El espíritu herido de Absalón
Serie: Casa sobre la roca
Comenzamos esta nueva serie dedicada a la familia, durante esta semana hemos estado escuchando algunos podcasts que tratan principalmente sobre la relación con nuestros hijos. Así que el día de hoy quiero hablarles sobre una de las historias que más me conmueven de la biblia sobre el tema de padres e hijos, que es la historia de David y Absalón.
Hace un tiempo escuché un tema muy popular sobre el espíritu de Absalón, y me pareció atractivo, este tema se enfoca en la actitud “rebelde” que las personas pueden desarrollar contra alguna autoridad y como puede causar estragos en la unidad de un grupo. Así que para la mayoría de los que están al frente algún grupo ya sea iglesia, organización, familia etc., este tema suena bastante atractivo.
Pero este concepto es solo un punto de vista, no se puede negar el desastre causado por Absalón, pero desde un punto de vista más objetivo e imparcial podemos ver que esto pudo haberse evitado si David hubiera actuado con un buen liderazgo.
La historia de David y Absalón nos puede dar algunas lecciones importantes sobre cómo debemos actuar ante ciertas circunstancias para que no tengamos fracturas en la relación padres e hijos.
Como contexto debemos saber que David tenía varios hijos de diferentes madres, uno de ellos llamado amnón se “enamoró” de una de sus medias hermanas llamada Tamar, a través de engaños hizo que su hermana estuviera cerca de él y abusó de ella, después de esto la biblia dice que la aborreció y era obvio porque en realidad no estaba enamorado de ella. Es aquí donde entra Absalón este era hermano directo de Tamar y cuando se enteró le dolió lo que le habían hecho y es allí donde comenzó la raíz de su mal y esto nos lleva al primer punto
Empecemos por la raíz.
El rey David, al enterarse de todo lo que había pasado, se enfureció. Absalón, por su parte, no le dirigía la palabra a Amnón, pues lo odiaba por haber violado a su hermana Tamar. 2 Samuel 13.21 NVI
Todo problema familiar tiene su raíz, hay un cuando que marca el momento en el que una crisis familiar se desata. Nuestro problema es que muchas veces esos acontecimientos los tomamos en poco, los pasamos por inadvertidos, o estamos demasiado ocupados en otras cosas que ni siquiera nos enteramos. Los hijos muchas veces dan señales de alarma que muchas veces los padres no pueden notar, un hijo puede comportarse agresivamente y podemos simplemente justificar diciendo que es una etapa, lamentablemente muchos años verán que la etapa nunca terminó, otras veces esas señales no las podemos ver porque no estamos allí en sus vidas, desconocemos todo de nuestros hijos, sus amigos conocen sus secretos, los vecinos saben dónde ellos están con frecuencia, los contactos son con quienes más conversan, así que como resultado tenemos padres que se enteran de la crisis de sus hijos muy tarde. Hoy existen personas adultas que lidiaron por muchos años con cosas de las que sus padres nunca se enteraron, porque técnicamente no estuvieron allí.
En el texto leemos que David se enfureció, pero el texto jamás menciona que haya tomado las medidas necesarias, era el rey de Israel dirigía a todo un pueblo, imponía justicia, dictaba sentencias, pero cuando se trató de la falta de uno de sus hijos solamente se molestó sin hacer absolutamente nada para que tuviera su merecido, la ley de decía que delitos como esos debían ser castigados. (Lv. 20:17; Dt. 22:28)
Pero ese día no paso de ser un día de enojo para David. Si ignoramos una raíz en algún momento esta crecerá y dará su fruto.
21 —¿Hace cuánto tiempo que le pasa esto? —preguntó Jesús al padre del muchacho. —Desde que era muy pequeño—contestó él—. Marcos 9.21 NTV
Vemos en la biblia un caso en el que antes que Jesús liberara a un muchacho primero le pregunta sobre el tiempo que ha tenido ese problema, a lo cual el hombre indica que fue desde muy chico, obviamente Jesús no pregunta porque no sepa sino para darnos lecciones, muchas veces un problema presente no tiene su origen en el presente, más bien ese problema tiene su raíz en el pasado. Así que muchas veces entender el pasado nos ayuda a sanar el presente.
El tiempo no cura las cosas.
Tiempo después Absalón planea su venganza contra Amnón haciendo una fiesta y ordenándole a sus criados que lo asesinaran cuando se encontrara bajo el efecto del vino, cosa que los criados cumplieron fielmente. Cuando se cumplió su plan Absalón huyó a tierra del rey de Guesur y allí se escondió.
Nuevamente la traen la grave noticia a David de lo que ha acontecido y aquí nuevamente podemos encontrar un dato importante.
Cuando aún estaban de camino, le llegó a David el rumor de que Absalón había matado a todos sus hijos, y que ninguno de ellos había quedado vivo. Entonces el rey se levantó, se rasgó la ropa en señal de dolor y se tendió en el suelo. Todos sus oficiales allí presentes se rasgaron también la ropa; pero Jonadab, el hijo de Simá, hermano de David, tomó la palabra y dijo: —No piense Su Majestad que han matado a todos sus hijos. Sólo han matado a Amnón, pues así lo había decidido Absalón desde el día que Amnón violó a su hermana Tamar. Por lo tanto, no crea Su Majestad que todos los príncipes han muerto. El único que ha muerto es Amnón. 2 Samuel 13.30-33
Primeramente, vemos como los chismes se forman rápidamente al llegar el rumor que todos los hijos del rey habían muerto, después vemos como el mismo Jonadab que había aconsejado a Amnón sobre como tener a su hermana es quien le dice al rey que Absalón solo había matado Amnón por el odio que tenía desde que lo que le había hecho a Tamar.
