Nehemías el copero 🍷
🍷Propósito general: Consagración
🍷Propósito especifico: Que los niños comprendan la importancia de la empatía, la oración y la acción en su vida, inspirándolos a ser personas éticas y comprometidas con la mejora de su comunidad y a buscar en Dios la guía y el poder para lograrlo.
🍷 Pasaje bíblico. Nehemías capitulo 1 y 2
🍷Versículo Clave: Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos. Nehemías 1.4
🍷Introducción. En los tiempos del antiguo imperio persa existió un hombre increíble llamado Nehemías. Su vida estuvo llena de aventuras y, aunque su trabajo puede sonar un poco extraño al principio, verán que su historia es realmente asombrosa.
Nehemías no era un rey ni un guerrero famoso. De hecho, era lo que se llamaba "copero" del rey Artajerjes. ¿Qué te viene a la mente cuando escuchas que era copero? Bueno, ser copero era una posición de mucha confianza y responsabilidad. Nehemías tenía el importante deber de asegurarse de que el rey recibiera su copa de vino de manera segura y de que la bebida no estuviera envenenada. Sí, en aquellos tiempos, los reyes debían tener mucho cuidado, ¡ya que había personas que querían hacerles daño!
Entonces, ¿por qué esto es importante? Nehemías no solo era una persona de confianza, sino que también era alguien que trabajaba en el palacio del rey. Esto significa que Nehemías también era un hombre importante, tenía acceso a la presencia del rey, y el rey Artajerjes le tenía mucha confianza para que cuidara de él de esa manera.
Nehemías, aunque no era un rey, se convirtió en un hombre de gran influencia. Y lo más emocionante es que Dios tenía un plan especial para él. En su historia encontramos tres lecciones poderosas sobre empatía, oración y acción.
🍷 Nehemías, un Hombre de Empatía
Yo soy Nehemías hijo de Hacalías y ésta es mi historia. En el mes de Quislev,[a] cuando Artajerjes llevaba veinte años de reinar, yo estaba en el palacio del rey en Susa. En ese momento llegó allí mi hermano Hananí con unos hombres que venían de Judá. Cuando les pregunté cómo estaba la ciudad de Jerusalén, y cómo estaban los judíos que no fueron llevados prisioneros a Babilonia, ellos me respondieron: «Los que se quedaron en Jerusalén tienen graves problemas y sienten una terrible vergüenza ante los demás pueblos. Los muros de protección de la ciudad están en ruinas, y sus portones fueron destruidos por el fuego». Cuando oí esto, me senté a llorar, y durante varios días estuve muy triste y no comí nada. . Nehemías 1.1-4a TLA
Nehemías, a pesar de no haber nacido en Jerusalén ni vivir allí, tenía un fuerte vínculo con su pueblo y su ciudad. Aunque estaba lejos de su tierra natal, amaba sus raíces, sus parientes y su cultura. Cuando escuchó las noticias sobre la difícil situación en la que se encontraba Jerusalén, especialmente porque no tenía murallas y todo el tiempo lo poco que conseguían les era quitado por otros pueblos, así que no podía recuperarse. Esto provocó que el corazón de Nehemías se conmoviera profundamente.
Imaginen por un momento que están lejos de su hogar, de su familia y de todo lo que aman. Nehemías experimentó esa sensación de lejanía, pero su conexión emocional con su pueblo seguía siendo fuerte. Cuando escuchó acerca de la aflicción de Jerusalén, en lugar de ignorarla, se puso en el lugar de su gente y sintió lo que ellos estaban experimentando. Esta es la verdadera empatía: ponerse en los zapatos de los demás y comprender sus sentimientos.
Nehemías no solo se preocupó por las noticias desalentadoras, sino que decidió hacer algo al respecto. Su empatía lo motivó a tomar medidas y buscar una solución para ayudar a su pueblo. Cuando sentimos empatía por los demás, estamos dispuestos a actuar y hacer el bien. Es un recordatorio de cuán importante es amar y cuidar a nuestros semejantes, incluso si están lejos de nosotros, y de cómo la empatía puede inspirarnos a marcar la diferencia en el mundo.
