Todo comienza con un sueño


Todo comienza con un sueño

Amo imaginar, amo crear. Si hay algo que disfruto de la vida, es la creatividad que existe en el mundo. Me encanta el arte, especialmente el séptimo arte. Me gusta imaginar y darle vida a las cosas que imagino. Admiro a las personas creativas. La creatividad es un regalo que Dios le ha dado al ser humano: la capacidad de crear cosas de la nada. Dios le dio al hombre la habilidad de crear, lo que también significa la capacidad de soñar. Es algo que nos hace únicos en la creación, ya que ningún otro ser creado, fuera del ser humano, es capaz de imaginar y crear.

Por supuesto, todo esto se lo debemos a nuestro Dios, quien es el creador por excelencia. Dios es un creador extravagante. Solo basta observar la naturaleza. Dios primero lo imaginó y luego lo creó.

Quiero que hoy se grabe algo en su corazón: “Todo comienza con un sueño.” Los sueños son la primera pieza en el proceso para lograr la prosperidad y felicidad en Dios.

Desde pequeños somos muy imaginativos; soñamos cosas muy grandes. Pero, ¿qué nos pasa? Nuestros sueños son aplastados por los adultos. A medida que crecemos, dejamos de soñar. Todo se vuelve “no es posible.” Influyen los comentarios de los demás y sus expectativas, por lo que preferimos irnos por el camino fácil que todos señalan. Algunos, por otro lado, dejan de soñar porque han sufrido desilusiones y han tenido malas experiencias, y tienen miedo de volver a intentar. Otros tienen problemas de autoestima y creen que no es posible.

Pero esta serie es para levantarnos el ánimo, para que volvamos a soñar, para que nos ilusionemos de nuevo y sintamos que todo es posible con la fuerza que Dios nos da.

Necesitas un sueño

Cuando no hay visión, el pueblo se desvía; ¡dichoso aquél que obedece la ley! Proverbios 29.18. RVC

No se puede vivir sin sueños. ¿Qué hace alguien que no tiene un sueño? ¿Por qué se levanta? ¿Qué lo inspira? Tal vez alguien piense que todos los días se levanta con un objetivo, pero muchos de estos son temporales. El sueño de Dios va más allá de solo obtener beneficios temporales, como un salario o comida. Estamos hablando de sueños mucho más grandes, sueños que se construyen con mucho esfuerzo pero en los que se tiene fe para lograrlos.

Sin un sueño, las personas solo existen pero no están viviendo. Un sueño es lo que nos da propósito, identidad y dirección.

Observemos a los hombres de la Biblia. Muchos de ellos tuvieron un sueño y sus historias fueron marcadas por el propósito que Dios les dio. Tenían una dirección y encontraron su identidad en ese sueño. Personajes como Noé son definidos por el sueño de Dios en sus vidas. Para Abraham, tener un hijo era la única cosa que deseaba en la vida. Moisés, aunque criado como un egipcio, su verdadera identidad llegó cuando fue llamado a liberar a Israel. Para Ester, su vida en el trono de Persia tuvo un propósito de salvación.

Cada uno de ellos se recuerda por el sueño que Dios les dio. ¿Cuál es tu sueño por el que crees que podrás ser recordado? Y sobre todo, como en el caso de ellos, no fue su sueño propio, sino el sueño de Dios en sus vidas.

Identifique el sueño de Dios

... Les aseguro que si tuvieran fe tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a esta montaña: “Trasládate de aquí para allá” y se trasladaría. Para ustedes nada sería imposible. Mateo 17. 20

La pregunta ahora es ¿como sé que es el sueño de Dios? Porque nuestros deseos muchas veces son tan fuertes que queremos verlos como si fueran de parte de Dios. Cuando se trata de lo que queremos entonces queremos que todos esten de acuerdo con nosotros que oren por nuestro deseo y si es posible que ayunen, hacemos todas las oraciones posibles, declaramos por aquí y por allá, pero ¿es el sueño de Dios?

