El tribunal de Cristo.
Hablar de todo lo que sucede entorno a la
muerte es muy abundante y una serie no nos es suficiente para poder exponerlo
todo, así que nos limitamos a tocar algunos temas claves.
Un tema que sin duda creemos importante hablar
es acerca del momento en el que seremos juzgados. Es importante entender que en
la biblia se dan diferentes juicios (el juicio de Israel, el juicio de las
naciones, el juicio de los ángeles, el juicio de los creyentes y el de los
pecadores) todos estos ocurren en diferentes tiempos de acuerdo a la interpretación
premilenial en los que no ahondaremos por el momento.
Por lo tanto, muchos creen que todos estaremos
en el juicio del trono blanco descrito en apocalipsis 20:11-12
11 Y
vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual
huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. 12 Y vi a los muertos, grandes
y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue
abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las
cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.
Pero esto no es así,
sino que los creyentes tendremos un juicio propio llamado el tribunal de Cristo,
en el cual nos centraremos este día. Para esto analizaremos 2 Corintios 5.1-10
¿Qué es lo que sabes en cuanto a la
muerte?
Porque sabemos que…
2 Corintios 5.1
Siempre me han llamado la atención los pasajes donde Pablo usa el termino sabemos, porque eso reafirma y garantiza la verdad
de la palabra. Tan solo esta palabra "sabemos" tiene tanto para que podamos reflexionar.
Nos lleva a entender que este era un tema por
demás claro, para los corintios, es algo que ellos y Pablo ya saben, a veces a
algunas iglesias nos hace falta un poco de enseñanza sobre este tipo de temas, la
mayoría del tiempo los temas son muy generales o los pocos tiempos de enseñanza
se enfocan en otro tipo de temas, de manera que pocos son los creyentes que
pueden hablar con fluidez la vida después de la muerte. Es decir, tienen una
idea de lo que sucederá, pero no saben cómo, cuando, de qué forma, etc. Por lo
que esto nos lleva a una pregunta ¿Qué tanto sabes sobre el tema de la muerte?
Si nuestra morada
terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una
casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. 2 Corintios 5.1
Nuevamente entramos al
tema de la naturaleza humana donde el hombre tiene una parte física y otra
espiritual ejemplificada por el apóstol Pablo como una morada. De esto
entendemos lo siguiente:
El cuerpo es importante
para Dios. En el tiempo de Pablo los griegos veían la carne como algo malo y
que solamente importaba la parte espiritual. Pero entendemos que esto no es así
para Dios, quien nos dará un cuerpo glorificado. (1 Corintios 15.53) Por lo
tanto también entendemos que Dios nos dará un cuerpo mejor que el que ahora
habitamos, uno que no se enferma, que no morirá, no envejecerá.
Es preferible ser
revestidos que resucitados
Pablo es reconocido por
haber escrito:
Porque para mí el vivir
es Cristo, y el morir es ganancia. Filipenses 1.21
Pero esto no significa
que Pablo prefería morir, la parte que él está destacando es el vivir para
Cristo, si nuestra vida fue completamente dedicada para Dios y cada día nuestro
vivir era para él, por supuesto que el morir ya es ganancia. Debemos tener la seguridad
de que nuestro diario vivir sea para Dios. Pero como todo ser humano normal entrar
a la etapa de la muerte no es nada agradable, especialmente en el tiempo de Pablo
donde los cristianos eran martirizados.
Por lo que Pablo
escribe:
Y por esto también
gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; 3 pues
así seremos hallados vestidos, y no desnudos. Porque
asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no
quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido
por la vida. 2 Corintios 5.2-4
La palabra gemir, en el
griego, está relacionada a la oración, como cuando Jesús gimió cuando oró por un
ciego (marcos 7.34) o como cuando los pastores velan por las almas (Hebreos 13.17)
así que el gemido de Pablo es como una intercesión para que Dios lo encuentre vestido,
es decir en su cuerpo y no desnudo o fuera de su cuerpo, no quiere ser
desnudado sino revestido, en otras palabras, que el nuevo cuerpo tome el lugar del
cuerpo terrenal. Compárelo con: 1 Corintios 15.51 y 53
Pero quiero que
conozcan el designio secreto de Dios: No todos moriremos, pero todos seremos
transformados…Pues nuestra naturaleza corruptible se revestirá de lo
incorruptible, y nuestro cuerpo mortal se revestirá de inmortalidad.
Además, Pablo habla del
cuerpo como el tabernáculo o tienda, algo que él conocía muy bien, pues se
dedicaba a construirlas, pero sabía que eran desmontables, algo transitorio que
tenia que ser movido constantemente, nada permanente, pero la nueva morada es
eternamente duradera. El nuevo cuerpo es para siempre, no como una vestidura que nos cambiamos
continuamente.
Es por eso que todos
preferimos la venida de Jesús y que Dios nos revista de inmortalidad a morir y
ser resucitados.
