EL PADRE QUE SIEMPRE SOÑÉ.


Pastora Vanessa ApacEL PADRE QUE SIEMPRE SOÑÉ.

Por esta ocasión nos saldremos del tema de nuestra serie para tocar un tema referente al Padre, ya que este domingo se celebra el día del padre y queremos aprovechar la oportunidad para tocar este tema, resaltando por supuesto algunas de las virtudes de nuestro padre celestial. Bendiciones a todos y confiamos que Dios llenara nuestra vida en esta ministración.


EL PADRE QUE SIEMPRE SOÑÉ AMA.

¡Fíjense qué gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él.

Fíjense que gran amor nos ha dado el padre, reflexiona, valora, piensa.  Que se nos llame hijos de Dios nos dio el valor de ser llamados hijos. Esto es realmente extraordinario. Es realmente increíble y verdadero que la adversidad puede dejarnos grandes lecciones, ya que vengo de una familia disfuncional, valoro tanto cada papel, cada rol familiar y sé muy bien de la importancia que representa la presencia de un padre en la familia. La ausencia de un padre o de una madre puede dejar grandes vacíos, difíciles de llenar. Es realmente un gran alivio saber que contamos con nuestro padre celestial, su presencia en nuestra vida llena cualquier vacío que nuestros padres terrenales hayan podido dejar, su amor es tan completo que incluso nos llama “hijos”.

El ser llamados hijos de Dios nos da un lugar, significado, nombre, pertenencia. Esto es identidad, no estamos solos en este mundo, no somos solamente creación, no somos una hoja llevada por el viento, somos y pertenecemos a Dios.
             
¡Y lo somos!  Este énfasis en el texto es realmente Dios mismos hablándote   y asegurándose de que tú lo creas. Es la fe la que nos hace hijos de Dios, es la fe en Jesús la que cambia totalmente nuestra condición, es esta fe en su palabra la que transforma nuestro pensamiento, es la fe en esta palabra la que ha cambiado vidas. El solo hecho de creer puede cambiar incluso nuestra posición en el mundo, ante la sociedad ya que una persona huérfana, sin identidad, sin valor, sin sentido de pertenencia no percibe la vida igual que el resto del mundo que ha vivido en otras condiciones, pero cuando tomamos esta palabra y conocemos la paternidad de Dios en nuestra vida en realidad todo, todo cambia en nosotros.

EL PADRE QUE SIEMPRE SOÑÉ DA SEGURIDAD

Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar. El Padre y yo somos uno.

               La presencia de papá en casa es sinónimo de seguridad y como todos sabemos para un hijo esto es sumamente importante. Cuando somos niños y alguien nos hace daño o nos sentimos amenazados por alguien o por algo sin duda es un alivio contar con un hermano mayor pero siempre es mejor contar con un papá que sabes esta por ti y para ti. De igual forma cuando somos pequeños vemos a nuestro padre como alguien grande, fuerte, sabio y capaz de hacer todas las cosas y eso infunde sin lugar a duda confianza y una gran seguridad a nuestra vida y a la vida de cualquier niño, sin embargo no siempre es así, hoy más que nunca se está empañando el papel y la importancia paterna en casa y es verdad que hay muchas madres que han tenido que tomar un doble rol en casa por la ausencia de padre de familia pero es necesario saber que el papel de un padre es irremplazable. El papel de mamá complementa al de papá y el de papá a mamá, todos desempeñamos una función. Así que muchos han crecido con un sentido de inseguridad, incluso muchos viven a la defensiva porque así los formo la vida, lamentablemente hay un profundo sentimiento de rechazo en gran parte de la sociedad por el simple hecho de no haber tenido un apoyo moral y emocional en quien encontrar la seguridad para afrontar la vida.

