La desaventura del propósito de
Jonás.
Hablando un poco de los propósitos de Dios en nuestra vida, vamos a echar un ojo a la historia de Jonás. En esta trama bastante corta pero muy educativa, podemos encontrar todo tipo de cosas importantes que resaltar y aprender, como lo son los milagros, la tolerancia, y el llamado de Dios al amor por la humanidad.
1.- El
Barco.
2 levántate
y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su
maldad delante de mí. 3 y
Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a
Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en
ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová. Jonás 1:2-3
La biblia
no nos deja muy en claro quién era Jonás, sabemos el nombre de su padre, pero
no sabemos a ciencia cierta quién era o qué papel desempeñaba, aunque lo que sí
sabemos, es que Jonás fue un profeta, y algo que me encanta de este personaje
es que realmente el tipo de protagonista que no esperas ver en ninguna
historia.
Los protagonistas
tienden a tener actitudes heroicas, son valientes, inteligentes y aventureros,
se sienten confiados o seguros de lo que van a hacer, pero no Jonás. Jonás es
todo lo contrario, a la primera señal de que tenía que realizar una tarea para
Dios prefiere irse de la ciudad en la que estaba antes que hacer lo que Dios
quería.
¿Porqué no simplemente ignoraba el
mandato de Dios? Habría sido más fácil, a fin de cuentas, no podía esperar
perdérsele a Dios, no era como que Dios no pudiera verlo dirigirse hacia
Tarsis.
Ahora bien, luego entramos en un
terreno un poco más complicado ¿Dios tiene favoritos? Y es que no sé si la
palabra favorito sea la correcta, creo que Dios puede ser bastante
condescendiente a veces, con algunas personas, dota a algunos de una gracia tan
grande que parece que incluso cuando nos alejamos de él, él mismo es quien nos
busca. Aunque debo decir que, aunque suene a favoritismo, ese mérito viene también
con un llamado muy fuerte, y muchas tareas complicadas que nos hacen decir
¡Dios ya suéltame, ya no quiero ser tu guerrero más fuerte!
11 Y le dijeron: ¿Qué haremos contigo para que el mar se nos
aquiete? Porque el mar se iba embraveciendo más y más. 12 él les respondió: Tomadme y echadme al
mar, y el mar se os aquietará; porque yo sé que por mi causa ha venido esta
gran tempestad sobre vosotros. 13 Y
aquellos hombres trabajaron para hacer volver la nave a tierra; mas no
pudieron, porque el mar se iba embraveciendo más y más contra ellos. 14 entonces clamaron a Jehová y dijeron: Te
rogamos ahora, Jehová, que no perezcamos nosotros por la vida de este hombre,
ni pongas sobre nosotros la sangre inocente; porque tú, Jehová, has hecho como
has querido. 15 Y tomaron a
Jonás, y lo echaron al mar; y el mar se aquietó de su furor. 16 Y temieron aquellos hombres a Jehová con
gran temor, y ofrecieron sacrificio a Jehová, e hicieron votos. Jonás 11-16.
Muchas
veces cuando escapamos de Dios el llamado de regreso puede ser bastante
violento. Ir detrás de nuestros propios caminos es una de las cosas más
peligrosas que podemos hacer, no tanto porque Dios no vaya con nosotros, sino
porque Dios puede no estar de acuerdo con lo que hacemos, puede sonar injusto,
pero a veces el plan detrás del propósito al que Dios nos esta puede ser más
grande de lo que podemos ver a simple vista. Para que alguien gane, otro debe
perder, por es importante saber que, al igual que Dios, muchas veces debemos
sacrificar cosas que no queremos hacer por ese bien mayor. Pero debemos tener
fe.
2.- El
Pez.
Entonces
oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez, 2 y
dijo:
Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó;
Desde el seno del Seol clamé,
Y mi voz oíste.
3 me echaste a lo profundo,
en medio de los mares,
Y me rodeó la corriente;
Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí.
4 entonces dije: Desechado
soy de delante de tus ojos;
Mas aún veré tu santo templo.
5 las aguas me rodearon
hasta el alma,
Rodeome el abismo;
El alga se enredó a mi cabeza.
