Serie: Toma tu cruz
Llevando la cruz de Cristo
En estos días que se celebra la semana santa creo que es un buen momento para hablar sobre el más grande acontecimiento que el mundo pudo haber experimentado. No hay cristianismo sin Cristo y no podemos hablar de Cristo sin el mensaje de la cruz.
El mayor mensaje y ejemplo que
podemos recibir de Cristo fue su humildad y obediencia al enfrentar el
sufrimiento para salvación de nosotros.
Esto nos hace pensar ¿Por qué los
cristianos se niegan a pasar o aceptar los tiempos de sufrimiento? Porque cuando
leemos la biblia nos damos cuenta que Jesús no exentó a sus seguidores de vivir
situaciones difíciles.
Les digo todo esto para que
encuentren paz en su unión conmigo. En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero
tengan valor: yo he vencido al mundo. Juan 16.33
Porque si a mí, que no he
hecho nada malo, me matan así, ¿qué no les pasará a los que hacen lo malo?»
Juan 23.31
El sufrimiento no solo es normal
en la vida del ser humano, en ocasiones también es necesario. Por lo que el día
de hoy veremos tres formas en las que podemos experimentar el sufrimiento.
EL SUFRIMIENTO NATURAL COMO
SERES HUMANOS.
Las personas sufren de forma
natural por la razón de vivir en un mundo caído, todos sin importar status,
creencias, géneros o edad experimentamos el sufrimiento, cuando llega un desastre
natural a una región todos lo padecen.
Desde la antigüedad las personas tienen
ideas arraigadas de que las personas sufren porque andan mal y las que tienen
fortuna es porque andan bien.
Al ver la serpiente colgada de
la mano de Pablo, los isleños se pusieron a comentar entre sí: «Sin duda este
hombre es un asesino, pues, aunque se salvó del mar, la justicia divina no va a
consentir que siga con vida». Hechos 28.4
Este tipo de creencias es lo que
ha hecho que muchos cristianos asocien le sufrimiento como un castigo divino o
consecuencia de sus malas acciones, lo mismo sucedió cuando los amigos de Job
le acusaban de haber pecado por la condición en la que se encontraba.
En lucas 13.1-5 leemos
En aquella ocasión algunos que
habían llegado le contaron a Jesús cómo Pilato había dado muerte a unos
galileos cuando ellos ofrecían sus sacrificios. 2 Jesús les
respondió: «¿Piensan ustedes que esos galileos, por haber sufrido así,
eran más pecadores que todos los demás? 3 ¡Les digo que no! De la
misma manera, todos ustedes perecerán, a menos que se arrepientan. 4 ¿O
piensan que aquellos dieciocho que fueron aplastados por la torre de Siloé eran
más culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén? 5 ¡Les
digo que no! De la misma manera, todos ustedes perecerán, a menos que se
arrepientan». Lucas 13.1-5
Hoy hay muchos cristianos que
siguen este tipo de creencias comentando que si alguien le fue bien es gracias
a Dios y si alguien le fue mal es porque estaba en pecado y Dios lo estaba
castigando. Este tipo de pensamiento es muy dañino, pues engaña y confunde a
muchos, muchos viven frustrados pensando que están sufriendo porque Dios no
está con ellos, o viven confiados porque creen que Dios está de su lado pues a
pesar de sus malos hábitos les “está yendo bien”
Lo importante es como el Señor dijo
que independientemente de la forma en la que las personas padezcan deben
asegurarse de arrepentirse y buscar a Dios.
EL SUFRIMIENTO POR
CONSECUENCIA DE NUESTRAS ACCIONES
No crean ustedes que pueden
engañar a Dios. Cada uno cosechará lo que haya sembrado. Gálatas 6.7 TLA
Una cosa es que suframos situaciones
naturales que nosotros no controlamos, pero otra es cuando nuestras propias
acciones nos hacen tener consecuencias. Muchas veces las personas y también los
cristianos también se sienten abandonados porque Dios no les ayuda a salir de
sus problemas o sufrimientos en los que se encuentran, pero aquí debemos ser honestos
y examinarnos a nosotros mismos.
Algunos cristianos se sienten
atribulados en algunas situaciones y le preguntan a Dios por qué no hace nada,
pero deben entender que lo que están pasando es el resultado de sus decisiones,
si se encuentran endeudados no ha sido porque Dios los ha abandonado sino porque
ellos decidieron gastar más de lo que ganaban, algunos si están enfermos es
porque decidieron alimentarse con lo que les hacía daño, o porque decidieron
tener hábitos que dañaron sus cuerpos, si tienen problemas con sus hijos es
porque ellos eligieron la forma en la que los educarían y en algunos casos
traerlos al ,mundo mucho antes de tiempo, muchas cosas que afectan a las personas
son el resultado de sus propias decisiones.
