Terceras personas en la familia.


Terceras personas en la familia.

La llegada de terceras personas a la familia marca una etapa de gran transformación y desafíos para todos los miembros del hogar. Es un momento en el que la dinámica familiar cambia completamente, y donde es importante estar preparados para afrontar los retos que se presentarán.

Cuando los hijos crecen y comienzan a establecer sus propias relaciones, la estructura familiar se ve alterada. Los roles y las responsabilidades se reorganizan, y la estructura familiar experimenta cambios repentinos. Estos ajustes pueden generar tanto emociones positivas como negativas en los miembros de la familia.

Por un lado, la llegada de una tercera persona puede traer alegría y emoción a la familia. Sin embargo, también puede surgir estrés, ansiedad y preocupación ante lo desconocido. Los miembros de la familia pueden experimentar temores sobre cómo afectará la nueva relación la dinámica familiar existente, o preocupaciones sobre cómo se llevarán con la nueva incorporación.

Además, se establecen nuevas dinámicas que requieren adaptación por parte de todos los miembros de la familia. Cambios en la comunicación, la toma de decisiones y la distribución de responsabilidades pueden generar tensiones y desafíos que necesitan ser abordados de manera anticipada.

En este contexto, es importante recordar un principio fundamental que se encuentra en la Biblia, específicamente en Génesis:

"Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne". Génesis 2:24

Este principio resalta la importancia de que los hijos establezcan relaciones independientes y duraderas fuera del núcleo familiar original. Sin embargo, también implica que los padres deben estar preparados para dejar ir a sus hijos y aceptar a sus parejas como parte integral de la familia extendida.

En la historia de Jacob y Esaú que hemos estado estudiando, encontramos tres lecciones importantes a las que debemos prestar atención al abordar esta etapa en la vida de nuestros hijos. Veámoslas."

Evite amarguras en el futuro

Cuando Esaú tenía 40 años de edad, se casó con dos mujeres. Una era Judit, hija del hitita Beerí, y la otra era Basemat, que era la hija del también hitita Elón. 35 Estos casamientos les amargaron la vida a Isaac y a Rebeca. Génesis 26.34-35

La nueva vida de Esaú ejemplifica el impacto negativo que puede provocar en las familias, generando amargura y conflicto en su dinámica. Esto se atribuye a tres razones principales.

1.Impacto de las diferencias culturales y religiosas: aunque no lo creamos las diferencias culturales y religiosas pueden desencadenar conflictos familiares fuertes. Por ejemplo, si un hijo elige a una pareja de una cultura o religión diferente, pueden surgir tensiones sobre cómo criar a los hijos, celebrar festividades o practicar tradiciones familiares. Este tipo de diferencias, aunque aparentemente sin importancia para algunos, pueden tener un fuerte impacto en la vida familiar y causar amargura entre los padres y el hijo, así como entre los padres mismos. Otros ejemplos de diferencias culturales actuales podrían incluir diferencias en la educación, los valores sociales o las expectativas sobre el papel de género en la relación.

2.Preocupaciones sobre el carácter o la idoneidad de la pareja: Tambien puede darse el caso de que los padres pueden sentirse amargados si tienen preocupaciones sobre el carácter, la historia personal o la idoneidad de la pareja de su hijo. Por ejemplo, si perciben que la pareja tiene un historial problemático, carece de estabilidad financiera o muestra signos de comportamiento problemático, pueden temer por el bienestar emocional o la seguridad de su hijo. Este tipo de preocupaciones pueden generar conflictos internos en los padres y contribuir a sentimientos de amargura y ansiedad sobre la relación de su hijo. Los padres deben saber manejar esa preocupación y no caer en el extremo

3. Expectativas no cumplidas: y unpunto mas es que los padres pueden experimentar amargura si las elecciones de pareja de sus hijos no cumplen con sus expectativas preestablecidas. Por ejemplo, si esperaban que su hijo se casara con alguien de una edad similar o con un estatus socioeconómico comparable, y su hijo elige a alguien mucho mayor o con un estatus inferior, pueden sentirse decepcionados y frustrados. La falta de conexión emocional o personal entre los padres y la pareja de su hijo también puede contribuir a sentimientos de amargura, ya que pueden sentir que la relación no cumple con sus expectativas de lo que debería ser una pareja ideal para su hijo.

Este es el momento en el que los padres deben estar dispuestos a comprender y aceptar que sus hijos eventualmente llegarán a esta etapa de la vida, y estar preparados para afrontar estas situaciones. Reconocer que hay aspectos que escapan a nuestro control es fundamental en este proceso.

Dele a sus hijos la dirección correcta.

Luego Rebeca le dijo a Isaac:
—Se me arruinó la vida por causa de esas mujeres heteos, me moriría si Jacob se llegara a casar también con una mujer de esas. Génesis 27.46

Es claro que para Rebeca la situación de Esaú ha sido difícil de alguna manera, ya que no puede intervenir más. Por lo tanto, necesita proteger el futuro de su otro hijo, y esta vez se asegurará de que no resulte mal. Vemos algunos ingredientes que marcan la diferencia: su unidad con Isaac. Después de esto, está compartiendo estas preocupaciones con Isaac para que puedan trabajar juntos y encontrar una solución para evitar problemas similares en el futuro. Ya no trabaja por su cuenta, sino en equipo, para ayudar a su hijo.