6 descendí a los cimientos
de los montes;
La tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre;
Mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío.
7 cuando mi alma
desfallecía en mí, me acordé de Jehová,
Y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo.
8 los que siguen vanidades
ilusorias,
Su misericordia abandona.
9 Mas yo con voz de
alabanza te ofreceré sacrificios;
Pagaré lo que prometí.
La salvación es de Jehová.
10 y mandó Jehová al pez, y
vomitó a Jonás en tierra.
La
historia de Jonás es bastante similar a la de Balaam al principio de todo, solo
que con los papeles invertidos. Dios le dice a Balaam que no vaya a cierto
sitio, pero él lo desobedece y se va, y, por el contrario, Dios le dice a Jonás
que vaya a Nínive, y el NO quiere ir. Sin embargo, en Jonás, después de todos
los traspiés y errores que cometió, vemos como él finalmente decide
arrepentirse.
Jonás me recuerda bastante a casi
cualquier humano en la vida real. Muchas veces no hacemos nada hasta que no nos
encontremos en metidos en problemas y en apuros, y ese es el problema, mientras
estamos bien somos capaces de no asistir a la iglesia o ignorar cualquier tipo
de llamado de Dios para que nos acerquemos a él, pero en cuanto enfermamos,
perdemos un empleo o tenemos problemas familiares, es hasta entonces cuando
realmente nos acercamos a Dios.
Quiero que podamos reflexionar en el hecho
de, que es importante buscar a DIOS EN TODO TIEMPO. Muchas veces usamos esa
frase para darnos ánimos para continuar teniendo fe y gozo en el Señor en medio
de los momentos difíciles, pero creo que lo difícil realmente, es aferrarnos a
Dios cuando todo marcha bien en nuestra vida, porque dejamos de sentir esa
necesidad.
Dios no quiere que lleguemos tan bajo para
finalmente levantar el rostro y buscar su presencia, y aceptar su llamado, Dios
no nos quiere usar cansados y tristes. ¿Cuántas veces más vamos a fingir que
estamos arrepentidos y seguiremos huyendo de la presencia de Dios? ¿Hasta no
ver las puertas de la muerte delante de nosotros?
3.- El
Gusano.
Ahora viene la parte con la que más
me identifico. Jonás significa Paloma, pero el personaje no era para nada una blanca
palomita. Todos esperaríamos, que si Dios nos llama a decirle a una ciudad que
se arrepienta y esta termina arrepintiéndose, Jonás estuviera feliz y alegre de
qué su gran travesía, a través de la tormenta y el estomago del pez habían
valido la pena, al final todos eran felices y Dios cumplía su objetivo. Pero
JONÁS NO.
Pero
Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó. 2 Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová,
¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a
huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en
enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal. 3 Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me
quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida. 4 Y Jehová le dijo: ¿Haces tú bien en
enojarte tanto? 5 Y salió
Jonás de la ciudad, y acampó hacia el oriente de la ciudad, y se hizo allí una
enramada, y se sentó debajo de ella a la sombra, hasta ver qué acontecería en
la ciudad. Jonás 4: 1-5
Cuando la ciudad finalmente decide
arrepentirse Jonás se enoja. Mucha gente puede dudar de la veracidad de la
historia porque les parece exagerado que un gran pez devorase al protagonista y
luego este lo escupiera y Jonás estuviera completamente bien, pero eso no me
parece lo más fantasioso de la historia, lo que no puedo creer es que realmente
una ciudad de casi un millón de habitantes como lo era Nínive, en verdad
decidiera arrepentirse. Es que en ninguna otra historia de la biblia vemos un
milagro tan grande, y aún así Jonás estaba enfadado, enojado y seguro de que
esa era la razón por cual no quería ir en primer momento.
Personalmente
puedo resultar bastante vengativo, aunque todos disfrutamos cuando el villano
recibe su merecido en las películas, muchas veces no resultar ser una emoción
tan gratificante cuando estamos hablando de la vida real. No juzgo a Jonás, por
en mi humanidad, reconozco que bien podría haber sido yo, mirando tantas
injusticias y perversiones en Nínive habría estado muy seguro de querer ver la
destrucción de la ciudad, pero Dios NO.
