La persona que ama no tiene miedo. Donde hay amor no hay temor. Al contrario, el verdadero amor quita el miedo. Si alguien tiene miedo de que Dios lo castigue, es porque no ha aprendido a amar. 1 Juan 4.18 LA
Comenzamos con el plan de adiestrar, durante los dos meses siguientes los dedicaremos al aprendizaje, en esta ocasión aprenderemos sobre el amor, o lo que es mejor aprenderemos a amar. Pensamos que solamente debemos aprender teologías y doctrinas pero no estamos acostumbrados a pensar que el amor se puede aprender. Pero en realidad si podemos aprender a amar, pues como ya hemos dicho en otra ocasión el amor es una acción, no un sentimiento. Erróneamente esperamos sentir amor, esto impide que accionemos hacia los demás, mientras esperamos sentir no hacemos nada por los demás, no tenemos que sentir para amar a alguien más bien debemos accionar y aprender a amarlo. Hace tiempo escuche a un pastor decir: no se trata de que te cases con la persona que amas, sino amar a la persona con la que te casas. Cuando nos casamos aprendemos a amar, porque podemos hacerlo consientes de los defectos y errores de nuestros cónyuges, si a pesar de sus fallas decidimos amarlos entonces sabemos que nuestro amor es verdadero.
Una de las citas más famosas de Jesús se encuentra en Mateo 7:12: "Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes." (NVI). Se llama la regla de oro. Trata a los demás como te gustaría que te traten a ti. Cuando hacemos esto estamos actuamos como verdaderos cristianos.
Un verdadero cristiano trata a los demás como le gustaría ser tratado, incluso si no estás de acuerdo con ellos - incluso si están gravemente equivocados. Incluso si están luchando en contra de ti, trátalos como a ti te gustaría ser tratado.
Una forma de mostrar nuestra transformación es a través de nuestros saludos, la semana pasada decíamos que deberíamos cambiar nuestras palabras, las palabras que digamos pueden hacer una gran diferencia en las personas. Por lo que empezaremos este mes aprendiendo a amar a través de nuestro saludo. Veamos tres razones por las que es importante dar un buen saludo.
El saludo prepara el camino.
1 pedro 5.14 “Saludaos unos a otros con un beso de amor. Paz sea con todos vosotros los que estáis en Jesucristo. Amén.”
Los saludos son la primera impresión que podemos crear en una persona, al despertarnos o al encontrarnos, depende del saludo la calidad de conversación que tendremos después. Es por esto que empezaremos a trabajar en nuestro saludo, porque si al primer contacto no dejamos la impresión correcta es posible que no funcione como esperamos el resto del tiempo. En las iglesias es importante que alguien amistoso reciba a las personas porque será la primera impresión que tengan y de esta dependerá la actitud con la que experimentaran el resto del servicio. Recuerde: No hay segunda oportunidad para primera impresión.
Podemos analizar personas en cuestión de segundos, porque nuestro cerebro lo que hace es organizar la información en categorías, y a partir de ahí hace comparaciones rápidas. Muy rápidas y siempre con ayuda de las emociones. ¿Se parece esta persona a alguien de nuestro pasado que nos hizo daño? ¿Ese tono de voz te es agradable? ¿Es su sonrisa tan sincera como la de nuestro padre, o es tan falsa como la de nuestra vecina?
Los saludos hablan de las personas. Se puede saber mucho sobre el estado actual de un matrimonio por la forma en que se saludan. Se ve en la sonrisa de ella, en la voz de él, en la ternura del contacto físico. Los saludos muestran las personalidades, hay hermanos que saludan fuerte otros casi rosan los dedos.
¿Qué revela tu forma de saludar? Recuerda esa pareja que con el paso de tiempo fue cambiando su saludo.
Recién casados: ¿Cómo amaneciste mi amor?
-Después de 10 años: ¡Como amaneciste!
-A los 25 años: ¡pero Cómo!..... ¿Amaneciste?
La biblia recalca continuamente la importancia de saludarse con un beso santo. En la primera iglesia el saludo era muy importante porque mostraba el amor de los creyentes.
Rom 16.16 Saludaos los unos a los otros con ósculo santo. Os saludan todas las iglesias de Cristo.