Se sabía que Absalón estaba enojado con su hermano, que deseaba venganza, pero nuevamente vemos que David o trataba de ignorar estas cosas o desconocía lo que para muchos era conocido.
Llegó el tiempo en el que David fue convencido de hacer regresar a Absalón al reino.
Entonces el rey llamó a Joab y le dijo: ―Bien, anda y trae a Absalón. Joab fue a Guesur y trajo a Absalón a Jerusalén. Pero el rey David ordenó que Absalón se fuera a su propia casa, pues no quería verlo nunca. Por eso, Absalón se fue a su casa sin ver al rey. 2 Samuel 14.21,23-24 DHH
Era de esperarse que David no aplicara un castigo apropiado a Absalón, pues de haberlo hecho la sentencia segura era la muerte y seguramente no quería perder otro hijo más. Pero el error que creo comete David es seguir sin hablar con su hijo. Tres años estuvo en el exilio y dos años sin poder verle. Esto nos enseña algo importante el tiempo no resuelve las cosas solamente las empeora.
Como parte del relato se nos describe la belleza incomparable de Absalón, pues no había ninguno tan alabado por su hermosura como él, además se nos menciona que tuvo una hija a la que llamó Tamar, lo cual nos indica lo mucho que amaba a su hermana.
Mientras tanto Absalón seguía enviando señales a su padre.
Durante dos años, Absalón estuvo en Jerusalén sin poder presentarse ante el rey así que Absalón pidió a Joab que fuera a visitar al rey de su parte; pero Joab no quiso ir. Por segunda vez Absalón le pidió que fuera, pero Joab tampoco fue. Entonces ordenó Absalón a sus criados: —Miren, el campo de Joab está junto al mío, y lo tiene sembrado de cebada; ¡vayan y préndanle fuego! 2 Samuel 14.28-30
Muchas veces nuestros hijos hacen lo mismo están creando incendios para llamar nuestra atención, los actos de rebeldía, problemas de vicios, aun en ocasiones cuando nuestros hijos se aíslan demostrando indiferencia en realidad nos están pidiendo nuestra atención.
Y Absalón le contestó: —Porque quiero que vayas a ver al rey y le des este mensaje: “¿Para qué me hiciste venir de Guesur, si no me dejas visitarte? ¡Mejor me hubiera quedado allá! Yo te ruego que me permitas ir a verte; y si he hecho algo malo, ordena que me maten” Joab fue a ver al rey y le dio el mensaje de Absalón. Entonces David lo mandó a llamar. Cuando se encontraron, Absalón se inclinó hasta el suelo, pero David lo levantó y le dio un beso. 2 Samuel 14.32-33
Mientras aún hay esperanza
Un espíritu desmoralizado o quebrantado es algo serio. Absalón poco a poco comienza a ganarse el corazón de la gente hablando mal del rey, al grado de reunir tantos para al cabo de cuatro años dar un golpe de estado al rey tan fuerte que David tuvo que huir de la ciudad a causa de la rebelión de Absalón.
Cuanto pudo haberse evitado si David hubiera actuado a tiempo con su hijo Amnón, o si después hubiera tomado las medidas apropiadas con Absalón. Ahora ya era demasiado tarde.
Corrige a tu hijo cuando todavía estés a tiempo, pero no acabes con él a punta de castigos. Proverbios 19.18
La biblia es clara hablando acerca de la necesidad de la disciplina, pero no confundamos esto con la violencia. Cuánta razón tenía el apóstol Pablo al aconsejar a los padres.
Y ustedes, los padres, no hagan de sus hijos unos resentidos; edúquenlos, más bien, instrúyanlos y corríjanlos como lo haría el Señor. Efesios 6.4 BLPH
Dios fue muy sabio al dejar las instrucciones adecuadas sobre las relaciones entre padres e hijos, mientras nos enseña que los padres esperan honra, también nos enseña que los hijos esperan sentirse amados, no hay nada más difícil para un hijo que crecer con resentimiento, cuando debió haber crecido sintiéndose amado. Pablo enseña que deben ser corregidos como lo haría el Señor, para esto tenemos que tener un conocimiento claro de la biblia.
Finalmente se arma una gran batalla en la que mientras Absalón huía su cabello quedo enredado en un árbol, y finalmente lo mataron a pesar de la advertencia del Rey de que no le hicieran nada.
Entonces el rey se sintió abrumado por la emoción. Subió a la habitación que estaba sobre la entrada y se echó a llorar. Y mientras subía, clamaba: «¡Oh, mi hijo Absalón! ¡Hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Si tan solo yo hubiera muerto en tu lugar! ¡Oh Absalón, mi hijo, mi hijo!». 2 Samuel 18.33
¿ha escuchado la frase es mejor que ellos lloren hoy a que mañana llores tú? Por supuesto es mejor que nadie llore, pero ahora podemos ver a David lamentando la muerte de su hijo que pudo haber evitado si hubiera tratado el asunto desde la raíz.
Que importante es poner atención a las heridas de nuestros hijos, sanarlos y demostrarles un amor verdadero. No confundamos el amor a nuestros hijos con falta de reprensión, no confundamos disciplina con ley del hielo, observemos a nuestros hijos veamos sus necesidades, sanemos sus heridas, disciplinemos cuando sea necesario y veámoslos crecer bajo la bendición de Dios.
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