Pasiones que arruinan relaciones

De donde vienen las guerras y pleitos entre vosotros
Santiago 4.1
Serie basada en la carta de Santiago

 ¿De dónde surgen las guerras y los conflictos entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que luchan dentro de ustedes mismos?Desean algo y no lo consiguen. Matan y sienten envidia, y no pueden obtener lo que quieren. Riñen y se hacen la guerra. No tienen, porque no piden. Si cambiáramos la pregunta de Santiago diríamos: 

¿De donde surgen las malas relaciones entre vosotros?


Pasión (del verbo en latín, patior, que significa sufrir o sentir) significa que las pasiones en nuestros interior son aquellos sentimientos que nos llevan a realizar ciertas acciones, si nuestras pasiones no están debidamente controladas por el Espíritu de Dios seguramente experimentaremos sus efectos desastrosos en nuestras vidas. Santiago la describe como concupiscencia o deseo. Sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Santiago 1.14 

Se dice que: Las pasiones son buenas auxiliares pero malas consejeras. Cuando las personas se dejan llevar por sus pasiones sin control, cometen muchos errores y dañan sus relaciones con los demás. Santiago dice que esos deseos combaten en nuestro interior, es como esa representación que hacen en las caricaturas donde hay un “diablito” y un angelito tratando de convencer a los personajes.

Las pasiones pueden desencadenar una serie de malas actitudes que terminaran por afectar nuestras buenas relaciones con los demás. Veamos algunas consecuencias de nuestras pasiones que arruinan nuestras buenas relaciones con los demás.

Las buenas relaciones son arruinadas por la codicia.
…Codiciáis, y no tenéis

El amor en la Biblia es la principal fortaleza de las relaciones, todo aquello que atenta contra el principio del amor afecta las relaciones. Seis de los mandamientos que el Señor dio a través de Moisés, tenían el propósito de mantener la buena relación entre los hombres, es por esto que ellos se resumen en uno solo.

En la ley hay mandatos como éstos: «No sean infieles en su matrimonio. No maten. No roben. No se dejen dominar por el deseo de tener lo que otros tienen.» Estos mandamientos, y todos los demás, pueden resumirse en uno solo: «Cada uno debe amar a su prójimo, como se ama a sí mismo. Romanos 13.9

Pablo resalta el hecho de no haber codiciado mientras estuvo con la iglesia, como una muestra de la buena relación que mantuvo con ellos.

No he codiciado ni la plata ni el oro ni la ropa de nadie. Hechos 20.33

Las personas que se dejan llevar por la codicia, por lo regular son personas insatisfechas e infelices, no importa cuanto hagas por ellos difícilmente quedaran satisfechos. Es difícil poder vivir con un familiar insatisfecho. Las personas que codician creen que solamente serán felices si logran tener aquello que tanto desean, por lo que nunca pueden ser felices, y hacer felices a los demás.

La codicia es la causante de la ruina en la relación de muchos matrimonios. Una persona egoísta (que no ama) es aquella que no se conforma con su cónyuge y siente insatisfacción por aquello que tiene actuando de forma desagradecida, de tal manera que codiciara aquello que le resulta prohibido.

 Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón

Las buenas relaciones son arruinadas por la envidia.
…matáis y ardéis de envidia

Aparentemente la codicia y la envidia son iguales pero la realidad es que son completamente diferentes, pueden coincidir en ciertas características pero podemos encontrar claramente las diferencias. Mientras que la codicia es el deseo desordenado por lo que otros tienen, la envidia es la amargura del alma por ver la felicidad de los otros.

Una anécdota puede aclararnos un poco este asunto

Se cuenta que en un  reino había dos hombres uno codicioso y el otro envidioso, estos nunca estaban satisfechos, cuando el codicioso tenía algo el otro se moría de envidia y deseaba tenerlo también, cuando el envidioso conseguía algo el codicioso luchaba hasta poder tenerlo. Hasta que un día el rey decidió ponerlos a prueba, y les dijo que le concedería cualquier cosa  al primero que pidiera pero le daría el doble al otro, así que durante varios días vivían conteniendo su pasión por obtener las cosas que veían en los otros, pues temían adelantarse y que el otro recibiera el doble. Finalmente el envidioso no pudo más así que demandó primero, y demando que le sacaran el ojo por lo  que le sacarían al otro los ambos ojos.

El envidioso es de mala condición, que por dañar a otro quiere su perdición.

Las personas envidiosas no sólo son infelices sino que no desean ver la felicidad de los demás, lamentablemente esto puede incluir a su propia familia. En algunos casos puede existir envidia en algún cónyuge por el éxito del otro. Donde hay envidia, hay egoísmo y donde hay egoísmo no existe el amor verdadero.