Piense por un momento en algo que
le esté causando incomodidad y posiblemente encontrará la raíz en una decisión que
tomó. La vida cristiana es un estilo de vida que nos enseña mucho sobre evitar
decisiones que nos pueden traer consecuencias en el futuro.
El cielo y la tierra son
testigos de que hoy les he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la
bendición y la maldición. Yo les aconsejo, a ustedes y a sus descendientes, que
elijan la vida. Deuteronomio 30.19
Si las decisiones que tomamos nos
han traído consecuencias debemos entender que no es la sola oración la que nos ayudará a corregir sino un cambio
de dirección, y a esto se le llama arrepentimiento, mientras alguien le dice a
Dios que le pague las deudas, o que le mande la bendición para que sus deudas
se terminen en realidad lo que debe hacer es orar pidiendo perdón por haber
sido un mal administrador de los bienes que Dios le ha dado y arrepentirse, el
arrepentimiento como hemos en algún momento entendido es un giro de 180° es
cambiar nuestra conducta y hacer lo que nos puede traer buenos resultados a
nuestra vida. de nada sirve que alguien pida que Dios le ayude con su problema
si la raíz del problema que son sus acciones no va a cambiar.
EL SUFRIMIENTO VOLUNTARIO.
De estos tres sufrimientos Cristo
padeció como hombre, tuvo humanos y enfrentó los dolores naturales de la
humanidad, no sufrió por causa del pecado pues nunca pecó, y enfrentó el
sufrimiento voluntario, de acuerdo al propósito de Dios.
Como humano el mismo se resistió
al padecimiento por causa de la salvación del hombre, no quería pasar por el
sufrimiento y el dolor que significaba ser crucificado, pero decidió hacer la
voluntad del Padre.
Jesús se alejó un poco de
ellos, se arrodilló hasta tocar el suelo con la frente, y oró a Dios: «Padre,
¡cómo deseo que me libres de este sufrimiento! Pero no será lo que yo quiera,
sino lo que quieras tú.» Mateo 26.39 TLA
Se requiere de mucha fe y valor
para enfrentar este tipo de aflicción, esto es lo que distingue la verdadera fe
en muchos, pues muchos son los que pueden decir que creen en Dios, pero pocos están
dispuestos a llevar su cruz por causa de él, es aquí donde el joven rico
renunció cuando se le pidió que regalara todo lo que tenía, es aquí donde
muchos tuvieron conflictos cuando el Señor les dijo que lo amaran más a él que
a su familia, donde muchos chocan con el llamado, pues el señor no ofrece donde
recostar la cabeza. Muchos cristianos no dudan en dejar a Dios ante la mínima señal
de padecer por causa de él. Y es entendible pues no están dispuestos a sufrir
de forma voluntaria las adversidades de la causa de Cristo, pues al parecer no
hay ninguna ganancia.
El que dice que permanece en
Él, debe andar como Él anduvo. 1 Juan 2.6
Todo aquel que ha decidido servir
a Dios y se ha entregado a él sabe que hay situaciones que debe enfrentar,
aunque estas tengan que costar lágrimas y dolor, podemos llorar por un dolor
natural que todos tenemos que enfrentar, hasta podemos llorar por dolores de
los cuales somos responsables, pero qué difícil es llorar por algo que no es en
cierta forma nuestra culpa sino el resultado de una obediencia a Dios. ser
rechazados no por ser quienes somos sino por causa de Dios, dejar mucho de
nuestra vida porque gran parte está dedicada a Dios.
De manera que los que sufren
según la voluntad de Dios, deben seguir haciendo el bien y poner sus almas en
manos del Dios que los creó, pues él es fiel. 1 Pedro 4.19 DHH
El primer sufrimiento es inevitable
como humanos pasaremos de alguna forma a través de él, el segundo podemos
esforzarnos por evitarlo cuando decidimos vivir una vida de santidad y agrado
al Señor el tercero es voluntario requiere valor y esfuerzo sin embargo con
toda seguridad vale la pena, no por el deseo de lograr algo sino porque nos
lleva a una vida más parecida a Jesús. Si de verdad has creído en Cristo no
solo, te acerques, no solo asistas, no solo coperes, entrégate totalmente, involúcrate
más allá de tu comodidad, más allá de tu tiempo, más allá de tu familia, vive
la experiencia de llevar la cruz de Cristo.
Nunca voy a olvidar esta anécdota
sobre el reconocido misionero David Livingston cuando una agencia misionera le
escribió:
"Ha encontrado un buen camino
para llegar hasta donde está usted? Si es así, queremos enviar algunos
hombres para que se unan a usted". Livingstone respondió: " Si
ustedes tienen hombres que vendrían solo si supieran que hay un buen
camino, no los quiero. Quiero hombres que vengan aun cuando no hubiera ningún camino".
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