Debemos ser preparados
por Dios
Mas el
que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu.
Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto
que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor 7 (porque
por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar
ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. Por tanto,
procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables. 2
Corintios 5. 5-9
Aquí hay tres cosas importantes que destacar:
Mas el que nos hizo
para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu. Todo este
tiempo Dios nos ha hecho y nos ha preparado, las cosas que ocurren en nuestras vidas
no son simples circunstancias, son experiencias a través de las que Dios obra
para ayudarnos y para darnos la seguridad de su bondad y amor, nos ha dado una garantía
a través de su Espíritu para que tengamos la seguridad de que, así como nos ha
acompañado todo este tiempo estaremos listos en el momento de ser revestidos
por Dios
…sabiendo que entre
tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor 7 (porque
por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar
ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. Esto habla sobre
nuestra cercanía como distancia del Señor, al estar en el cuerpo en cierta
forma estamos ausentes de él es por eso que debemos aprender a andar por fe, es
por fe que, aunque estamos ausentes del Señor en realidad lo podemos ver cerca
de nosotros, pero como dice Pablo seria mucho mejor dejar este cuerpo para
poder estar frente a Dios donde no necesitamos nuestra fe, porque todo será
completamente claro para nosotros.
Por
tanto, procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables. Sin embargo,
es importante que en cualquiera que sea la circunstancia en la que Dios nos
encuentre ya sea para resucitar o para ser revestidos, ya sea ausentes o
presentes seamos agradables a él. ¿Cuál es la condición en la que estamos hoy
delante de Dios? ¿estamos viviendo una vida verdaderamente agradable delante de
él? ¿Por qué esto es realmente importante?
Al final tendremos que
dar cuenta delante de Dios
Porque es necesario que
todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno
reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea
malo. 2 Corintios 5.10
El juicio de los creyentes
en la biblia es llamado el tribunal de Cristo, como es un juicio para creyentes
nadie será condenado. Pero esto no significa que no vale la pena luchar y
esforzarnos para servir a Dios. Pues será un juicio de recompensas, pues se analizará
lo bueno y lo malo, ¿Para que sirven las obras si es claro que nadie se salvará
a través de ellas?
Porque por gracia sois
salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; 9 no
por obras, para que nadie se gloríe. Efesios 2.8-9
Las cosas que hayamos
hecho no definirán nuestra salvación o perdición porque eso ya se decidió a través
de la fe en Cristo. Pero es claro que no podemos esperar que todos los
creyentes sean recompensados de la misma forma. No puede recibir la misma
recompensa el ladrón en la cruz que no tuvo tiempo de servir al Señor, que
Pablo quien el mismo dijo para mí el morir es ganancia. Esto lo entendemos
mejor en 1 Corintios 3.12-15
12 Si
alguien construye sobre este fundamento, ya sea con oro, plata y piedras
preciosas, o con madera, heno y paja, 13 su
obra se mostrará tal cual es, pues el día del juicio la dejará al descubierto.
El fuego la dará a conocer, y pondrá a prueba la calidad del trabajo de cada
uno. 14 Si lo que alguien ha
construido permanece, recibirá su recompensa, 15 pero, si su obra es consumida por las llamas, él
sufrirá pérdida. Será salvo, pero como quien pasa por el fuego.
Cuando nos convertimos
recibimos el fundamento de nuestra propia obra, a partir de allí comenzamos a
construir, pero de acuerdo a cada creyente la obra tendrá determinada calidad.
¿Alguna vez le ha molestado que alguien haga un trabajo con material de mala
calidad? Pues así es nuestro servicio para Dios, Pablo dice que algunos construyen
oro o piedras preciosas es decir han dado lo mejor para Dios, mientras otros
han construido con madera, han dado un trabajo regular, pero algunos no se han
esforzado mucho al construir con heno y paja. Sabes que la calidad del material
dará como resultado la seguridad de la casa, todos hemos escuchado el cuento de
los tres cochinitos y el lobo que les soplaba la casa.
Pero aquí la prueba no
será el soplido, sino el fuego. La calidad será probada por fuego, si el
servicio que hemos dado ha sido excelente seremos recompensados, recuerde que tal
vez no podemos hacer un servicio perfecto, pero eso no impide que lo hagamos
con excelencia.es interesante notar que si el servicio de alguien fue corriente
su obra será consumida, sin embargo, no se perderá porque ya es salvo por la fe
en Jesús, pero será como quien escapa del fuego, como decíamos cuando íbamos a
la escuela de panzazo. Quiero creer que no hay corazones conformistas que
quieran entrar al cielo de esa forma, sino que todos anhelan servir y recibir
del Señor la corona que ha preparado para quienes le aman.
28 Y
ahora, queridos hijos, permanezcamos
en él para que, cuando se manifieste, podamos presentarnos ante él
confiadamente, seguros de no ser avergonzados en su venida. 1 Juan 2.28
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