A pesar de que el mundo de hoy podemos estar conscientes del vacio espiritual que nos provoca la acumulación de bienes materiales, también necesitamos recordatorios de que la plenitud no tiene nada que ver con las posesión de bienes. Ciertamente en su intento por obtener la plenitud, las personas toman las opciones mas extrañas. Pueden beber un six-pack de cervezas, se pueden drogar hasta el olvido, pueden alterar sus cuerpos con el objeto de alcanzar algún modelo arbitrario de belleza, pueden trabajar durante toda su vida para llegar a la cima del éxito, para que luego, en un segundo, todo les sea arrebatado. Pero la gente mas sencilla sabe que no existen rutas sencillas para lograr la felicidad a largo plazo. Si le apuestas a los placeres temporales, lo único que obtendrás será satisfacción personal. Las emociones baratas solo te dan el valor de lo que pagas por ellas: hoy están aquí y, mañana, se habrán ido. La vida no se trata de poseer sino de SER. Te podrías rodear de todo lo que el dinero puede comprar y, aun así, te sentirías tan miserable como es posible. Conozco gente de buena posición económica, con cuerpos casi perfectos y de buen parecer en su físico que no tienen ni la mitad de felicidad que he visto en los pueblos más lejanos, en familias sencillas y en niños casi desnudos en la sierra de nuestro país.
Ese síndrome de: “ SI TAN SOLO TUVIERA X COSA SERIA FELIZ "
Es tan solo parte de una alucinación colectiva. Si tratas de encontrar la felicidad en los objetos, te parecerá que nunca tienes suficiente.
MIRA A TU ALREDEDOR, MIRA HACIA DENTRO DE TI.
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