AQUÍ ESTOY PARTE 2
Éxodo 3_1-4
Apacentando Moisés las ovejas
de su suegro Jetro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto
y llegó hasta Horeb, monte de Dios. Allí se le apareció el Ángel de
Jehová en una llama de fuego, en medio de una zarza. Al fijarse, vio que la
zarza ardía en fuego, pero la zarza no se consumía. Entonces Moisés se
dijo: «Iré ahora para contemplar esta gran visión, por qué causa la zarza no se
quema.»
Cuando Jehová vio que él iba a
mirar, lo llamó de en medio de la zarza:
—¡Moisés, Moisés!
—Aquí estoy —respondió él.
Recuerdo cuando era parte del
grupo de jóvenes y escuchar predicar a esa generación de predicadores que
admiraba y sigo admirando, por su integridad, entereza, fuerza y fe en el
Señor. Esas predicaciones poderosas que nos exponían al grupo juvenil en
aquellos días. Todas, absolutamente
terminaban con un llamado y una invitación a responder “Heme aquí”. Todavía
puedo ver el rostro de mis pastores impartiéndonos esa pasión por el llamado de
Dios y de eso precisamente hablaremos en esta ocasión.
Necesitamos urgentemente
avivar el fuego y la pasión por el llamado de Dios a nuestra vida, necesitamos
una generación de hombres y mujeres, de jóvenes y viejos, incluso de niños y
adolescentes que corran tras el llamado de Dios, que pasen compungidos a los
altares recibiendo esa gracia divina. Definitivamente Dios está emitiendo un
llamado increíblemente atacado por satanás, hay demasiadas voces demasiado
atractivas y seductoras que nos están desviando de la vos de Dios. Además del
espíritu de temor que ha sido desatado para intimidar, estamos frente a una
temporada peligrosa.
AQUÍ ESTOY #1
En la biblia encontramos
varios personajes que respondieron con un “heme aquí” personajes que nos
inspiran a someternos a la voluntad de Dios y reconocer que la voluntad de Dios
es buena. Agradable y perfecta.
“Heme aquí” Esto se refiere al
verbo estar, heme aquí significa acá estoy, o acá me tienes.
Éxodo 3:4 —Aquí estoy
—respondió él.
Esa es la respuesta y la
acción que Dios desea ver y escuchar de cada uno de nosotros y aunque muchos
aun no nos damos cuenta Dios está haciendo de todo para llamar nuestra atención
y hacernos detener un momento para prestar atención a su llamado, como lo hizo
Moisés.
Moisés no continúo caminando,
enseguida se detuvo por un momento y comenzó a caminar en otra dirección, Dios
había logrado captar su atención a través de la zarza.
Dios se está preguntando ahora
mismos ¿Qué habrá que hacer? ¿Qué será lo que finalmente hará que te pares en
seco durante un minuto, te voltees y consideres este suceso en tu vida? Que habrá que hacer antes de que digas: Voy a
ver cuál es el plan y de que trata todo esto.
Moisés lo hizo, Moisés detuvo
sus pasos y cambio de dirección para encontrarse de cara con su destino y
propósito. Pero Dios no hablo hasta que Moisés volteo. Hasta que prestó
atención por un momento y aunque Moisés aun no comprendía del todo que era Dios
mismo quien le estaba hablando, sin embargo, respondió con una sola palabra:
hinaynee que se puede traducir como “heme aquí” o “soy yo”
Y aunque usted no lo crea eso
era todo lo que Dios quería escuchar y lo que quiere escuchar cuando él le
habla, cuando nos habla, sin pretextos, sin excusas…
Cuando Dios nos llama pone a
prueba muchas áreas de nuestra vida, nuestra humildad, sensibilidad y
disposición. Él espera encontrar a alguien que afloje la marcha, lo suficiente
como para observar y prestar atención a todas esas cosas raras que han estado
pasando a su alrededor y que no le hemos dado importancia como la zarza, por
ejemplo. Y cuando nos llama, lo único
que pide es esta sencilla aceptación.
AQUÍ ESTOY #2
Pero hay otro “HEME AQUÍ” que
Dios espera ver en nosotros es para ponernos al servicio y disposición de
nuestros semejantes. La verdad es que podemos talvez decirle a Dios que estamos
dispuestos para él, pero pocas veces lo estamos para los demás. Hay algo que
tenemos que entender y es que todos somos llamados a servir, esto no es
solamente para los pastores o para cierto grupo en especial, esto es para
todos.
ABRAHAM: Genesis 22:7-8 RV
Entonces habló Isaac a
Abraham su padre, y dijo: Padre mío. Y él respondió: Heme aquí, mi hijo. Y él dijo:
He aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde está el cordero para el holocausto?
Y respondió Abraham: Dios se
proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.
Abraham esta presto a
responder a la inquietud de Isaac y le explica que Dios proveerá del cordero,
además este texto nos muestra como padre e hijo iban juntos, esto nos habla de
un mismo sentir y propósito y corazón.
1 SAMUEL: 1 Samuel 3:16 NVI
Así que Elí tuvo que
llamarlo.
—¡Samuel, hijo mío!
—Aquí estoy —respondió Samuel
Samuel es otro claro ejemplo
de obediencia y sometimiento a su mentor, aun desde su juventud, lo que lo
llevo a ser un gran profeta.
Esto nos enseña que debemos
mostrar disposición, humildad y obediencia para con Dios y para con nuestros
semejantes. Sin duda alguna mostrarnos prestos al servicio a los demás nos dará
un crecimiento, pero además es el camino que necesitamos para poder obtener el
favor de Dios en nuestras vidas.
AQUÍ ESTOY #3
Isaías 58:9-12
Entonces invocarás, y te
oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el
yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad;
y si dieres tu pan al
hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu
oscuridad será como el mediodía.
Jehová te pastoreará siempre,
y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como
huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.
Y los tuyos edificarán las
ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás
llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar.
Lo mejor de todo esto es que
si nosotros estamos prestos para acudir al llamado de Dios y prestos también para
servir a nuestros semejantes, entonces definitivamente podremos obtener el “Heme
aquí” de Dios a nuestras oraciones. Obtendremos la atención máxima de Dios a
nuestras oraciones y aunque parezca increíble de creer, así sucederá.
En el pasaje de Isaías 58 encontramos
una descripción amplia y extensa sobre todas las cosas que necesitamos despojar
de nosotros para poder recibir esa gracia bendita. Te imaginas que Dios te diga
“Aquí estoy” dispuesto a favorecerte y a responder a tu llamado.
En Isaías 58 también nos habla
claramente sobre lo que nos aleja de poder responder con un contundente “Heme aquí”
al llamado de Dios tal y como lo hizo Adán en el huerto del Edén.
Genesis 3:8-10
Y oyeron la voz de
Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su
mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del
huerto.
Mas Jehová Dios llamó al
hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?
Y él respondió: Oí tu voz en
el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.
como todos sabemos Adán había pecado y como
consecuencia se escondió de Dios, del llamado de Dios, cuando Dios vino al
huerto buscándolo y llamándolo, Adán no pudo responder “aquí estoy” al
contrario, huyó del llamado de Dios. Definitivamente lo único que nos impide
responderle a Dios es el pecado, lo único que nos separa de él es el pecado. Así
que hay una gran necesidad de restaurar nuestra relación con Cristo para poder
responder también al clamor de nuestros semejantes y obtener el favor de Dios
con el “Heme aquí de Dios”
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