Por eso Dios en su infinita sabiduría nos enfatiza en este pasaje:  Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar, Dios quiere infundir seguridad a todo aquel que se encuentra y se siente desamparado, rechazado e inseguro y le dice hoy: Mi Padre es más grande que todos ¡No hay nada que temer! Una de las herramientas más grandes que nuestro padre celestial nos provee es valentía, constantemente nos dice: ¡No tengan miedo! Eso es fácil cuando eres alguien que ha tenido la fortuna de contar con personas que siempre han estado para ti y no te han fallado. Pero si tu condición ha sido otra totalmente distinta, Él quiere que puedas aprender a vencer el temor y sepas que él nunca te va a fallar porque él es más grande que todos, que todos tus problemas, que todas tus circunstancias, que cualquier condición en la que hoy te encuentres.

En este tiempo que el mundo está viviendo necesitamos padres espirituales que puedan abrazar al mundo, adoptar hijos, orar por ellos, permanecer distantemente cerca e infundirles consuelo pero sobre todo seguridad, el mundo necesita seguridad y la pueden encontrar en Jesús siempre y cuando nosotros sepamos llevar el mensaje correctamente, no seamos padres tiranos, crueles, enojados, sin misericordia, si alguien te pide oración en este tiempo de crisis no le leas la cartilla de sus malas acciones, actúa con amor y compasión. Este es el tiempo para que muchos hijos prodigo regresen y volverán cuando recuerden que en la casa de papá hay de todo, pero sobre todo perdón, amor y seguridad. Muchos hijos se van de casa y nunca vuelven a extrañar porque en casa lo último que sintieron fue seguridad. Si hay algo que se extraña de casa de los padres es esa seguridad que te regalo ese hogar. Cuando el hijo prodigo regreso a casa el padre ni siquiera lo dejo terminar de hablar solamente lo abrazo y lo llevo a su hogar de vuelta. Seamos padres y ofrezcamos la seguridad que muchos están necesitando.

EL PADRE QUE SIEMPRE SOÑÉ SOSTIENE Y PROVEE.

Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas?

¿No se venden dos gorriones por una monedita? Sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin que lo permita el Padre; y él les tiene contados a ustedes aun los cabellos de la cabeza. Así que no tengan miedo; ustedes valen más que muchos gorriones.

Estos pasajes nos hablan de la grandeza de la providencia Divina que se extiende a todas las criaturas. El cuidado y provisión de Dios se extiende desde los seres más pequeñitos en este caso los gorriones hasta los mayores que somos nosotros. Estos pajaritos cuentan tan poquito que en aquellos tiempos tenían que vender dos juntitos para que por lo menos entre los dos valieran algo, sin embargo, no están fuera del cuidado y provisión de Dios: Ninguno de ellos caerá a tierra si no es por el consentimiento de nuestro padre celestial, aunque no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, Dios los alimenta. Los hombres podrán cazarlos, pero ya sea que mueran de muerte violenta o de muerte natural, no caen sin el permiso de Dios, su muerte es noticia en el diario divino ¡Cuánto más la muerte de uno de los hijos de Dios! El padre de los cielos que así se ocupa de los gorriones, porque son sus criaturas, mucho más se ocupara de nosotros, que somos sus hijos, príncipes celestiales y coherederos con Cristo.

Esto debe bastar para silenciar todos nuestros temores. Así que hoy tenemos la certeza de que Dios lleva la cuenta particular de todo lo que de algún modo pertenece a los hijos de Dios, especialmente en los tiempos de sufrimiento. Y él les tiene contados a ustedes aun los cabellos de la cabeza, esta frase es ya proverbial para indicar la cuenta que Dios como buen padre lleva de todo cuanto pertenece a los suyos, aunque sea tan insignificante como un cabello de la cabeza, si nuestro padre celestial tiene contados nuestros cabellos, con mayor razón tendrá contadas nuestras cabezas y todo lo concerniente a nuestra vida y tendrá cuidado de lo más conveniente para nosotros. Nadie se aflige por la caída de un solo cabello; sin embargo, ni uno solo cae sin permiso del padre celestial, para quien tan preciosa es la vida y aun la muerte de los suyos. Así que podemos tener absoluta confianza de que todas las necesidades y aflicciones del tiempo presente son conocidas por nuestro eterno padre y él se encargara de proveer en cada una de ellas. Enfatiza nuevamente “Así que no tengan miedo”.

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