1 Cor 16.20 Os saludan todos los hermanos. Saludaos los unos a los otros con ósculo santo
2 Cor 13.12 Saludaos unos a otros con ósculo santo
1 Ts 5.26 Saludad a todos los hermanos con ósculo santo
1 Ped 5.14 Saludaos unos a otros con ósculo de amor. Paz sea con todos vosotros los que estáis en Jesucristo. Amén.
El diccionario vine dice: No debe haber ningún tipo de formalidad ni hipocresía, y debe haber ausencia de todo prejuicio que surja de las distinciones sociales, de toda discriminación contra los pobres, de parcialidad hacia los de alta posición. En las iglesias, tanto los amos como los siervos se saludarían unos a otros sin ninguna actitud de condescendencia por una parte, o de falta de respeto por la otra. Este beso se daba, así, entre personas del mismo sexo. En las «Constituciones Apostólicas», un escrito compilado en el siglo IV d.C., hay una referencia a la costumbre por la cual los hombres se sentaban en un lado de la sala (como sigue siendo frecuentemente el caso todavía en zonas de Europa y de Asia), y se invita a los hombres a saludar a los hombres, y las mujeres a las mujeres, con «el beso del Señor.»
Un escrito antiguo atribuido a Hipolito dice: Cuando ha terminado la oración (después de la instrucción) los catecúmenos no deben darse el ósculo de paz porque su beso no es aún puro; los bautizados, en cambio, deben saludarse unos a otros, los hombres a los hombres y las mujeres a las mujeres, pero los hombres no deben saludar a las mujeres.
El saludo trasmite bendición.
En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: Paz sea a esta casa. Lucas 10 15
La forma bíblica para saludarse, (Shalom). Hoy hay todo tipo de palabras para saludar, en la biblia los hombres deseaban la paz.
1 Samuel 25.6 Díganle: “¡Que tengan salud y paz tú y tu familia, y todo lo que te pertenece!
No es necesario que le digas Shalom a tu familia todos los días, pero si que comiences a crear el hábito de saludar a tu cónyuge de manera especial, tu saludo debe expresar “eres muy importante para mí” en lugar de “te soporto”
Hay dos pasajes muy interesantes en Lucas 1.
Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta. Lucas 1.29
¿Qué sintió maría cuando el ángel la saludaba? Sabía que no era un saludo común. Nuestros saludos indican mucho y pueden bendecir personas.
Y aconteció que cuando oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo, 42y exclamó a gran voz, y dijo: Bendita tú entre Lucas 1.41
Es claro que Elisabeth sabía lo que era un movimiento de bebé en el vientre, pero esta vez ocurrió algo distinto en el saludo. Piensa en lo que tu saludo puede provocar en los demás.
¿Cómo saludas a los demás? Eres amable y agradable, pero es posible que a tu esposo o esposa no lo estés saludando de esta manera. Hay personas que son amables con el mundo pero no con su familia.
Tu puedes trasmitir bendición. Esto se puede lograr cuando te disciplinas a hacerlo al despertar, en tu expresión, en la energía de tu voz cuando le hablas.
Puedes hacer la diferencia el día que expreses gran felicidad al ver a tu cónyuge.
El saludo es restaurador.
Los cristianos deben ser lo suficientemente humildes y misericordiosos como para tratar con bondad a los pecadores incluso a los enemigos.
El saludo puede cambiar todo. Como fue el caso del hijo prodigo. El hijo prodigo no fue recibido como esperaba por su padre. Lucas 15.20
Entonces regresó a la casa de su padre.
»Cuando todavía estaba lejos, su padre corrió hacia él lleno de amor, y lo recibió con abrazos y besos.
Otras versiones dicen “y le besó con efusión” la RAE dice que efusion es: Expansion e intensidad en los afectos generosos o alegres del ánimo. Lo cual indica un derroche de amor.
Este tipo de saludo era lo último que esperaba, era lo último que merecía. ¿Cómo crees que se sintió al recibir el abrazo? Y sobre todo ¿Cómo crees que se sintió al escuchar su tono agradecido? Se sintió profundamente amado.
Un saludo amoroso es algo que puedes regalarle a tu familia todos los días por medio de lo que ve oye y siente.
¿Cuántas oportunidades tienes regularmente para saludar a tu familia o esposo o esposa? Cuando llegas a casa, cuando van a comer, cuando se dan buenas noches, cuando se hablan por teléfono o se envían mensajes. No es necesario siempre que sea algo intrépido y espectacular; pero añadir calidez y entusiasmo al trato brinda la oportunidad de tocar el corazón de maneras inesperadas.
Como no tenemos garantizado el mañana, cada día es una oportunidad para atesorar y disfrutar.
Quizás mañana querrás recibir a esa persona de forma especial pero ya no esté.
El amor es una decisión, así que decide amar desde el ¡hola!
Desafío de esta semana. Piensa en una manera específica de saludar a tu familia, en especial a tu cónyuge, hazlo con una sonrisa y con entusiasmo. Decide cambiar tu forma de saludar a diario, para reflejar más amor.
Un saludo es una inversión amorosa para la salud futura.
47 Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Mateo 5.47
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