Equilibrio espiritual

Equilibrio espiritual


La serie "De Casa en Casa" es una hermosa invitación a aguardar con expectación la llegada de Jesús a nuestros hogares. Comprendemos la significativa relevancia de recibir a Jesús en nuestras vidas, ya que su presencia conlleva abundantes bendiciones que enriquecen nuestra existencia. No obstante, es crucial entender que la visita de Jesús no se limita únicamente a brindar sanación, liberación y perdón. Su venida también tiene un propósito profundo y valioso, el cual a veces pasa desapercibido: el equilibrio.


En la agitación de la vida diaria, a menudo nos encontramos inmersos en una búsqueda constante de equilibrio. Equilibramos el trabajo y el tiempo para la familia, la atención a nuestras responsabilidades y la necesidad de descanso. Sin embargo, en ocasiones, puede sentirse como si algo esencial estuviera fuera de lugar, como si una pieza fundamental estuviera ausente en el rompecabezas de nuestra vida. Es en esos momentos que recordamos la importancia de invitar a Jesús a nuestros hogares.

 

En las Escrituras, encontramos que Jesús no solo vino a enseñar y a sanar, sino también a establecer un equilibrio divino en nuestras vidas. A través de sus visitas a los hogares, nos muestra cómo su presencia puede llenar los vacíos que a veces experimentamos.

 

Hay una historia en la Biblia que me parece muy significativa para hablar de este tema. Estamos hablando de la historia de Marta y María. Vemos cómo Jesús equilibra el servicio con la devoción. Como sabemos Marta estaba ocupada sirviendo, mientras que María se sentaba a los pies de Jesús. En su corrección amorosa, Jesús nos recuerda que necesitamos encontrar un equilibrio entre nuestras responsabilidades y nuestra relación con Él.

  

38 Mientras iba de camino con sus discípulos, Jesús entró en una aldea y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa.  Lucas 10.38 NVI

 

El equilibrio rompe moldes

39 Tenía ella una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba lo que él decía. 40 Marta, por su parte, se sentía abrumada porque tenía mucho que hacer. Así que se acercó a él y dijo: —Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sirviendo sola? ¡Dile que me ayude! Lucas 10.39-40


¿Por qué optamos por servir o no, escuchar o no? Nuestro rol en la iglesia no se moldea por comodidad, sino por elecciones. A veces, cedemos a la presión de la conformidad en lugar de seguir lo que Jesús espera de nosotros.


En la época de Jesús, las normas sociales establecían roles bien definidos para hombres y mujeres. Las mujeres, como Marta, asumían la responsabilidad de las tareas domésticas, consideradas como su ámbito tradicional. Sin embargo, la audacia de María se destacaba al atreverse a desafiar estas expectativas arraigadas al sentarse a los pies de Jesús, una postura que habitualmente se reservaba para los discípulos masculinos. Su elección desafiante trascendió las barreras culturales, y su búsqueda espiritual le permitió adentrarse en un papel que trascendía los confines tradicionales de género, haciendo hincapié en su sincera devoción y en su anhelo de conocimiento y conexión con el Maestro divino. 

  

María nos enseña la importancia de priorizar la conexión espiritual y la búsqueda de conocimiento en nuestra relación con Jesús. Su audacia al romper con las expectativas de género de su época y sentarse a los pies de Jesús como un discípulo, nos recuerda que nuestra relación con Dios debe ser el centro de nuestras elecciones y acciones. Mientras Marta, ocupada en servir y cumplir con las normas sociales, representa las preocupaciones mundanas y la importancia de las responsabilidades prácticas, María simboliza la búsqueda espiritual y la conexión con Jesús, priorizando lo eterno sobre lo temporal. Su acto de escuchar y aprender de Jesús nos inspira a apartar tiempo para nutrir nuestra fe, a valorar la enseñanza y a buscar una comprensión más profunda de la Palabra de Dios. A través de María, comprendemos que equilibrar nuestras responsabilidades prácticas con la dedicación a lo espiritual es esencial para una vida que honre a Dios y refleje su propósito eterno.

Marta podría sentirse presionada a cumplir con las expectativas y a buscar la aprobación de otros, mientras que María anhela atención y una conexión emocional más profunda al sentarse a los pies de Jesús. Este relato nos invita a reflexionar sobre cómo, en ocasiones, nuestras acciones se ven influenciadas por las opiniones externas en lugar de centrarnos en nuestra relación con Dios. Es común ver en muchas iglesias de hoy a mujeres enfrentando limitaciones debido a roles predefinidos que la sociedad espera que desempeñen. Sin embargo, es crucial reconocer que se necesitan más "Marías" en nuestra comunidad, mujeres dispuestas a trascender las expectativas, a elevar su pasión por Jesús por encima de las convenciones y a elegir con valentía el camino correcto. En lugar de ser definidas por lo que otros esperan de ellas, estas "Marías" encuentran su identidad y propósito en Cristo, y a través de su devoción, abren nuevos caminos de inspiración y transformación en la vida de otros.