En las buenas relaciones no hay lugar para la envidia, porque dentro de una buena relación siempre existirá la alegría y el gozo por el bien del otro.

De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.  1 corintios 12.26

No buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás. Filipenses 2:4

Las buenas relaciones son arruinadas por los pleitos.
…combatís y lucháis

Ustedes desean las cosas pero no las consiguen. Su envidia puede llegar hasta el extremo de matar y aun así no consiguen lo que quieren. Por eso discuten y pelean. No consiguen lo que quieren porque no se lo piden a Dios. Santiago 4.2 PDT

El ultimo efecto que encontramos de las pasiones desordenadas es el pleito, es claro que esta actitud separa y arruina relaciones, no creo que alguien piense que se puede vivir peleando toda la vida, tal vez podrías soportar una persona codiciosa o envidiosa, pero nadie esta dispuesto a soportar una vida de pleitos.

Es mejor vivir solo en un rincón de la azotea  que en una casa preciosa con una esposa que busca pleitos. Proverbios 21:9 NTV

Es mejor vivir solo en el desierto  que con una esposa que se queja y busca pleitos. Proverbios 21:19 NTV

Una esposa que busca pleitos es tan molesta como una gotera continua en un día de lluvia. Proverbios 27:15 NTV

Aunque proverbios lo aplica directamente a la mujer, es claro que este problema se da en ambos géneros. El punto en estos textos son los ejemplos que menciona sobre las personas pleitistas.
Al igual que los puntos anteriores las personas pleitistas están tan acostumbradas a ser como son, que no se dan cuenta que sus actitudes afectan o dañan a los demás. Esas actitudes les producen satisfacción y placer, su egoísmo no les permite pensar en los demás sino en si mismos. Muchas personas pleitistas necesitan pelear, es como una codependencia, no pueden pasar días sin que puedan pelear con alguien porque eso las satisface.

Recuerda usted a las personas bravuconas de la escuela, todos conocimos alguna persona así, simplemente son personas que su principal propósito es encontrar a quien molestar, porque eso las llena de satisfacción. Lamentablemente cuando estas crecen y se casan no pueden evitar seguir siendo como son, así que disfrutaran burlándose de sus propios familiares, encontrando razones para discutir con ellos, tratando de tener siempre el control.

Podríamos hablar sobre como lidiar con las personas pleitistas, pero el punto no es este, sino más bien como podemos dejar de ser estas personas, no se trata de los demás, sino de nosotros. Por lo regular en las iglesias muchos piensan en alguien que debe escuchar el mensaje; pero pocos piensan en como ellos mismos deben cambiar sus vidas.

Algo muy importante que se debe hacer para dejar de ser pleitista es reconocer, pero posiblemente sea el mas difícil para alguien que le gusta discutir por todo, seguramente quien tiene este problema quisiera discutir este paso. Tal vez el problema en nuestras relaciones no son los demás, y si somos realmente honestos tal vez somos nosotros los del problema. Posiblemente lo sabes porque llegando a casa armaras una discusión, porque parece que todos tienen problemas contigo, pero alguna vez te has preguntado si todos realmente están equivocados o todos tienen problemas contigo porque tú tienes problemas con todos, vecinos, amigos, familiares, compañeros, etc. Es hora de poner un alto aceptando este problema en tu vida.

Las malas actitudes no cambian de la noche a la mañana, si alguien está realmente interesado en cambiar su vida tendrá que luchar mucho pero en esta ocasión no contra alguien sino contra si mismo. Si realmente desea seguir peleando hágalo con alguien de su tamaño, si, con alguien de su tamaño cara, ADN, huellas digitales, (es broma). Si realmente deseamos cambiar, necesitamos comenzar a construir nuevos hábitos, vencer el orgullo y el egoísmo, enfocarnos en el bien de los demás, lo que posiblemente no hemos hecho en mucho tiempo.


Todos luchamos contra nuestros deseos o pasiones que tenemos en nuestro interior, lo único que puede realmente hacer la diferencia es la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas y la Palabra de Dios hecha vida en nosotros. Cuando pensamos en una persona que es muy buena cristiana tenemos la impresión de que siempre ha sido así y que realmente no ha cambiado mucho, pero la realidad es que muchos “buenos” cristianos tienen un pasado difícil que han logrado vencer. Ellos han recorrido un camino largo de renuncias y pruebas para ser como son ahora. No ha sido natural en ellos, sino lo han provocado, y han determinado cambiar sus vidas.

Cuando el Espíritu de Dios obra en nuestras vidas sus frutos se manifiestan en nosotros, esos frutos son acciones que extirpan malas actitudes como la codicia, la envidia y el pleito. Si deseamos afirmar nuestras relaciones debemos rendir nuestras vidas completamente al Espíritu de Dios.

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