🍷 Nehemías, un hombre de Oración
Entonces le dije a Dios en oración: «Dios grande y poderoso; ante ti todo el mundo tiembla de miedo. Tú cumples tus promesas a los que te aman y te obedecen. Escúchame y atiende mi oración, pues soy tu servidor. Día y noche te he rogado por los israelitas, que también son tus servidores. Reconozco que todos hemos pecado contra ti. He pecado yo, y también mis antepasados. Hemos actuado muy mal y no hemos obedecido los mandamientos que nos diste por medio de Moisés. Nehemías 1.4b-7 TLA
La empatía de Nehemías no se quedó solo en la preocupación y el sentimiento. Cuando escuchó sobre la difícil situación de Jerusalén y su pueblo, su respuesta no fue simplemente sentir lástima, sino tomar un papel activo en el cambio. Nehemías recurrió a la oración como un medio poderoso para enfrentar los desafíos.
Imaginen a Nehemías, arrodillado en oración, confesando no solo los pecados de su pueblo, sino también los pecados como si él mismo los hubiera cometido. Esta fue una muestra de su profunda empatía, ya que asumió la responsabilidad y la culpa de su nación como si fuera suya. Nehemías no se limitó a pedir por los demás; intercedió con pasión como si la necesidad fuera suya, como si las murallas derrumbadas de Jerusalén lo afectaran directamente.
La oración de Nehemías no solo consistió en pedir perdón y misericordia, sino también en pedir que Dios lo favoreciera en su próximo paso: el viaje para ayudar a su pueblo. Nehemías estaba dispuesto a actuar y sabía que necesitaba la guía divina y el favor de Dios para llevar a cabo su misión con éxito.
Esta parte de la historia de Nehemías nos enseña que la empatía y la oración son una poderosa combinación. La empatía nos lleva a preocuparnos por los demás, mientras que la oración nos capacita para hacer una diferencia en sus vidas. La empatía nos impulsa a orar por aquellos que enfrentan dificultades, y la oración nos conecta con el Dios que puede transformar las situaciones. Nehemías nos muestra que, cuando combinamos la empatía con la oración, podemos ser instrumentos de cambio y esperanza en el mundo.
🍷Nehemías, un Hombre de Acción
Cierto día, en el mes de Abib, le llevé vino al rey Artajerjes. Como nunca me había visto triste, el rey me preguntó: —¿Qué te pasa? No te ves enfermo. Esa cara triste me dice que debes estar preocupado. Sentí mucho miedo en ese momento, y le dije al rey: —¡Deseo que Su Majestad viva muchos años! La verdad, sí estoy triste, y es que la ciudad donde están las tumbas de mis antepasados está en ruinas. Sus portones han sido destruidos por el fuego. El rey me preguntó: —¿Hay algo que pueda hacer por ti? Yo le pedí ayuda a Dios, y le contesté al rey: —Si le parece bien a Su Majestad, y quiere hacerme un favor, permítame ir a Judá, para reconstruir la ciudad donde están las tumbas de mis antepasados. Nehemías 2.1-5 TLA
Nehemías, es un verdadero ejemplo de empatía y oración, nos enseña la importancia de llevar nuestra fe a la acción. La empatía llevó a Nehemías a la oración, y la oración lo llevó a la acción. La compasión que sentía por su pueblo no se quedó en sus sentimientos o en su oración; sino que tomó acciones concretas.
Un día, mientras servía como copero del rey, el monarca notó la tristeza en el rostro de Nehemías y le preguntó que era lo que le sucedía. Ese era el momento que Nehemías había estado esperando y no lo desperdició. Aprovechó la oportunidad de hablar con el rey sobre su profunda preocupación por Jerusalén y su deseo de ayudar a su ciudad y su gente. Como ya dijimos Nehemías era un hombre que tenía la confianza del rey para manejar la bebida real. Esta confianza era esencial, y Nehemías se había ganado el respeto y el aprecio del monarca.
El rey al darse cuenta de su angustia, le preguntó qué podía hacer por él. Así que Nehemías le pidió al rey que le diera todo lo necesario para viajar a Jerusalén y ayudar en la reconstrucción de las murallas de la ciudad. Estas murallas eran muy importantes para la restauración de Jerusalén y para proteger a su pueblo de los peligros que acechaban, sin murallas la ciudad siempre sería saqueada por otros pueblos y por ladrones. Ese día el rey le concedió a Nehemías por la bendición de Dios todo lo que pedía, así que como te puedes imaginar Nehemías estuvo muy feliz porque sabía la la ciudad podría ser restaurada.
