De lo Común a lo Indispensable


 De lo Común a lo Indispensable

 

¿Alguna vez has escuchado una historia de redención? Son esas historias que tienen algo profundamente conmovedor. Se trata de personajes que, en circunstancias aparentemente desfavorables, toman decisiones que los redimen. No hablamos de la redención en el contexto teológico, donde Jesús es nuestro gran Redentor, sino más bien de personas que, a pesar de sus motivaciones iniciales o acciones pasadas, terminan haciendo actos conmovedores que los transforman.

 

Imagínate a José, quien, después de todo lo que sus hermanos le hicieron, los trató con compasión y les perdonó. Es una escena verdaderamente conmovedora. O piensa en Jonás, que inicialmente no estaba de acuerdo con el propósito de Dios, pero dentro del vientre del pez, hizo una oración que cambió su perspectiva y cumplió su misión. Y luego está Pedro, quien negó a Jesús en un momento crítico, pero luego presenciamos su redención y transformación.

 

Estas historias son significativas porque, de alguna manera, nos identificamos con los personajes y sus luchas que los hicieron terminar en lo mas bajo, pero que al final terminaron redimiéndose. Vemos cómo atraviesan un proceso para superar sus circunstancias y nos sorprenden con un cambio radical que se convierte en un ejemplo de que siempre es posible cambiar.

 

Hoy quiero compartir con ustedes la historia de un personaje bíblico que experimentó una redención extraordinaria en el contexto de su ministerio.

 

En los Hechos de los Apóstoles, es común enfocarnos en figuras prominentes como Pablo, Silas e incluso Lucas. Sin embargo, hoy nos sumergiremos en la vida de un personaje menos conocido, pero igualmente significativo: Marcos. Aunque Marcos podría considerarse un personaje de fondo en este relato, su historia es una lección poderosa sobre la redención en el ministerio. A través de tres puntos clave en su vida, descubriremos cómo superar desafíos, reconciliar relaciones y, en última instancia, redimir un ministerio para la gloria de Dios.

 

Marcos tiene un llamado:

 

La historia de Marcos nos recuerda que todos comenzamos en algún momento como "Marcos" en nuestras vidas. Es decir, fuimos personas que tal vez no ocupaban posiciones destacadas o estábamos en las primeras filas de la vida. Al igual que Marcos, podríamos haber sido observadores, participando modestamente en situaciones cotidianas. Esto es algo con lo que muchas personas pueden identificarse. Todos hemos tenido momentos en los que estábamos en un segundo plano, pero esos momentos también pueden ser el punto de partida para algo más grande. La primera vez que se menciona en la biblia en realidad solo se lo hace como referencia, el día que pedro salió de la cárcel milagrosamente se dirigió a la casa de María la madre de Marcos.

 

Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos Hechos 12.12

 

Marcos era conocido como el hijo de la hermana que prestaba su casa para las oraciones. ¿Cuántos de nosotros conocemos a alguien así en nuestras iglesias. ¿Cuántos de nosotros podemos recordar a alguien similar en nuestras iglesias? Tal vez alguien que no ocupaba el centro del escenario, pero que, de alguna manera, siempre estaba presente. Comenzamos nuestro camino de servicio de manera sencilla, contribuyendo un poco aquí y un poco allá. Es durante esta etapa inicial que Dios puede comenzar a abrir nuestros ojos a su llamado para servirle.

 

Y Bernabé y Saulo, cumplido su servicio, volvieron de Jerusalén, llevando también consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos. Hechos 12.25

 

Marcos experimentó esto cuando los líderes de la iglesia notaron su potencial y lo invitaron a unirse a Pablo y Bernabé en su ministerio. Este es un recordatorio de que comenzamos como "Marcos", pero Dios siempre ve nuestro potencial para más y nos llama a caminar junto a aquellos que lideran en su servicio.

 

 

“Muchos ministerios han comenzado en la sombra, pero incluso desde allí, se puede llegar a hacer cosas grandiosas

 

Marcos no está listo:

 

 Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están. 37 Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos; 38 pero a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Panfilia, y no había ido con ellos a la obra. 39 Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre. Hechos 15.36-39

 

Marcos no estaba completamente preparado para los desafíos que surgieron mientras avanzaba en su servicio junto a Pablo. La Biblia relata en un momento que Marcos decidió no continuar, lo cual es comprensible cuando el trabajo en la obra se vuelve exigente. En mi experiencia, he visto a personas cansarse y apartarse de su pasión y entrega, ya sea debido al agotamiento, las pruebas o simplemente la falta de interés. A veces, en nuestro caminar, nos encontramos con personas que, como Marcos, "dejan el barco" y abandonan la labor que habíamos compartido.

 

Más adelante, vemos que Pablo y Bernabé tenían planes de realizar un nuevo viaje misionero, pero Pablo no estaba de acuerdo con la última conducta de Marcos y no lo consideraba confiable. Esta situación me llevó a reflexionar sobre si Pablo fue demasiado duro o si, en realidad, veía que Marcos no estaba debidamente preparado. En mi opinión, Pablo era un líder visionario y apasionado, comprometido profundamente con la obra misionera. Por lo tanto, era natural que estableciera altos estándares para aquellos que deseaban seguir sus pasos. A veces, facilitar demasiado las cosas para las personas puede hacer que sean menos efectivas y productivas. En este sentido, no estoy hablando de maltrato, sino de mantener altos niveles de excelencia en la obra de Dios.

