Aprendiendo a oír la voz de Dios


Aprendiendo a oír la voz de Dios

Uno de los problemas potenciales para la iglesia de hoy, es la dificultad para escuchar la voz de Dios, a muchos les hace falta esa revelación, tanto profética como en la misma predicación. La mayoría están acostumbrados a su vida plenamente terrenal, ignorando y pasando por alto la gran cantidad de veces que Dios les está hablando e ignoran la voz de Dios debido a que piensan: ¿Quién soy yo para que el Dios todopoderoso me hable? O debido al pensamiento de que El Señor solo habla a los pastores o grandes ministros.

Pero tú también puedes escuchar la voz del Señor, veamos tres condiciones importantes para poder escucharlo. 



Todas las ovejas deben escuchar la voz del pastor

Mis ovejas oyen mi voz… Juan 10:27

Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; Pero el hombre no entiende. (Job 33:14)

Todos los creyentes son llamados a escuchar la voz del Señor. Durante mucho tiempo se nos enseñó que nosotros nos comunicábamos con Dios a través de la oración y el a través de la Biblia, y es correcto. Sin embargo, Dios siempre ha querido comunicarse con nosotros de la misma manera en que nosotros lo hacemos con Él y es hablándonos.

El principal problema consiste en que la mayoría de los creyentes espera poder escuchar la voz de Dios en sus oídos naturales, sin embargo, no es esta la única forma en la que el Señor nos puede hablar. El Señor también habla a través profecías que alguien les comparte, a través de sucesos a su alrededor, a través de imágenes por medio de sueños y visiones Job 33:14-15, (te recomendamos leer El significado de los sueños) a través de pensamientos en la mente, a través de sentimientos intensos, otra forma en la que muchos creyentes dan testimonio de haber recibido una palabra de Dios es cuando abrieron la escritura y lo que leyeron era un mensaje específico para ese momento especifico que estaban viviendo.

Por supuesto esto no es una regla en todo tiempo, seria completamente irracional abrir la biblia para cada cosa que se nos ocurra que queremos que el Señor nos conteste, o buscar necesariamente interpretaciones de todos los sueños que tengamos. La realidad es que el Señor habla de todas esas formas lo complejo consiste en saber cuándo realmente está hablando, en otras palabras ¿cómo distingues? cuando un sueño es divino o no, cuando la palabra que encontraste en la escritura es revelada o no, cuando el pensamiento que tienes es puesto por el Señor y no es tu propia conciencia o el enemigo, cuando el presentimiento que tienes es del Señor y no simplemente emocional.

No dejes que el espíritu de estupor te estorbe

Ap. 3:22 22El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

Todos aquellos que tienen oídos deberían oír la voz del Señor, sin embargo, la misma desobediencia y rebeldía, impiden que el oído se desarrolle para escuchar la voz del Señor. 

4Pero hasta hoy Jehová no os ha dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír 
Deuteronomio. 29:4; 23 

Pero ellos no oyeron, ni inclinaron su oído, sino endurecieron su cerviz para no oír, ni recibir corrección. Jeremías. 17:23.

El espíritu de estupor es el principal bloqueo en la mente de los creyentes que impedirá que se pueda escuchar la voz del Señor, 

Como está escrito: Dios les dio espíritu de estupor, ojos con que no vean y oídos con que no oigan, hasta el día de hoy Romanos 11.8

El diccionario Vine define “Estupor” de esta manera: katanuxis (κατάνυξις) aguijonamiento (relacionado con katanusso, golpear o aguijonear violentamente, Hechos 2.37). Se usa en Ro. 11.8: «estupor» («remordimiento»; «sopor»; «estupor»; Besson: «entorpecimiento»). Se sugiere que este significado surgió de la influencia del verbo katanustazo, cabecear o caer dormido. Es evidente que lo que se significa es el embotamiento del sentido espiritual Sal. 60.3; Isaías 29.10. 

 El enemigo sabe que si logramos escuchar la voz del Señor podremos encontrar nuestro propósito, discernir lo bueno y lo malo, ordenar nuestra vida en otras palabras tener éxito continuamente 2 Co. 4:4.

Continuamente leemos en la escritura el llamado a oír y entender, ya que es indispensable para la salvación, pero no solo el enemigo bloquea nuestro entendimiento sino nuestra propia desobediencia (Ro. 11:18).