Una forma de descubrirlo es si ese sueño nos demanda fe, si nos está llevando a algo mucho mayor de lo que nosotros podemos hacer por nosotros mismos. Otra señal muy clara es que va de acuerdo a la palabra de Dios, tiene como objetivo el beneficio y el desarrollo del reino de Dios, de los planes de Dios. Muchas veces nuestros sueños son porque nosotros quremos que nos vaya bien pero no estamos tomando en cuenta a Dios. Piense por un momento en Ana cuanto lloró y pidió un hijo, pero su sueño era más el sueño de Dios, ella entegó a su hijo para cumplir que sirviera en su reino. ¿que es lo que más quieres hoy en la vida? ¿Estás dispuesto a decirle a Dios si tu me lo das yo te lo entrego?


Pasos para descubrir el sueño de Dios en tu vida.

Proverbios 3:5-6 (NVI): "Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él allanará tus sendas."

Si no conoces el sueño de Dios en tu vida, tal vez descubrirlo pueda ser un proceso desafiante, pero te aseguro que será gratificante. Veamos algunos pasos que podrían ayudarte en la tarea extraordinaria de encontrar el sueño de Dios para tu vida.

Por supuesto, primero no podría faltar la oración y la búsqueda de Dios. Dedica tiempo a la oración y a la reflexión en silencio. Pide a Dios que te guíe y te revele su voluntad para tu vida.

Lo segundo va de la mano con lo primero. Lee la Biblia y busca principios y promesas que puedan aplicarse a tu vida. La Palabra de Dios es nuestra guía invaluable para entender su voluntad.

Tercero, busca consejo espiritual. La Biblia dice que en la multitud de consejeros hay sabiduría (Proverbios 11:14). Busca la orientación de líderes espirituales, mentores o consejeros sabios y maduros en la fe. Comparte tus inquietudes y busca discernimiento en comunidad.

Cuarto, analízate. Examina tus talentos y pasiones. Soy un fiel creyente de que Dios nos ha dado dones específicos para triunfar en la vida. La Biblia dice que el don del hombre le abrirá camino (Proverbios 18:16). Así que reflexiona sobre tus talentos naturales, habilidades y pasiones.

Quinto, escucha a Dios en las circunstancias. Soy un fanático de las señales a mi alrededor y de cómo Dios obra en su tiempo y momento específico. Observa las circunstancias y oportunidades que se te presentan en la vida. A veces, Dios abre y cierra puertas para dirigirnos hacia su propósito.

Y finalmente el sexto paso, va de la mano con el quinto y es estar abierto a los cambios y desafíos. A veces las circunstancias nos llevarán por donde menos queremos, pero tienes que estar abierto al cambio. Debes estar dispuesto a dejar de lado tus propios planes y deseos para abrazar el plan de Dios, incluso si eso significa enfrentar cambios o desafíos inesperados.

Concluyendo, el sueño de Dios para nuestra vida es un regalo divino que nos guía hacia un propósito mayor y nos llena de significado. Descubrir este sueño puede ser desafiante, pero es esencial para nuestra realización personal y espiritual. A través de la oración, la búsqueda de Dios, el estudio de la Biblia, el consejo espiritual, el autoexamen y la disposición a seguir las señales de Dios en nuestras circunstancias, podemos discernir su voluntad para nosotros. Reconocer y abrazar este sueño nos lleva a una vida de fe, confianza y obediencia, donde nuestras acciones y decisiones están alineadas con los planes divinos. Estar dispuestos a enfrentar cambios y desafíos nos permite caminar en la dirección que Dios tiene para nosotros, confiando en que él nos guiará y equipará para cumplir su propósito en nuestras vidas. En última instancia, el sueño de Dios nos lleva a una existencia plena y abundante, donde encontramos verdadera alegría, paz y realización en su amor y cuidado.

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