 

"El liderazgo visionario y apasionado de Pablo nos enseña que mantener altos estándares en la obra de Dios no implica maltrato, sino un compromiso profundo con la excelencia."

 

Este conflicto entre Pablo y Marcos, que resultó en una separación temporal, muestra que incluso en las relaciones cristianas a veces surgen desacuerdos y desafíos. Marcos podría haber cometido errores o simplemente no estar completamente preparado para enfrentar ciertas situaciones en ese momento. Sin embargo, esta etapa de su vida también ilustra que nadie es perfecto y que las diferencias pueden surgir entre creyentes. Es esencial estar preparado tanto para los desafíos que implica la obra como para reconocer que las diferencias en las relaciones ministeriales no son el fin del mundo. Finalmente, en este punto, Bernabé consideró a Marcos indispensable y decidió llevarlo consigo, lo que muestra cómo, a pesar de los desafíos, las personas pueden encontrar redención y restauración en sus ministerios.

 

Marcos se redime:

 

Solo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio. 2 Timoteo 4.11

 

La historia de Marcos nos muestra que todos tenemos la oportunidad de redimirnos, incluso cuando nuestras acciones pasadas pueden habernos alejado del camino. Cuando observamos las fechas de los eventos en el Nuevo Testamento, notamos que el conflicto entre Marcos y Pablo ocurrió durante el segundo viaje misionero de Pablo, alrededor de los años 49-52 d.C. Sin embargo, las cartas a Timoteo, donde Pablo menciona a Marcos, se creen que fueron escritas más tarde, entre los años 63 y 67 d.C. Esto significa que pasó al menos una década, o incluso más, desde la separación de Pablo y Marcos hasta el momento en que Pablo decidió que Marcos era útil para el ministerio nuevamente.

 

Este punto en la historia es realmente significativo. Pablo está en prisión, los años han pasado y Marcos se ha convertido en un hombre indispensable para el ministerio. Marcos, quien en un momento dado renunció y regresó a la comodidad de su hogar, y quien estuvo involucrado en un conflicto que dividió la obra misionera, ha experimentado un crecimiento y madurez notables en ese tiempo. Ha demostrado su valía para el ministerio.


Tómate un momento para reflexionar: ¿Qué habría ocurrido si Marcos se hubiera sentido ofendido de manera permanente por las acciones de Pablo? Afortunadamente, eso no sucedió. Esto nos demuestra que el verdadero liderazgo radica en el carácter, en la forma en que manejamos los conflictos y en nuestra capacidad para superar las diferencias. Decidimos no renunciar fácilmente, sino que encontramos la manera de continuar sirviendo. En algún momento, podemos llegar a ser indispensables, quizás no para los hombres, pero sin duda para el Reino de Dios.

 

El liderazgo verdadero se construye en la resiliencia del carácter y la perseverancia ante las diferencias, volviéndonos indispensables para el Reino de Dios."

 

Uno de los logros más notables de Marcos fue la escritura del Evangelio de Marcos, una contribución invaluable a la iglesia que transmitió las enseñanzas y la vida de Jesús. Esto nos muestra que alguien que podría haber sido considerado no importante en el pasado se convirtió en un recurso valioso para el Reino de Dios. La historia de Marcos nos enseña que las segundas oportunidades pueden marcar el inicio de una vida de servicio fructífero.

 

La historia de Marcos también os recuerda que Dios puede trabajar en nuestras vidas y usar nuestras experiencias, incluso las difíciles, para Su gloria y propósito. Es un testimonio de la gracia de Dios y cómo puede redimir y restaurar a aquellos que buscan seguir Su llamado y rectificar sus errores. Esta historia nos dice que, en la obra de Dios, las segundas oportunidades son posibles y pueden llevar a un impacto duradero en el servicio a Dios.


Finalmente la historia de Marcos, desde ser considerado no indispensable hasta convertirse en una figura vital para el ministerio, es un poderoso recordatorio de la gracia y la redención de Dios en la vida de las personas. A través de los años y las experiencias, Marcos creció y maduró, demostrando que incluso cuando cometemos errores en el pasado, podemos encontrar un camino de restauración y utilidad en el servicio a Dios.

 

El Evangelio de Marcos, su contribución más destacada, se convirtió en una herramienta invaluable para la iglesia y la difusión de las enseñanzas de Jesús. Esta transformación nos muestra que las segundas oportunidades no solo son posibles, sino que también pueden llevar a un impacto significativo en el servicio a Dios.

 

La historia de Marcos nos anima a no desanimarnos por nuestros errores pasados, sino a buscar la restauración y el crecimiento en nuestra fe. Dios puede usar nuestras experiencias, incluso las más difíciles, para Su gloria y propósito. Como Marcos, podemos encontrar un camino hacia una vida de servicio fructífero en el Reino de Dios, recordándonos que Su gracia siempre está disponible para aquellos que buscan seguir Su llamado y corregir sus errores.

2 comentarios:

coméntanos si te ha sido de utilidad esta publicación,