Afligiendo el alma - Ayuno de Daniel - Día 5

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Afligiendo el alma 

Lloré y afligí con ayuno mi alma”. Salmos 69:10.

 ¿Por qué nos cuesta tanto llevar una buena vida de comunión con Dios? ¿Por qué nos atrae tanto el placer y las tentaciones? Porque alimentamos más nuestra alma que nuestro espíritu, el alma es esa parte de nuestra vida que desea sentir todo lo que percibimos con nuestros cinco sentidos físicos, el alma  disfruta sentir, así que nuestra alma vive en un continuo deseo de querer más y más, de hecho la palabra hebrea Nefesh que significa alma también puede significar apetito, así que podemos visualizar el alma como ese apetito interno que exige a nuestro cuerpo querer más y más cosas que disfrutar.

Por otro lado, mientras más satisfacemos los deseos de nuestra alma más nuestro espíritu se debilita, nuestro espíritu es la parte de nuestro ser que conecta con Dios y es muy difícil que pueda hacerlo cuando nuestra alma está disfrutando de placeres de este mundo. 

El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Romanos 8.16

Así que mientras nuestra alma sea fuerte en nosotros difícilmente tendremos deseos por la vida espiritual y dedicada a Dios, las personas a veces creen que como pastores nos es fácil estar todo el tiempo en la iglesia, orar y ayunar, pero no siempre es así, este estilo de vida no es sino el resultado de afligir nuestra alma, de muchas veces evitar aquellas cosas que nuestra alma desea y que igual que a todos nos arrastrarían a querer llenarnos del mundo y olvidarnos de Dios.

Por supuesto con esto no quiero decir que como cristianos no podemos disfrutar la vida y que tenemos que encerrarnos como monjes para evitar todo placer de la carne, sino más bien que debemos disciplinarnos en una vida equilibrada y no dejar que nuestra alma nos controle desordenadamente, además debemos trabajar en educar a nuestra alma a desear la presencia de Dios. 

Oh Dios, tú eres mi Dios; de todo corazón te busco. Mi alma tiene sed de ti; todo mi cuerpo te anhela en esta tierra reseca y agotada donde no hay agua. Salmo 63.1

Así que mientras estamos en este tiempo de ayuno, nuestra alma es afligida porque le estamos diciendo no a algo que está acostumbrada a disfrutar como es la comida, por lo que eso nos fortalece para poder decir no cuando lleguen las tentaciones que nos quieran derribar, además que hacemos crecer nuestro espíritu para ser más receptivos a la voz de Dios.

🍇¿Además de ayunar de que otra forma crees que puedes afligir el alma?

¿Has sentido cuando tu alma comienza a desear la presencia de Dios? 

 


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