Cuando nos encontremos

Cuando nos encontremos

Esta es la segunda parte del tema mientras nos encontramos, así que el día de hoy hablaremos de que es lo que debemos hacer cuando llegue el momento en el que conoceremos a esa persona que queremos que nos acompañe el resto de nuestra vida, así como lo oyes el RESTO DE NUESTRA VIDA, como ya dijimos la semana pasada mientras nos encontrábamos debimos haber trabajado en nuestra formación, propósito y principios.

 

Pero eso no es suficiente, pues trabajar en nosotros solamente equivale al 50% de nuestra relación pues el otro porcentaje tiene que ver con la otra persona. Aun cuando ambos hayan trabajado en su formación, propósito y principios, hay algunos desafíos más que tendrán que enfrentar.

Lamentablemente recibimos muy poca o nada educación sobre la formación de una familia, por lo que lo que debería convertirse en algo maravilloso puede llegar a ser una gran frustración. No estamos tratando de buscar la perfección, pues como ya hemos dicho no podemos ser parejas perfectas, pero si podemos ser parejas sanas.

Así que para poder construir una familia fuerte debemos considerar los siguientes puntos.

Crea tu propia historia de amor

Suena romántico cuando pensamos en que podemos crear nuestra propia historia de amor, sin embargo, no quisiera decepcionarlos, pero tristemente muchos no están creando su propia historia de amor, sino más bien están repitiendo la historia de sus antecesores. Si ponen un poco de atención a su historia familiar se podrán dar cuenta que los patrones se siguen repitiendo, así que es muy probable que termines viviendo la historia de tus padres o abuelos. Por supuesto en el peor de los casos repetirás una mala historia.

Un ejemplo muy interesante es al caso de Abraham y su hijo Isaac que vivieron hechos completamente idénticos.

Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra. Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto; y cuando te vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me matarán a mí, y a ti te reservarán la vida.  Ahora, pues, di que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por causa de ti. Génesis 12.10-13

Una vez hubo una hambruna en esa región, como en tiempos de la hambruna que hubo cuando vivía Abraham…  Entonces Isaac se quedó a vivir en Guerar.  Los hombres de ese lugar le preguntaban a Isaac sobre su esposa y respondía: «Ella es mi hermana». Le daba miedo decir: «Ella es mi esposa» porque pensaba: «Si lo hago, la gente de este lugar me matará para quedarse con Rebeca, porque es muy hermosa». Génesis 26.1.6-7

Es increíble como ambos patriarcas se encontraron en situaciones similares y tomaron decisiones similares. Esto es un claro ejemplo que las personas repiten las historias de sus padres y si no ponemos atención a esto es difícil que podamos construir nuestra propia historia de amor.

Observa la genética familiar.

Así pues, por medio de un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado entró la muerte, y así la muerte pasó a todos porque todos pecaron. Romanos 5.12 DHH

Esta cita bíblica nos muestra como el pecado está en todos los hombres por genética, cada ser humano que nace trae en sus genes el pecado de Adán. Pero la gran noticia es que a través de Cristo tenemos la oportunidad de cambiar nuestra genética.

Y así como el delito de Adán puso bajo condenación a todos los hombres, así también el acto justo de Jesucristo hace justos a todos los hombres para que tengan vida. Romanos 5.18

Cristo a través de su palabra es quien hoy nos puede ayudar a cambiar el curso de nuestra vida, hoy muchas vidas pueden dar testimonio que son completamente diferentes a sus antecesores por la obra de Dios en sus vidas.

Un ejemplo muy claro es el que podemos encontrar en la historia de los reyes precisamente porque se podía llevar un registro de ellos. Había tiempos en los que reyes tras reyes repetían las mismas historias, podemos ver a rey Joacaz solo por mencionar uno.


Pero sus hechos fueron malos a los ojos del Señor, igual que los de sus antepasados. 2 Reyes 23. 32

Cuando comenzó a reinar Acaz era de veinte años… y no hizo lo recto ante los ojos de Jehová su Dios, como David su padre. 2 Reyes 16.2

Aunque el rey Acaz no había sido un buen rey eso son significó que su hijo Ezequías siguiera sus pasos, sino que por el contrario cambió su historia, enseñándonos que siempre podemos corregir la historia familiar. Sobre Ezequías leemos:

Hizo lo recto ante los ojos de Jehová, conforme a todas las cosas que había hecho David su padre. 2 Reyes 18.3

Rompe Maldiciones generacionales

…Cuando los padres son malvados y me odian, yo castigo a sus hijos hasta la tercera y cuarta generación. Éxodo 20. 5 NVI

En algún momento ya hemos hablado de cómo nos afectan lo que llamamos maldiciones generacionales, esto es tema muy importante al que los jóvenes deben poner atención. Porque cuando dos personas se unen no solamente se están uniendo ellas sino con ellas van todo el peso de sus generaciones. Pero algo muy importante que debemos entender es que esto no es solo asunto de espíritus que con una oración se pueden expulsar, esto también tiene que ver con hábitos aprendidos, podemos orar para liberar una situación determinada, pero si continuamos con los mismos hábitos volveremos a caer en las mismas circunstancias.

