Si crees veras la gloria de Dios


Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? Juan 11:40

Continuamos con esta hermosa serie apegada a nuestro plan de 40 días. Sabemos que Dios ha estado hablando a nuestra vida y en esta ocasión nos desafía con esta tremenda palabra, te recomendamos leer Juan 11:1-44 para entender mucho mejor el contexto y poder transmitir con mayor caridad y eficacia este mensaje


I.             Para ver la gloria de Dios necesitas creer.
¿No te he dicho que si crees, veras la gloria de Dios?
Juan 11:40

Esa expresión de Jesús suena a un recordatorio insistente a Marta la hermana de lázaro, el pasaje nos muestra un dialogo entre Jesús y las hermanas de lázaro, donde Jesús trata de encontrar fe, esperanza y confianza en ellas aun a pesar de la dolorosa muerte de Lázaro.  ¿Cuántas veces Dios te ha dicho a ti también que creas? Muchas veces Dios nos ha dicho de mil formas y se ha manifestado a nosotros y aun así se nos sigue haciendo difícil creer en Él. La fe todos la tenemos pero tristemente muchos la han mal enfocado, para muchos es más fácil creer en otra persona que creer en Dios, creer en los recursos con los que contamos, creer en nuestras propias habilidades, muchos prefieren creer en lo malo, en la ayuda que creen recibir de alguien que invoca inclusive a fuerzas extrañas del mismo maligno, algunos creen plenamente y ponen su confianza en lo que dicen los horóscopos, la adivinación, la suerte etc.  Pero cuando le dices que tiene que poner su fe en Dios ahí si nada más no pueden. Siempre buscamos ver para poder creer pero en el lenguaje de Dios necesitamos creer para poder ver. Jesús le dice a Marta que si ella cree podrá ver la gloria de Dios. Y eso mismo nos dice también a nosotros hoy, el anhelo más grande de Dios es que tú mismo puedas experimentar en tu vida lo que Él es capaz de hacer, que dejes de ver y admirarte solamente por lo que está haciendo en otros y que puedas ver que la manifestación de su gloria también es para tu vida. Créele a Dios cuando te dice que tú también veras su gloria.

II.           La Gloria de Dios es más visible cuando estamos pasando por momentos difíciles.

Vino, pues, Jesús, y halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro. Juan 11:17

Lázaro ya hedía porque ya tenía cuatro días muerto, ya hasta lo habían sepultado, ya estaba en su tumba, ya todos sus familiares y amigos habían llorado, se habían dolido y la esperanza de que pudiera suceder un milagro se había perdido porque según la tradición de ellos el alma de un muerto duraba hasta el tercer día en el cuerpo, pero Lázaro ya tenía cuatro días, ya no había más que hacer. Quizá Jesús ya le había dicho muchas veces a Marta: Veras la gloria de Dios, vera la gloria de Dios, veras la gloria de Dios. Como te lo ha dicho también a ti. Pero quizá no se había dado la situación y el momento propicio, pero ahora en medio de este gran dolor, en medio de esta dolorosa y terrible situación era el momento justo y la promesa de  Jesús se cumpliría. Alguien dijo recientemente que muchas veces las bendiciones que tanto deseamos vienen en envolturas que no nos agradan. De igual manera la gloria de Dios muchas veces la vamos a ver en situaciones que no nos gustan, que son dolorosas y desagradables. Marta no quería perder a su hermano Lázaro, no quería que muriera, nadie quiere un dolor tan grande en su vida, pero solamente en una situación como esa la gloria de Dios podía manifestarse. Marta ya no tenía esperanza alguna.

Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto. Juan 11:21

En muchas ocasiones hemos sido puestos en situaciones donde incluso parece que ya no hay más que hacer y deseamos salir de todo eso y expresamos nuestra inconformidad de estar metidos en ese pozo obscuro, en el pozo de la desesperación y angustia y decimos: Ay Señor ya sácame de esta y no nos damos cuenta que lo que en realidad estamos diciendo es: Señor ya no quiero ver tu gloria, lo que quiero es salir de esto y ya. Lázaro tenía que enfermar y morir y sus hermanas tuvieron que sufrir un dolor muy grande al pasar este proceso y no era nada fácil pero Jesús ya había dicho que esta enfermedad y proceso de Lázaro no era para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el hijo de Dios sea glorificado por ella.

 Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo.  Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro. Juan 11:3-5

El hecho de que tengamos que pasar por momentos dolorosos en la vida no quiere decir que Dios no nos ama, tampoco quiere decir que tenemos que sufrir siempre para poder ver su gloria. Lo que si tenemos que hacer es rendir todo momento de tribulación y dolor al Señor y decirle: Señor aquí está esta situación, yo no puedo con ella pero te pido que en medio de todo esto que estoy pasando tú te glorifiques.

III.          Sigue las instrucciones del señor si quieres ver la gloria de Dios
Dijo Jesús: Quitad la piedra. Juan 11:39

Algo importante que tenemos que hacer para poder ver su gloria es estar atentos a lo que Jesús va a decir, las instrucciones que Él nos va a dar. Es por eso que enfatizamos en lo importante que es tomar un tiempo durante estos 40 días de gloria para meditar en la palabra de Dios, por eso es importante no saltarnos a la ligera los devocionales y pensar que uno que no leamos no nos va afectar en nada, tenemos que ser disciplinados y estar atentos a la orden, a la instrucción del Señor porque estamos a punto de ver su gloria. Imagínate que muchos por no estar atentos a lo que Dios nos está hablando no puedan ver su gloria, vamos a prestar atención. Si Jesús en estos días te da una instrucción, si te habla al corazón, si te da un sueño revelador, si pone algún sentir bondadoso no lo cuestiones, no dudes simplemente muévete a la instrucción.

Marta no hubiera visto la gloria de Dios si no hubiera prestado atención a la instrucción, Jesús le dijo: Quita la piedra y ella obedeció. ¿Qué es lo que te está pidiendo a ti que hagas? ¿Cuál es la piedra que tienes que quitar? Quizá lo que te está mandando hacer parece algo loco, algo sin sentido, algo ilógico, algo muy pesado o que requiere de mucho esfuerzo o quizá algo que no quieres hacer… Pero tienes que pensar que por más descabellado que parezca si Jesús lo dijo es que puede funcionar. Marta seguramente pensó: Pues ya no hay esperanza de que mi hermano resucite pero si Jesús dio la instrucción es que puede suceder.

Quita la piedra. Hay cosas que le corresponden a Dios hacer y hay cosas que nos corresponden a nosotros, que te corresponde a ti hacer. Por supuesto que Jesús podía quitar esa piedra y resucitar también a lázaro, si Jesús pudo hacer lo más difícil que era resucitarlo pues cuanto más podía quitar esa piedra también, pero hay cosas, hay piedras que nosotros tenemos que remover para que el milagro pueda suceder, Dios quiere ver nuestra fe en acción y para que Marta pudiera mostrar su fe tenía que haber una acción, la fe tiene que tener una obra, una manifestación. Queremos ver la manifestación de la gloria de Dios, Dios tiene que ver una manifestación de nuestra fe. Dios sabe lo que tú puedes quitar, hay cosas donde se necesita la mano de Dios, se necesita un milagro, pero hay otras donde tú puedes meter tu mano, hay cosas que tú puedes quitar o remover y si hay algo en tu vida que le está estorbando a Dios para manifestarse y mostrar su gloria tienes que tomar la decisión de quitarlo de tu vida, Dios puede quitarlo claro, Dios puede hacer el milagro claro, pero cada quien va hacer lo que le corresponde hacer, así que la instrucción para ti es también: Quita la piedra. Quita el orgullo, quita la soberbia, quita la perversión, quita ese vicio, quita esa amargura, quita esa incredulidad, quita esa indiferencia, quita esa apatía, quita ese odio, quita esa rebeldía…  Jesús te dice: Yo quiero hacer un milagro pero me está estorbando esa piedra en tu vida, así que quítala, eso te toca a ti y Yo te mostrare mi gloria.


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