🍷 Conclusión. La vida de Nehemías nos ofrece valiosas lecciones sobre empatía, oración y acción. Nehemías, a pesar de no haber nacido en Jerusalén, sintió un profundo amor y preocupación por su pueblo. Su empatía lo llevó a la oración, donde confesó los pecados de Israel y pidió la ayuda de Dios. Sin embargo, no se quedó solo en la oración; cuando tuvo la oportunidad, habló con el rey y actuó de inmediato para ayudar a su gente en la reconstrucción de Jerusalén.
Nehemías nos inspira a ser compasivos, a buscar la dirección de Dios a través de la oración y a ser personas de acción que no solo hablen, sino que hagan algo por aquellos que necesitan ayuda. La historia de Nehemías nos desafía a seguir su ejemplo y a ser instrumentos de cambio y restauración en nuestro entorno.
🍷 Oración modelo. Querido Dios, gracias por la historia de Nehemías y por las lecciones de empatía, oración y acción que nos enseña. Ayúdanos a ser como Nehemías, que sintió compasión por su pueblo, oró con sinceridad y actuó valientemente para hacer el bien. Que podamos aprender a poner en práctica estas lecciones en nuestras vidas, mostrando amor y cuidado por los demás, buscando siempre tu guía en la oración y siendo personas de acción que marquen la diferencia en nuestro mundo. Amén.
🍷Llamado a la acción. Esta semana, comienza por mostrar empatía hacia aquellos amiguitos que están pasando por momentos difíciles o necesitan ayuda. Párate en sus zapatos y comprende sus sentimientos.
1. Vincula las Preguntas con el Contenido: Asegúrate de que las preguntas en las hojas de trabajo estén directamente relacionadas con los puntos que abordarás en el bosquejo. Esto ayudará a los niños a conectar la información y entender mejor el mensaje.
2. Adapta Según la Edad: Cada grupo de niños tiene sus propias capacidades y niveles de comprensión. Ajusta tu enseñanza para adaptarse a la edad y nivel de comprensión de tus alumnos, de modo que puedan absorber mejor el contenido.
3. Dedica Tiempo para la Oración: Antes, durante y después de la clase, tómate un tiempo para orar. Ora por los niños antes de la clase, pidiendo que sus corazones estén receptivos y abiertos para aprender. Durante la clase, involucra a los niños en la oración, permitiéndoles compartir sus propias peticiones. Después de la clase, ora por aquellos que asistieron y también por aquellos que no pudieron asistir.
4. Preparación Anticipada: Descarga y imprime con suficiente antelación tus materiales de clase. Esto te permitirá revisar el contenido y asegurarte de que tienes todo lo necesario para una experiencia de aprendizaje efectiva.
5. Organiza Materiales: Prepara todos los materiales que necesitarás antes de la clase. Asegúrate de tener libros, hojas de trabajo, lápices, marcadores o cualquier otro material que planees usar durante la lección. Una buena organización facilitará el flujo de la clase.
6. Fomenta la Participación: Durante la clase, anima a los niños a participar y hacer preguntas. Crea un ambiente en el que se sientan cómodos compartiendo sus pensamientos y dudas. Esto fomentará un diálogo abierto y enriquecedor.
7. Variedad en la Enseñanza: Utiliza diferentes métodos de enseñanza para mantener el interés de los niños. Combina lecturas, actividades prácticas, preguntas interactivas y discusiones grupales para mantener la atención y la participación activa.
8. Sé Flexible: Aunque tengas un plan estructurado, sé flexible para ajustarte a las necesidades del grupo. Si ves que los niños están especialmente interesados en un tema en particular, puedes profundizar en ese tema y adaptar tu enfoque.
9. Crea un Ambiente Agradable: Asegúrate de que el espacio donde se lleva a cabo la clase sea acogedor y seguro. Utiliza colores alegres, coloca material visualmente atractivo y fomenta la interacción amigable entre los niños.
10. Termina con una Reflexión: Al final de la clase, brinda a los niños la oportunidad de reflexionar sobre lo que aprendieron. Puedes hacerlo a través de preguntas abiertas, dibujos o simplemente pidiéndoles que compartan lo que más les impactó.
Recuerda que cada niño es único, y tu dedicación en la preparación y la enseñanza tendrá un impacto duradero en su crecimiento espiritual y personal. ¡Disfruta del proceso y del privilegio de ser un maestro que guía y motiva a los niños en su camino de aprendizaje y descubrimiento!
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