Pastores pastoreados


 Pastores pastoreados

Muchas veces he hablado sobre mi postura en cuanto al pastorado, en el sentido de que un pastor debe aprender a vivir con las dificultades y sacrificios que implica el ministerio. Creo personalmente que un pastor no debería vivir quejándose de los padecimientos que significa vivir para el servicio de Cristo. El sufrimiento no solo es natural en el creyente, sino que, en el caso de quienes servimos, debe considerarse un privilegio.

Pues a ustedes se les dio no solo el privilegio de confiar en Cristo, sino también el privilegio de sufrir por él. (Filipenses 1:29 NTV)

Sin embargo, eso no significa que no se deba concientizar a la iglesia sobre las dificultades que un pastor o un líder enfrenta. No tanto para que la iglesia lo compadezca, sino más bien para que la iglesia no abuse de su posición para beneficiarse del pastor. Esto es fundamental si queremos construir una iglesia saludable. La salud de nuestro pastor, incluyendo líderes, significa nuestra salud. Recordemos que la bendición desciende desde la cabeza. Si la cabeza está bendecida, los demás seremos bendecidos.

La iglesia debe saber que los pastores y líderes también somos humanos, tenemos límites humanos y necesidades que deben ser respetadas. Entender que somos humanos ayuda a la iglesia a tener expectativas realistas y no esperar que los pastores o líderes hagan todo.

Esto es importante porque aprendemos a convivir con un respeto mutuo. Entender esto también es necesario para equilibrar las responsabilidades; si todos colaboramos, la iglesia funciona mucho mejor.

Una iglesia saludable es aquella que entiende que los líderes cumplimos solo con nuestra parte y no con todo lo que nos corresponde. Como dijo Pablo:

"¿Qué son Apolo y Pablo? Simples servidores que os condujeron a la fe, valiéndose cada cual del don que Dios le concedió." (1 Corintios 3:5 BLP)

Así que tengo claro los padecimientos de un día haber decidido servir a Cristo, y por eso tengo claro lo que dijo Pablo:

"Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia." (Filipenses 1:21)

Por lo tanto, lo que espero es que, así como yo cumplo mi función hacia la iglesia, yo espero que la iglesia cumpla la suya hacia mí. Y aunque los deberes de la iglesia son varios, hay uno en especial que todos pueden cumplir sin problema, y es orar por sus pastores y líderes. Hay cuatro cosas en especial por las que espero que puedan orar.

Oren por mi predicación

"Oren también por mí para que, cuando hable, Dios me dé las palabras para dar a conocer con valor el misterio del evangelio." (Efesios 6:19)

Amo predicar y enseñar, amo escribir mis predicaciones, pero no siempre es fácil, sobre todo cuando se trata de cada semana. Hay días que son cansados o no me siento bien, y eso influye en que los temas no sean lo que yo espero.

Por eso, algo que me sirve es que oren por mí para que Dios me dé sabiduría para compartir su palabra con gracia. Valoro el tiempo que las personas se toman para escuchar y no quiero que sea un tiempo desperdiciado, sino un tiempo que valga la pena.

Oren por mi familia

"Hermanos, oren también por nosotros." (1 Tesalonicenses 5:25)

Es difícil cuando la iglesia no puede desligar a la familia del ministerio del pastor, y cuando se tienen expectativas altas del pastor, pero no solo eso, también de su familia. Ese es un peso muy difícil de llevar. Como ya he dicho antes, yo puedo tolerar lo que implica mi llamado, pero no es fácil cuando mi familia está en la mira y se espera de ellos una responsabilidad mayor que la de cualquier otro miembro. Al final, ellos también son miembros, que están luchando sus propias batallas. A veces, el amor familiar es lo que los mantiene a flote porque también tienen deseos de quedarse en casa en un momento de depresión y ver la transmisión desde su cuarto, pero sé que no lo hacen porque sienten el compromiso y saben que si ellos no apoyan, pocos lo harán.

Oren por mi protección

"Mis amados hermanos, les pido encarecidamente en el nombre de nuestro Señor Jesucristo que se unan a mi lucha orando a Dios por mí. Háganlo por el amor que me tienen, ese amor que el Espíritu Santo les ha dado." (Romanos 15:30 NTV)

Como ya mencioné al principio, todos tenemos luchas de muchas formas, pero por si eso fuera poco, estamos en la lista de los primeros a los que el enemigo quiere desbancar.

"Esta misma noche —dijo Jesús— todos ustedes me abandonarán, porque está escrito: ‘Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño’." (Mateo 26:31 NVI)

No minimizo el alma de ninguno, pero si un miembro falta, el impacto no es tan grande como si lo hace el pastor. Si un miembro se aleja, el impacto sigue siendo menor comparado a si un pastor lo hace. Cuando un pastor se equivoca, es muy probable que su error arrastre a otros con él. Pablo dice:

"También es necesario que tenga buen testimonio de los de afuera, para que no caiga en descrédito y en lazo del diablo." (1 Timoteo 3:7 NVI)

Note en el versículo la palabra "lazo"; eso significa que el diablo está planeando atrapar al pastor o sus líderes, con el fin de derrumbar todo lo que se ha construido.

Oren por mi salud

"Si ustedes nos ayudan con sus oraciones, también habrá muchos que den gracias a Dios por el beneficio que recibimos de él." (2 Corintios 1:11 PDT)

Actualmente tengo cuatro trabajos y cada uno me agota de forma muy particular. La predicación es verdaderamente agotadora. Uno de los momentos más liberadores es cuando publico mi tema en internet porque es el momento en el que puedo descansar al menos en lo que llega el día para compartir. Mi labor comienza cuando empiezo a pensar en el tema, ya que tiene que ser algo atractivo y necesario. Estudiarlo implica leer aquí y allá, investigar, procesarlo, meditarlo y sentir que Dios realmente me está hablando, articularlo, hacerlo comprensible y fácil de digerir para poder redactarlo, y finalmente exponerlo, lo cual es más que hablar y me lleva toda la semana.

"Y yo con mucho gusto gastaré lo que tengo, y hasta yo mismo me gastaré, para ayudarlos a ustedes. Si yo los amo tanto, ¿por qué ustedes me aman tan poco?" (2 Corintios 12:15 TLA)

Así que necesito oración por mi salud, tanto física como mental, ya que parte de ella se va en la obra de la iglesia. Si la iglesia aprende a orar constantemente por sus pastores y líderes, se fortalecerá la vida de ellos y, de la misma forma, la salud espiritual de la iglesia. Líderes sanos, iglesias sanas.

 

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