Bendición sobre los hijos



Queremos cerrar esta serie hablando de la importancia de la bendición sobre nuestros hijos. esta noche tendremos una cena especial y deseamos que todos entren en esta comunión especial, muchos tiempos de bendición se dieron mientras las personas comían, como cuando Jesús tuvo la ultima cena con sus discípulos, o cuando le preguntó a Pedro si le amaba, como igual cuando Isaac le pidió a Esaú comida para ser bendecido. ¿Por qué? Porque los mejores tiempos de comunión es cuando estamos comiendo, siempre comemos con las personas que nos agradan, cuando salimos a comer a algún lugar buscamos mesas vacías porque queremos nuestro espacio de comunión.


Es por eso que debemos mentalizarnos y prepararnos para disfrutar de este tiempo porque si nuestro corazón esta alegre nuestras bendiciones fluirán efectivamente, lo más difícil que pueden experimentar las familias es comer disgustados.

La biblia  da una gran importancia a la bendición sobre los hijos por lo que no debemos ignorar lo poderosas que pueden ser nuestras palabras sobre ellos. Ya muchas veces lo hemos repetido pero a veces es necesario recordar este texto.

Lo que uno habla determina la vida y la muerte; que se atengan a las consecuencias los que no miden sus palabras Proverbios 18.21

Nuestras palabras pueden hacer la diferencia en la vida de nuestros hijos por muy increíble que parezca, es tiempo de hablar lo correcto y si no lo habíamos hecho es tiempo de comenzar a cambiar nuestra forma de hablar.

Veamos que caracterizaba las bendiciones que los padres daban a sus hijos en la biblia.

CONTACTO

26 Luego le dijo su padre: —Acércate ahora, hijo mío, y dame un beso.
27 Jacob se acercó y lo besó. Cuando Isaac olió su ropa, lo bendijo con estas palabras:

Hay estudios que han concluido que los niños que han sido abrazados y besados desarrollan una vida emocional más saludable, que los que se han dejado solos más tiempo.

15 Traían a él los niños para que los tocase; lo cual viendo los discípulos, les reprendieron. Lucas 18.15

La bendición no sólo se trata de palabras sino también de toque, de expresión de cariño, aceptación, y especial si el hijo tiene este lenguaje del amor, un toque cariñoso puede ser más efectivo en algunas personas que las oraciones, hay padres que oran en secreto por sus hijos y no les demuestran afecto, estos hijos no tienen idea de que les importen sinceramente a sus padres.

PALABRAS
Como ya dijimos la vida y la muerte están en nuestra lengua, nuestras palabras pueden impulsar o derribar a las personas, una expresión de rechazo puede marcar el corazón de alguien, un elogio puede ser crear un día inolvidable.

Proverbios 12:18 NTV  Algunas personas hacen comentarios hirientes, pero las palabras del sabio traen alivio.

¿Cuándo fue la última vez que le dijo a su hijo que lo ama? A veces no nos hemos dado cuenta de lo importante que es esto. Creemos que con proveer o estar en casa es suficiente pero no lo es, las palabras son el principal canal de una bendición, no puede haber bendiciones si palabras.
La palabra bendecir se compone de  bene (bien) y dicere (decir) en otras palabras decir bien, por lo que cada vez que decimos bien de nuestros hijos los estamos bendiciendo.

Y una voz del cielo decía: «Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él». Mateo 3.17 NVI

Hasta el mismo Jesús escucho palabras especiales de su padre el día que se bautizó.

VALOR

Que te sirvan los pueblos; que ante ti se inclinen las naciones. Génesis 27.29

¿Qué vio Isaac en su hijo que esperaba que las naciones le sirvieran?
¿Qué es lo que ves en tus hijos? nuestros hijos son formados de acuerdo a nuestras expectativas, si nuestras expectativas están bien fundamentadas y sanas podemos ir marcándoles el paso como un entrenador a un atleta, así que nuestros hijos nos observan y se desarrollan según lo que nosotros vemos en ellos, pero si no esperamos nada de ellos, ellos no se esforzaran y vivirán el nivel más bajo de lo que sus vidas pueden hacer, así que simplemente no importa lo que podamos pronunciar de bendición porque nosotros somos los primeros que no creemos que lo puedan lograr.

No se trata de engañarnos e ignorar sus capacidades, porque a veces tenemos expectativas pocas realistas y les exigimos algo que va contra su personalidad o sus capacidades. Pero si se trata de fe, de ver en ellos su verdadero potencial que ellos mismos no son capaces de ver.

VISIÓN
Que Dios te conceda el rocío del cielo; que de la riqueza de la tierra     te dé trigo y vino en abundancia. Génesis 27.28

La semana pasada hablábamos un poco de la visión de un padre que prepara el camino de su hijo. Tener visión nos permite anticiparnos pero además tener una visión de ellos les da seguridad y confianza sobre su propio futuro.

Ver el futuro de ellos puede convertirse en una bendición profética.  ¿Qué se puede imaginar que sus hijos pueden llegar a ser?

Como flechas en las manos del guerrero son los hijos de la juventud. Salmo 127.4 NVI
La biblia dice que nuestros hijos son como flecha en nuestras manos, es decir nosotros les podemos dar dirección, podemos apuntar hacia donde ellos pueden ir. Aunque debemos cuidar de no proyectar en ellos nuestros sueños frustrados.

RESPALDO
Nuestra bendición es reforzada cuando nos convertimos en parte de ella. Así como Dios bendijo a los hombres en el pasado y les favoreció para que pudieran convertirse en lo que había dicho de ellos de la misma forma si creemos en nuestros hijos y vemos su futuro sabemos que podemos invertir en el sueño de ellos.

De nada sirve decirles que creemos en ellos y los dejamos solos. ¿Qué necesitan tus hijos para alcanzar su sueño en este momento? A parte de estudiar hay muchas cosas que podemos proveerles para que puedan  ver la bendición hecha realidad.

Todas los demás elementos se debilitan cuando carecen del respaldo de los padres. Todo padre que quiere ver a su hijo bendecido verá la forma de proveer lo necesario para que  él pueda tener éxito.

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