Porque Jehová derramó sobre vosotros espíritu de sueño, y cerró los ojos de vuestros profetas, y puso velo sobre las cabezas de vuestros videntes Isaías 29.10

No es extraño ver creyentes durmiendo durante las reuniones, sin razón lógica, entendemos a quienes están cansados por trabajo, como haberse desvelado trabajando de noche por la cual dormirse en la reunión. Pero son comunes los creyentes que se duermen sin razón aparente a pesar de que el pastor esté compartiendo un excelente tema, el resultado es que pierden la oportunidad de escuchar la voz del Señor que hablo en esa reunión, y posiblemente la respuesta a su necesidad.

Madurando el oído a través del uso 

Muchos creyentes se han perdido la bendición de poder escuchar al Señor por la sencilla razón de que no saben distinguir entre sus pensamientos y sentimientos la voz de Dios. Están acostumbrados a responder a los pensamientos que entran a sus mentes sin saber cuál es su origen, el enemigo ha trabajado durante todas las edades influenciando pensamientos negativos en los hombres de tal manera que durante el desarrollo de sus vidas se acostumbran a tener esos tipos de pensamientos negativos, aceptándolos como suyos, ya que el enemigo coloca pensamientos en primera persona para que esta crea que son sus propios pensamientos. El Señor habla a sus hijos también a través del pensamiento, y aprender a escucharlo es un arte.

Hebreos 5:14 nos dice que el creyente debe desarrollar la habilidad de poder discernir lo bueno y lo malo pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal. El escritor de hebreos nos muestra dos razones para desarrollar esta habilidad:

1. Madurez (Han alcanzado madurez). La inmadurez cristiana es uno de los impedimentos para poder escuchar la voz de Dios, inmadurez es sinónimo de carnalidad, Pablo le dice a los corintios (1Co. 3:1) que son carnales y por eso no pueden alimentarse del alimento sólido “revelación”, la revelación no puede fluir en una mente carnal.

Romanos 8.5 Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. en Romanos 8:7 dice: Cuando alguien se deja controlar por su mentalidad humana está en contra de Dios y se niega a obedecer la ley de Dios… (versión “la palabra de Dios para todos”). 

Solo alguien espiritual puede discernir los pensamientos provenientes de Dios porque su mente ha sido renovada, 1 Corintios 2.11-12 (TLA11 Nadie puede saber lo que piensa otra persona. Sólo el espíritu de esa persona sabe lo que ella está pensando. De la misma manera, sólo el Espíritu de Dios sabe lo que piensa Dios. 12 Pero como Dios nos dio su Espíritu, nosotros podemos darnos cuenta de lo que Dios, en su bondad, ha hecho por nosotros.

2. Ejercicio espiritual (Sentidos ejercitados). El escritor de Hebreos dice que la habilidad se desarrolla por medio del uso, o sea a través del ejercicio del oído espiritual, algunos creyentes se han acostumbrado a orar siempre de la misma forma que no necesitan pensar mucho en que es lo que dirán, sus oraciones están cargadas de frases repetidas, “quédate con los que se quedan ve con los que van” “apresura los pasos de los que vienen” rellenan su hora de oración con una interminable cantidad de "gloria, gloria, gloria, gloria" "aleluya, aleluya, aleluya, aleluya" etc. Por supuesto estas palabras no están mal, sino que los creyentes no tienen otra cosa que decir, esto nos indica el nivel tan bajo de oración que ellos tienen, si ellos no se esfuerzan para conocer qué es lo que le dirán al Señor en oración mucho menos tienen la intención de esforzarse para poder escucharlo, cuando la oración es una conversación con Dios tú hablas y el habla, esto lo llama el Dr. Bill Hamon oración de dos direcciones.

Cuando Samuel era pequeño Dios le hablo mientras estaba acostado, como era la primera vez que le hablaba el confundió la voz con la de Elí en tres ocasiones, hasta que Elí que era un hombre experimentado y con un oído maduro entendió que era el Señor el que le hablaba y se lo dijo (1 Samuel 3:1-10). Con el uso y el tiempo Samuel se adiestro no solo en escuchar la voz de Dios, sino en adiestrar a otros en la habilidad de escuchar la voz de Dios, creándose durante su tiempo las compañías de profetas.

El alimento Sólido “la revelación” es para los que alcanzan madurez y se han ejercitado, cuando comenzamos a madurar y ejercitar nuestro oído espiritual para escuchar la voz del Señor entonces él nos da palabra reveladora, la palabra es manifestada, y podemos compartir mejores palabras a los creyentes.


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