La invitación


Nos encontramos a mitad de la serie La Novia, e inicialmente no tenía una idea clara acerca del concepto más allá de que nosotros, la iglesia, somos esa Novia, y se me hacía difícil pensar que podíamos hablar de toda una serie acerca de este tema, pero en este momento, y sobre todo con todas las cosas importantes que encontraremos en la historia de hoy creo que es un tema indispensable del que todos tenemos que estar al tanto, recordar que hay una invitación, decisiones que tomar, corazones que limpiar y ropas especiales con las cuales vestirnos.


           Recordemos, que independientemente del tema de los últimos días implícito en cada historia y parábola en relación a la novia y la boda, el tema central que también encontramos es una fiesta; la boda. Motivo que a todos nos alegra, no se hace fiesta para un momento triste, a las fiestas no se va a llorar, sino a celebrar, pensemos en ello y recordemos que la única razón por la cual debemos estar preparados para Dios es porque él ha preparado una fiesta a la cual estamos todos invitados y eso es algo de lo que hablaremos hoy.

Respondiendo Jesús, les volvió a hablar en parábolas, diciendo:
el reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo;
y envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; más éstos no quisieron venir.
Mateo 22:1-3
1.- La invitación
       Un dato curioso que encontramos es que se menciona que el rey tiene un hijo, pero no se menciona a la esposa, esto es porque ella es la iglesia, y es que toda la historia al ser una parábola esta llena de alegorías, es decir, representaciones y equivalentes, por ejemplo, el rey es la representación directa de Dios, que organiza un banquete para su hijo, que es Jesús, y la esposa es la iglesia.

            Así que lo primero que vemos es que el Rey envía a sus siervos, que son los predicadores y profetas a invitar a los convidados, una clase especifica de personas que ya estaba preseleccionada para asistir, en este caso ellos son los únicamente judíos, pero estos rechazan esa invitación.

            En los versículos siguientes se menciona algunas acciones que estos judíos llevaron a cabo, algunos ignoran esta invitación y otros incluso atacan y asesinan a los siervos del rey que fueron a invitarlos.

        Alejándonos un poco del hecho de que esto fue hecho por judíos, y dudo que algún judío escuche o lea esta predicación este fin de semana, debemos reflexionar acerca de como muchas veces estamos rechazando la invitación que el Dios nos hace todo el tiempo.

         Muchas veces nos excusamos detrás de ocupaciones que no valen la pena, de quehaceres que se pueden hacer después, de trabas que nosotros mismos podemos mover, desde visitas que no somos capaces de esquivar hasta días en los que simplemente no nos queremos levantar de la cama. Pensemos si realmente alguna de esas ocupaciones vale la suficiente pena para rechazar una invitación de parte de Dios, que ¡Sí! Claro que lideres y pastores son los que nos invitan personalmente, pero ellos son los siervos enviados de parte de Dios, del rey, y se nos hace fácil rechazarlos, porque a nuestros ojos son simples personas.

         Incluso hay quienes más allá de rechazar una invitación hieren a quienes han sido enviados para darlas, y se burlan de ellos, quizá no seamos heridos físicamente, pero la oposición de parte de algunas personas que impide que podamos seguir esparciendo el mensaje se puede equiparar a aquellos siervos que fueron heridos y asesinados y ya no pudieron continuar con su labor.

2.- La segunda invitación
entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; más los que fueron convidados no eran dignos.
id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos halléis.
10 y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados.
Mateo 22:8-10

        Tras los hechos, con todo el banquete listo, pero sin invitados, el rey habla a sus siervos y los envía a todas partes, para que inviten literalmente a quien se encuentren, siendo buenos y malos, y de esta forma finalmente la boda se llena de invitados, sin importar si era buenos o malos.

         El significado de estos hechos es que cuando los convidados iniciales es decir los judíos no aceptan la invitación por parte del Rey que es Dios, este envía a los siervos, en este caso, por la fecha en la que ocurren los hechos envía los discípulos a que inviten a todos los que se encuentren, o sea, a los gentiles que son todas aquellas personas que no son judíos y para los cuales originalmente el evangelio no estaba destinado, y ahí es donde entramos el resto del mundo, pues como el pueblo original de Dios había rechazado su palabra y su invitación, ahora nosotros alcanzábamos a ser parte de los nuevos convidados, siendo buenos o malos.

        Imaginemos la sorpresa de los primeros gentiles cuando de pronto un montón de misteriosos judíos comenzaban a hablarles de algo que jamás imaginaron que también ellos podían obtener; la salvación. La invitación a algo completamente diferente a lo que estaban acostumbrados a escuchar, en aquel tiempo gran parte de la población creía en los dioses romanos que eran una vil copia de los dioses griegos, y de pronto estaban estos judíos contándote acerca del Dios de amor, que había muerto por ti, y quería que tu aceptaras su regalo de salvación ¡Una locura!

       Dios había comenzado a aceptar gente de todo tipo, que para muchos religiosos debió haber sido una acción grotesca, que de pronto la palabra también fuera dirigida a los gentiles, y muchas veces nuestras iglesias están llenas de pensamientos religiosos, gente que juzga a los demás por como se ven o por como fue su pasado, cuando lo único que haría Dios sería recibirlos con brazos abiertos, el no espera que a su casa solamente llegue gente selecta, el espera que todos los que puedan entren.

        Y espera que todos podamos volvernos parte de los siervos que van a todas partes a llenas la boda, a llenar su iglesia y su banquete.

3.- El colado.
11 Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda.
12 Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció.
13 Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Mateo 22:11
          El siguiente suceso parece casi otra historia, pero tiene tanto o más valor representativo que el resto de la historia, el rey va a ver a los que finalmente resultaron ser los convidados para este momento recordemos que todos son una multitud de personas mezcladas que fueron invitadas y aceptadas para el banquete, cuando están todos juntos no pueden notar diferencia entre uno y otro, el único capaz de hacerlo, es el rey.

        De pronto se topa con un hombre que no está vestido según la ocasión, y cuando le preguntó que es lo que hace ahí este se queda mudo, como asustado, como intentando hallar las palabras.

           Muchas veces nosotros podemos ocultarnos entre una multitud de personas que no puede ver el corazón, no puede notar si las vestiduras están limpias o sucias, pero del rey, de Dios, JAMÁS vamos a poder ocultarnos, porque el si puede ver como estamos vestidos, el si puede notar las manchas de nuestras vestiduras y darse cuenta que no estamos cubiertos con ropa de justicia, ni de salvación.

En gran manera me gozaré en el Señor, mi alma se regocijará en mi Dios; porque El me ha vestido de ropas de salvación, me ha envuelto en manto de justicia como el novio se engalana con una corona, como la novia se adorna con sus joyas.
Isaías 61:10

          En casa de Dios no podemos fingir ser alguien más, y regresar a nuestras casas y ser algo diferente, no podemos ocultarnos, no podemos fingir que estamos donde debemos estar, debemos vernos como al lugar a donde vamos.

       Este hombre no iba vestido correctamente y tenemos que pensar si cuando nosotros entramos a la casa de Dios vamos vestidos de la forma correcta. 
Descarga este tema aqui













No hay comentarios:

coméntanos si te ha sido de utilidad esta publicación,