Qu
e tristeza da ver como hoy día la Iglesia ha perdido el sentido de compromiso con sus congregaciones y líderes; anteriormente las ovejas amaban tanto a sus líderes espirituales y ni siquiera era una opción el pensar en cambiarse de iglesia, fuimos gente que aprendió a crecer y echar raíces fuertes porque había algo en nuestra naturaleza que hasta hoy nos permite seguir firmes y es “la fidelidad”… algunos creyentes de hoy no conocen este lenguaje, no saben de disciplina, de discipulado, de compromiso, de adiestramiento en toda la manera de vivir. Muchos creen que al cerrar la puerta de su casa se acabó el liderazgo de sus pastores, no van más allá ; la generación de la que hablo son amantes de lo sobrenatural, de los sermones bien trazados, de las revelaciones extraordinarias, de las manifestaciones extravagantes, de los tremendos oradores o los grandes espectáculos que hoy muchos predicadores les ofrecen a sus feligreses, adornados con chistes y una nueva cultura de acuerdo a sus propia conveniencia… ¿ pero qué hay de transmitir lo que siempre ha sido el mensaje central que nos dejó el Señor Jesucristo?
Para nada estamos en contra de todo lo que pueda alimentar al pueblo del Señor, porque nosotros mismos trabajamos para eso, planeamos, programamos, nos capacitamos ( somos graduados de institutos bíblicos y por si fuera poco con calificaciones que sobrepasaron a nuestra generación) pero todo eso no tendría ningún significado si al llegar a casa después de la graduación hubiésemos colgado nuestro diploma y solo hubiésemos pasado a ser lo que muchos hoy día hacen y nos hubiésemos convertido en lo que muchos hoy se convierten y esto no tiene que ver con el llamado, tiene que ver con lo que tu decides convertirte en el Señor, con lo que tú decides contribuir en el reino, con lo que tu logras ver en la necesidad de este mundo….. De nada sirve seguir obteniendo diplomas, reconocimientos eclesiásticos si jamás iremos al campo a poner en practica cada una de esas lecciones que tenemos anotadas en nuestras libretas o archivadas en nuestras computadoras…de nada sirve prepararnos tanto si finalmente fuera de ser una ayuda para el reino nos terminaremos convirtiendo en un problema o quizá en una amenaza para nuestros líderes y pastores y lo que es peor para el mismo cuerpo de Cristo.
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