El amor de Dios es
algo que sí podemos comprender, vagamente, pero hay muchas otras cosas que él
hace que creo que quedan fuera de nuestros limites de conciencia y raciocinio
humano. El sostiene el mundo entero, y aunque puede hacerlo todo posible, al
mismo tiempo el mundo debe tener cierto orden y coherencia lógica, no porque
una película sea de ciencia ficción, de magia o de super héroes quiere decir
que todo puede ser escrito con los pies y ya, como el autor quiera, toda
historia debe tener sentido. Ahora imagina que, Dios está detrás y en la vida
de cada una de las personas en este planeta, muy seguramente va a haber cosas
que él hace que nosotros jamás vamos a comprender, pero que tienen sentido
porque él es el autor, nuestras mentes humanas para empezar, no podrían si
quiera aprender los nombres de todas las personas de un solo país, ni siquiera
de nuestra ciudad, ¿Cómo podríamos terminar de comprender todos los planes de
Dios para el mundo que él ha formado?
Jonás esta decidido
de qué Nínive no merecía la redención y ser salvada. Pero Dios pensaba una cosa
muy diferente. El propósito de Dios desde el comienzo era salvar a la ciudad,
pero Jonás no lo había entendido así.
Por
su parte, Dios hizo brotar una planta; ésta creció y cubrió el refugio de
Jonás. Así Dios le dio a Jonás una sombra mejor para que no sintiera tanto
calor. ¡Jonás quedó muy contento con aquella planta!
7 Pero después, Dios hizo que un gusano viniera al otro día, y
picara la planta. Ésta pronto se secó, 8 y cuando salió el sol, Dios mandó un viento
tan caliente que el pobre Jonás casi se desmayaba. Era tanto el calor que Jonás
quería morirse; por eso gritó:
—¡Prefiero morir que seguir viviendo!
9 Entonces
Dios le preguntó a Jonás:
—¿Crees que es justo que te enojes tanto porque se
secó esa planta?
—Por supuesto que sí —dijo Jonás—. Sin ella, prefiero
morirme.
10 Dios
le respondió a Jonás:
—Estás preocupado por una planta que no sembraste ni
hiciste crecer. En una noche creció, y en la otra se secó. 11 ¿No crees que yo debo preocuparme y tener
compasión por la ciudad de Nínive? En esta gran ciudad viven ciento veinte mil
personas que no saben qué hacer para salvarse, y hay muchos animales.
Jonás 4: 6-11
Lo último que
aprendemos creo que es algo que puede transformar nuestra vida. Cuando Dios le
da su lección a Jonás le dice que él ama y tiene compasión por todas esas
personas, porque no saben que hacer para salvarse. En otras versiones dice “que
no reconocen su derecha de su izquierda” es decir, que no reconocen el bien del
mal. En la vida nos vamos a encontrar con personas MALAS, malas en verdad, con
pensamientos horribles, creencias y hábitos que no nos van a gustar ¿Pero sabes
qué? Que ellos no tienen la culpa de vivir sus vidas de esa forma, porque por
encima de ellos hubo otros que tampoco supieron como enseñarles la correcta
forma de vivir, y eventualmente vamos a darnos cuenta de que, por generaciones,
nadie ha tenido la culpa de no saber y entender que es lo que está bien o mal.
Es nuestro deber como
cristianos AMAR a los demás, y parece que siempre termino escribiendo temas con
ese mensaje, pero es la verdad, y lo que Dios quiere enseñarnos a través de la
historia de Jonás. Imagina que Dios hubiera destruido la ciudad de Nínive llena
de gente que no comprendía que lo que hacía estaba mal, ¿Qué de especial iba a
tener eso? En cambio, nos enseña que debemos amar antes que juzgar y destruir.
La iglesia ha hecho
mucho daño durante toda la historia, principalmente por una sola razón y es que
no hemos aprendido a amar de la forma en la que Dios amó a Nínive. Vemos gente
diferente a nosotros, que hacen cosas con las que no estamos de acuerdo y lo
primero que hacemos es rechazarlos, cuando eso no es lo que Dios nos llamo a
hacer.
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