuando yo estaba
angustiado. Él ha estado conmigo en todos los lugares por donde anduve».
Génesis 35.2
Lo
siguiente que Jacob decidió hacer fue quitar los ídolos de su familia. ¿Cómo es que
estos ídolos estaban ahí? La declaración de Jacob nos hace pensar que él tenía
conocimiento, él no pregunta si alguien tenía algún ídolo, él está diciendo que
quiten los ídolos, ¿Cómo es posible si se suponía que eran creyentes?
No
necesitamos tener estatuillas en nuestra casa para saber que estamos teniendo
ídolos en nuestra familia, un ídolo puede ser cualquier cosa que sustituya a
Dios en nuestras vidas incluso puede ser algo que no sea malo como nuestros
hijos, cónyuge o hasta el servicio a Dios. Pero por supuesto también hay los
que son dañinos y los hemos aceptado.
La
realidad es que a veces vamos permitiendo ciertas cosas en nuestras familias,
cosas que se van integrando, que al principio eran incomodas pero con el tiempo
se fueron aceptando, hasta que las tomamos como normales.
¿Qué
ídolos tenemos en nuestras vidas y sabemos que tenemos que dejar? El dinero
puede ser uno de ellos, a veces hemos pedido a Dios algo que con el tiempo nos
cuesta trabajo poder dejar. Un ídolo es aquello en lo que pones tu confianza,
cuando tienes un problema es lo primero que piensas que te puede ayudar.
Es
posible que algunas personas puedan mejorar su vida económica si tan sólo se
deshicieran de muchas cosas que tienen, el querer mantenerlas les produce
crisis y el soltarlas les aliviaría pero se les hace difícil porque han puesto
su corazón en ellas, se han convertido en ídolos que tienen que dejar.
… ‘Cada uno de ustedes deshágase de las
imágenes repugnantes con las que están tan obsesionados. No se contaminen con
los ídolos… Ezequiel 20.7 NTV
LLEGÓ EL TIEMPO DE BUSCAR AL DIOS DE LA CASA DE DIOS
6 Finalmente Jacob y
todos los de su casa llegaron a Luz (también llamada Betel), en Canaán.7 Allí
Jacob edificó un altar y llamó al lugar El-betel (que significa «Dios de
Betel»), porque Dios se le había aparecido allí cuando huía de su hermano Esaú.
Génesis 35.6 NTV
En
el punto anterior decíamos que es posible que hasta nuestro servicio a Dios se
haya convertido en un ídolo, ¿Cómo puede ser esto? A veces nos enfocamos tanto
en las actividades y trabajos de la iglesia que no tenemos tiempo para buscar a
Dios de forma personal; o creemos que las oraciones de los servicios son
suficientes; o con las veces que leemos la biblia en la iglesia basta para no
leerla por nuestra cuenta.
Jacob
ha tenido muchas experiencias con Dios, pero ahora ha madurado espiritualmente
y el lugar que antes había llamado Betel (Casa de Dios) ahora lo llama El betel
(Dios de la casa de Dios) Jacob sabe que Dios es ahora más importante que el
lugar donde se manifestó su presencia.
A
veces los cristianos han pasado tanto tiempo viviendo experiencias en la casa
de Dios que se acostumbran a ellas, con el tiempo su caminar es meramente
religioso y rutinario. Los cristianos comienzan a vivir vidas sin temor, a vivir
como si la iglesia fuera una simple organización humana, donde ya no importa el
comportamiento y la búsqueda de Dios que era el motivo por el cual se
reunieron.
Es
tiempo de que Dios venga a nuestras vidas y despertarnos de nuestra comodidad,
recordarnos las promesas que tenemos pendientes con él, liberarnos de los ídolos que hemos creado y
que sustituyeron a Dios, y comenzar a buscar no sólo la casa de Dios sino al
Dios de la casa.
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