El equilibrio nos conecta con Jesús

 

39 Tenía ella una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba lo que él decía. Lucas 10.39

 

En este relato, es interesante notar que el énfasis no está en destacar específicamente sobre qué temas hablaba Jesús en ese momento, sino en resaltar la importancia suprema de estar cerca de Él. A través de su elección de sentarse a los pies de Jesús, María nos muestra que su prioridad estaba en la cercanía con el Maestro, en sumergirse en su presencia y absorber cada momento de conexión espiritual. Esta acción, aunque aparentemente simple, nos enseña que estar en la presencia de Jesús, escuchar su voz y buscar una relación más profunda con Él es lo que verdaderamente importa.

 

En un mundo lleno de distracciones y responsabilidades, la historia de Marta y María nos recuerda que, en última instancia, nuestra mayor necesidad es estar cerca de Jesús. No se trata tanto de lo que hagamos o de lo que escuchemos en ese momento, sino de la decisión consciente de priorizar la relación con Él sobre cualquier otra cosa. Esta lección atemporal nos insta a encontrar momentos de quietud y reflexión en medio de nuestras ocupadas vidas, para que podamos experimentar la dulce comunión con nuestro Salvador y nutrir una conexión que trasciende lo temporal y nos lleva a lo eterno.

 

La elección consciente de María de sentarse a los pies de Jesús y escuchar atentamente podría resonar profundamente con la necesidad innata de atención y conexión que todos los seres humanos compartimos. En un mundo lleno de distracciones y ruido constante, anhelamos ser escuchados, comprendidos y valorados. En este contexto, María busca no solo escuchar las palabras de Jesús, sino también experimentar una conexión íntima con él, nutriendo su corazón y mente. Por otro lado, la actitud de Jesús en esta situación podría destacar la importancia que él mismo otorgaba a sus enseñanzas. A través de su permiso y aceptación de la elección de María, Jesús nos recuerda que encontrar tiempo para escuchar sus palabras y reflexionar sobre su significado es crucial para nuestro crecimiento espiritual y nuestra comprensión de su voluntad. En conjunto, esta escena entre María y Jesús nos invita a encontrar el equilibrio entre nuestra necesidad de atención y conexión humanas, y la búsqueda consciente de la conexión espiritual a través de la reflexión en la enseñanza divina.

 

El equilibro nos conduce a lo mejor

 

41 —Marta, Marta —contestó el Señor—, estás inquieta y preocupada por muchas cosas, 42 pero solo una es necesaria. María ha escogido la mejor y nadie se la quitará.

 

La historia de Marta y María, con su profundo trasfondo espiritual, se despliega en una serie de enseñanzas cruciales que resaltan la importancia del equilibrio y la priorización en nuestras vidas. En primer lugar, las palabras de Jesús, al decir que 'solo una cosa es necesaria', enfatizan el discernimiento esencial que debemos ejercitar. En medio de las múltiples demandas de la vida cotidiana, esta declaración apunta a la importancia de identificar y abrazar lo que es verdaderamente esencial para nutrir nuestra alma y fortalecer nuestra conexión con lo divino.

 

En segundo lugar, el elogio que Jesús dirige a María al afirmar que 'ha escogido la mejor parte' destaca la relevancia de la elección informada. María, al priorizar el tiempo de conexión espiritual con Jesús, nos muestra el valor de enfocarnos en lo que perdura por encima de las preocupaciones mundanas. Esta elección sabia y consciente nos reta a considerar nuestras prioridades y a reconocer cómo nuestras acciones pueden influir en la calidad de nuestra vida espiritual y emocional.


Por último, las palabras de Jesús al afirmar que esta elección de María 'no le será quitada' ofrecen un sentido de seguridad y permanencia en nuestras decisiones. Esta promesa nos recuerda que cuando invertimos en lo eterno, estamos construyendo una base sólida y duradera. A menudo, en medio del ajetreo y las distracciones, puede parecer que lo valioso se desvanece, pero esta declaración de Jesús nos asegura que, al elegir sabiamente y nutrir nuestra relación con lo divino, estamos estableciendo algo que permanecerá y continuará enriqueciendo nuestras vidas en el presente y en el futuro.


La historia de Marta y María nos ofrece un ejemplo conmovedor de cómo el equilibrio puede romper moldes, conectarnos con Jesús y conducirnos hacia lo mejor. Jesús elogia la elección de María al sentarse a sus pies y escuchar sus palabras, señalando que "solo una cosa es necesaria". Esto nos recuerda la importancia de discernir lo esencial en medio de nuestras ocupaciones diarias y priorizar nuestra relación con Él sobre las preocupaciones mundanas.


También nos enseña que el equilibrio no solo se trata de hacer una elección informada, sino de atesorar lo que hemos elegido. Jesús asegura que la elección de María "no le será quitada", lo que nos brinda seguridad en nuestras decisiones espirituales y nos invita a invertir en lo eterno. En última instancia, el equilibrio nos desafía a encontrar momentos de conexión con Jesús en medio de nuestras responsabilidades y distracciones, guiándonos hacia una vida que honra a Dios y nos conduce a lo mejor que Él tiene preparado para nosotros.

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