Si bien es verdad que cuando nos casamos no lo estamos haciendo con la familia, si lo estamos haciendo con actitudes, comportamientos y condiciones familiares que van en la pareja. Especialmente estamos hablando de actitudes y condiciones negativas que se repiten en las familias estas van desde mal carácter, sobrepeso, vicios y hasta enfermedades. Así que los jóvenes deben ver más allá del tiempo que pueden convivir con la persona de la que están enamorados porque, aunque muchas veces algunas personas quieran romper el patrón familiar no fácilmente pueden hacerlo, en muchas ocasiones hemos sabido de personas que han dicho: Yo nunca haré lo que mis padres hicieron y con el tiempo terminan haciéndolo, esto es porque hay un lazo muy fuerte generacional.

Cuando comenzamos una relación debemos aprender a observar, debemos aprender a ver la historia familiar y concientizar sobre ella, porque es muy probable que lo que los padres de ambas familias han vivido se repita.

Por otro lado, también tenemos que considerar el lenguaje de una familia, frases que son constantemente repetidas se pueden convertir en leyes que seguir por sus miembros, frases de pobreza o desamor, pueden doctrinar el subconsciente de los jóvenes. De tal manera que sin quererlo pueden mantener esa lealtad familiar sin darse cuenta, porque internamente no vivir de acuerdo a los pensamientos de sus padres sería una deslealtad a su familia.  

La biblia dice:

Es por eso que el hombre deja a su padre y a su madre y se casa con su mujer, y los dos llegan a ser como una sola persona.  Génesis 2.24  

Este principio de Dios no puede ser tomado a la ligera, la influencia de los padres sobre las relaciones puede ser muy poderosas y si se vive en un constante apego a ellos las cosas se pueden poner realmente difíciles.

Debemos entender que uno de los choques de adaptación es precisamente por la forma en que las familias desarrollaron sus propios hábitos, mientras una se reunía para comer juntos, otras lo hacían por su lado, mientras una familia tiene un padre dominante la otra tiene una madre dominante, una es menos cuidadosa de los hijos otra es muy esmerada en sus cuidados y así… muchos no se dan cuenta, pero estas “pequeñas diferencias pueden causar muchos conflictos familiares en la nueva pareja.

A esto le agregamos cuando los padres se niegan a desligarse de sus hijos, ejerciendo continuamente presión sobre ellos, interviniendo continuamente en su estilo de vida, teniendo conflictos con la nueva persona que se ha integrado, usando frases como: aquí acostumbramos. De tal manera que no son flexibles a que la nueva familia tenga su propio estilo familiar.

Conviértete en una verdadera media naranja

«Esta es ahora hueso de mis huesos, Y carne de mi carne. Ella será llamada mujer, Porque del hombre fue tomada». Génesis 2.23

Cuando Adán vio a la mujer supo que era parte de él mismo, esa debe ser nuestra impresión cuando encontramos a la persona ideal para nuestra vida. Si bien hay muchas situaciones con las que tendremos que lidiar por nuestros respectivos caracteres y aparte la adaptación a otro estilo de vida, también seguramente hay buenas cosas que podemos aprender y que hacen de esa persona nuestro complemento y media naranja.

Después, el Señor Dios dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Haré una ayuda ideal para él». Génesis 2.18

Para ser una buena media naranja debemos aprender a no querer cambiar a nuestra pareja, muchos comenten el error de querer cambiarle adaptándole a su propio estilo de vida, inconscientemente pensamos que está en un error solamente porque no suele hacer las cosas como en nuestra familia acostumbraban. Pero intentar hacer eso puede ser muy frustrante y nos traerá muchos conflictos.

También para ser buena media naranja, debemos aprender a tener una visión clara sobre los roles del hombre como de la mujer, Dios diseño a Eva para que fuera ayuda ideal de Adán. Algo que debemos tomar muy en cuenta es en que concepto tienen al hombre y a la mujer en las diferentes familias. Pues hoy más que nunca el rol de la mujer ha cambiado.

Todo esto nos enseña que comenzar una relación no es simplemente cuestión de gustos o flechazos, se trata de un tiempo en el que debemos observar y pensar más que nunca, si para terminar una carrera alguien puede llevar varios años estudiándola y algunos incluso pueden decidir a media carrera cambiarla por otra, ¿Cuánto más deberíamos estudiar y analizar como viviremos con una persona el resto de nuestra vida? Así que finalmente las medidas que debemos tomar para trabajar en nuestra nueva relación son:

Reconocer errores

No debemos enceguecernos acerca de los malos hábitos o actitudes invasivas de nuestra familia en nuestra nueva relación.

Orar a Dios

Debemos orar para romper con las maldiciones, lealtades y malos hábitos generacionales que venimos arrastrando. En muchos casos soltar a nuestra familia para mejorar nuestra nueva relación es lo mejor que podemos hacer.

Decidirse a cambiar hábitos

Si tengo claro que cosas afectan a mi familia y yo estoy repitiendo, debo decidirme a dar un giro para cambiar mi historia y crear una nueva generación libre de esos males. Esto posiblemente pueda costarme, pero seguramente valdrá la pena.

No perder la comunión con Dios.

El continuo acercamiento a Dios nos mantiene fortalecidos y firmes en cada decisión que podemos ir tomando. Dejar a Dios nos puede llevar a perder la dirección y encontrarnos nuevamente estancados en una vida de conflictos.

Esto puede ayudarnos mucho a mantener una relación saludable y estable con nuestra pareja. 

 

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