Filipenses 3:12-14
12 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.
Quiero invitarte a ejercitar tu mente en aquellas cosas que pueden ser una motivación en tu vida, una motivación para cambiar, para alcanzar aquello que en tantas ocasiones has visto como algo imposible o demasiado difícil de poder obtener. Es increíble pensar que aun cuando somos denominados creyentes en realidad no lo seamos en aquello que puede marcar una gran pauta en nuestras vidas, aun cuando somos creyentes y amamos a Dios no hemos aprendido a ejercitar nuestra perseverancia, por lo tanto no hemos experimentado la satisfacción de poder “alcanzar” aquellas cosas que han estado en nuestro corazón por tanto tiempo…nos hemos convertido en soñadores y la verdad es que soñar es bueno no todo el mundo tiene la capacidad de poder soñar; sin embargo son menos mujeres las que logran “alcanzar” aquello con lo que han soñado convirtiendo ese sueño en una realidad. Hoy día lo que sobran quizá son soñadores pero hacen falta mujeres capaces de “alcanzar” esos sueños, esos anhelos del corazón
-- "por ver si logro asir", KATALABO, significa echarse sobre algo para agarrarlo con firmeza, posiblemente refiriéndose al acto de asir el poste que marca la terminación de la carrera, o sea la victoria. Con anhelo intenso Pablo quería realizar el gran objetivo de su vida.
Aquí Pablo nos esta enseñando la forma correcta de buscar algo, de anhelarlo, de desearlo refiriéndose al llamado que había recibido de parte de Dios y la pasión y entrega con la que el estaba aferrándose a la meta... Ahora yo te pregunto mujer ¿Cuántas veces te has desanimado por no obtener lo que tanto has deseado y pedido a Dios? Pero será que en realidad ¿lo has deseado lo suficiente? ¿Lo has buscado lo suficiente? ¿Has sido firme en tu búsqueda y convicciones?
Tenemos que comenzar a ejercitar nuestra perseverancia y no dejar de hacer las cosas hasta lograr “alcanzar lo que nos hemos propuesto” recuerda que Dios no deja las cosas a medias y nosotras tenemos que aprender a ser perseverantes en todas las cosas que estamos haciendo como hijas de Dios, si no aprendemos esta gran lección siempre caminaremos en frustración y derrota.
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