Luego Isaac llamó a Jacob, lo bendijo y le ordenó: «No te cases con una mujer cananea. 2 Vete inmediatamente a Padán Aram, donde vive Betuel, tu abuelo materno. El hermano de tu mamá, Labán, vive allá, cásate con una de sus hijas. 3 Que el Dios Todopoderoso[a] te bendiga y te dé muchos hijos para que así te conviertas en padre de muchos pueblos. 4 Que los bendiga a ti y a tus hijos como bendijo a Abraham y que te conviertas en el dueño de la tierra donde tú viviste como extranjero, la cual Dios le dio a Abraham». 5 Entonces Isaac envió a Jacob a Padán Aram donde vivía Labán, el hijo de Betuel el arameo. Labán era el hermano de Rebeca, la mamá de Jacob y Esaú. Génesis 28 1-5

Cuando pensamos en las relaciones de nuestros hijos, es natural preocuparnos y querer lo mejor para ellos. La historia de Jacob y su familia nos ofrece algunas lecciones valiosas sobre cómo guiar a nuestros hijos en sus propias relaciones.

En primer lugar, es clave que nuestros hijos aprendan a respetar nuestras instrucciones y consejos. Como vimos en el caso de Jacob, él obedeció a su padre Isaac cuando le dijo que no se casara con una mujer de otra cultura. Esto nos enseña que nuestros consejos, basados en nuestra experiencia y amor por ellos, a menudo son buenos y deben ser escuchados.

Nuestros hijos deben saber que nuestra experiencia es útil porque hemos vivido más tiempo y hemos pasado por muchas experiencias en la vida. Esto nos brinda una perspectiva única y nos permite ver las cosas desde una mirada más amplia. Como padres, hemos enfrentado desafíos similares a los que enfrentan nuestros hijos ahora, y nuestras decisiones y consejos están basados en ese conocimiento y experiencia acumulada. Por lo tanto, al ofrecer consejos a nuestros hijos, estamos compartiendo lecciones aprendidas y sabiduría adquirida a lo largo de los años, lo que puede ayudarles a evitar cometer los mismos errores que nosotros cometimos en el pasado y a tomar decisiones más informadas y sabias en sus propias vidas.

Además, debemos recordar la importancia de la fe y la guía divina en las relaciones de nuestros hijos. Isaac declaró la bendición de Dios sobre Jacob antes de partir en busca de una esposa. Esto nos muestra que confiar en Dios y buscar su dirección en las decisiones importantes puede llevar a buenos resultados en las relaciones de nuestros hijos.

Recordemos enseñarle a nuestros hijos sobre la importancia de la fe y cómo confiar en Dios en todo, incluso en sus relaciones. Esto significa hablarles sobre los principios de nuestra fe.

Procuremos animar a nuestra a nuestros hijos a pedir la guía y la dirección de Dios en todas las áreas de la vida, incluidas sus relaciones personales. Esto les enseña a nuestros hijos a confiar en Dios y a buscar su ayuda en momentos importantes de sus vidas, como en las relaciones.

Sobre todo trabajemos en crear un ambiente donde nuestros hijos se sientan cómodos compartiendo sus preocupaciones y buscando orientación espiritual en sus relaciones. Esto les brinda seguridad al saber que siempre pueden confiar en Dios y en nosotros para ayudarles en todas las áreas de sus vidas, incluyendo sus relaciones personales.

El ultimo consejo que dio Isaac a Jacob fue sobre el lugar donde encontraría esposa, en este caso lo envió con la familia de Rebeca por la época esto era permitido, pero aun así aprendemos algo importante. Al igual que Isaac guió a Jacob hacia el lugar adecuado para encontrar esposa, como padres, también podemos orientar a nuestros hijos en la búsqueda de relaciones positivas. Aunque no podemos decidir por ellos, podemos señalarles la dirección y brindarles consejos sobre dónde buscar y qué cualidades valorar en una pareja. Al mostrarles el camino y compartir nuestra sabiduría, les estamos dando las herramientas necesarias para tomar decisiones informadas y encontrar relaciones que sean genuinas y gratificantes para ellos.

Finalmente leemos en la biblia

Esaú se enteró de que Isaac había bendecido a Jacob y de que lo había enviado a Padán Aram a casarse con una mujer de allá. También supo que Isaac le había ordenado que no se casara con una mujer de Canaán. 7 Además se enteró de que Jacob les había obedecido a sus padres y se había ido a Padán Aram. 8 Esaú se dio cuenta de que a su papá, Isaac, no le gustaban las mujeres de Canaán. 9 Aunque Esaú ya tenía dos esposas, fue a donde estaba Ismael, hijo de Abraham, y se casó con su hija Majalat, hermana de Nebayot. Génesis 28.6-9

Aquí, hay un caso que no termino de entender y es que Esaú, cuando se da cuenta de que Isaac aconseja a Jacob, decide buscar esposa entre los hijos de Ismael. Creo que este fue un intento nuevamente desesperado de Esaú por buscar la aprobación de su padre. No sabemos qué efecto tuvo este nuevo matrimonio para la familia, pero sí nos queda claro cómo la lucha de los hermanos por la aprobación y la bendición aún persistía.

Como dijimos al principio, la llegada de terceras personas a la familia marca un período de profunda transformación y desafíos para todos los miembros del hogar. Este cambio en la dinámica familiar puede generar una mezcla de emociones, desde la alegría hasta la ansiedad, a medida que todos se adaptan a los nuevos roles y responsabilidades. Es crucial recordar el principio bíblico de dejar ir y permitir que los hijos establezcan relaciones independientes, al mismo tiempo que se ofrece orientación y apoyo desde una base de respeto, búsqueda de guía divina y promoción de relaciones saludables. Aunque los tiempos y las costumbres pueden haber cambiado, los valores fundamentales de cuidado y orientación parental en las relaciones siguen siendo esenciales en la actualidad.

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