Continuamos con la serie “fe que salva” hemos
hablado del toque de fe, del grito de fe y ahora hablaremos del paso de fe. En esta
ocasión hablaremos de diez leprosos que fueron sanados por Jesús, pero de uno
de ellos en especial que demostró su fe de una manera especial.
Una de las peores tragedias que podían ocurrirle
a las personas de aquella época era enfermarse de lepra, porque aparte de que
la enfermedad era destructiva también era símbolo de pecado, por lo que todo
leproso era exiliado de la comunidad (2 reyes 7.3) y tratado con rechazo, incluso
si era el rey mismo.
20Y le miró el sumo sacerdote Azarías,
y todos los sacerdotes, y he aquí la lepra estaba en su frente; y le hicieron
salir apresuradamente de aquel lugar; y él también se dio prisa a salir, porque
Jehová lo había herido. 21Así el rey Uzías fue leproso hasta el
día de su muerte, y habitó leproso en una casa apartada, por lo cual fue
excluido de la casa de Jehová; y Jotam su hijo tuvo cargo de la casa real, gobernando
al pueblo de la tierra. 2 Crónicas 26. 20-21
En Levítico 13.45 se
nos dice que el leproso no podía ocultar su problema. La cara debía estar expuesta para que los demás lo identificaran claramente, las ropas rasgadas
eran señal de su dolor, y su grito un aviso de su presencia.
Y el leproso en quien hubiere
llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza descubierta, y embozado pregonará:
¡Inmundo! ¡Inmundo!
Lo único que los podía hacer sobrevivir era la
misericordia de los demás (2 reyes 7.4). La biblia dice que estos eran diez
leprosos, por lo que vemos que la única compañía a la que podían aspirar era la
de otro leproso (vea también, 2 reyes 7.3). Habían perdido su familia, su
trabajo, su vida… completamente todo y no tenían forma de recuperarlo pues no había
para ellos ninguna oportunidad. No podían entrar a la ciudad, no podían estar
con su familia, no podían conseguir trabajo, no tenían esperanza alguna.
Era realmente trágica la vida de los leprosos en
el tiempo de Jesús, pero imagine el impacto que pudo haber tenido la noticia en
ellos, cuando supieron que Jesús sanaba leprosos Y él le mandó que no lo dijese a nadie; sino ve, le dijo,
muéstrate al sacerdote, y ofrece por tu purificación, según mandó Moisés,
para testimonio a ellos. 15Pero su fama se extendía más y más; y se
reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades.
(Lucas 5.12-16) esto despertaría en ellos la esperanza de
recuperar su vida nuevamente. Así que sus pies enfermos tuvieron que dar algunos
pasos de fe. Veamos cuales fueron esos pasos.
EL
PRIMER PASO DE FE FUE PARA BUSCAR A JESÚS.
Y al entrar en una aldea, le salieron al
encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos. Lucas 17. 11
Este paso se da cuando reconocemos que no
tenemos otra salida más que ir a Jesús. Los leprosos sabían que no había forma
de poder curarse, así que su única opción era ir a Jesús o ir Jesús. Es posible
que al igual que la mujer de flujo de sangre intentaron de alguna forma poder
curarse pero sin lograr resultados positivos. Tenían que intentarlo, por lo que
comenzaron a dar sus pasos en la búsqueda de Jesús.
El Señor es como un buen pastor que va en busca
de sus ovejas, pero a veces cuando la oveja se siente demasiado perdida tiene
que buscar a su pastor.
En ti confiarán los que
conocen tu nombre, Por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te
buscaron. Salmo 9.10
6Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está
cercano. Isaías 55.6
Tal vez no estamos enfermos de lepra, pero si podemos
identificarnos con las circunstancias que llevaron a estos leprosos a dar pasos
en direcciona Jesús.
Al igual que estos leprosos tal vez no puedes
disfrutar de una vida familia, tu misma familia no quiere estar contigo, o no has
podido formar una familia. Tal vez no puedes tener un trabajo, o cada trabajo
que consigues lo pierdes, la lepra es simbolismo del pecado es posible que
muchas veces pierdes a las personas o lo que tienes por tu pecado, por algún vicio
que no puedes dejar, por un mal carácter que no puedes cambiar, por actitudes
que hacen sentir mal a los demás y terminas siendo rechazado. Tal vez cuando
las personas te ven te rechazan, se ríen de ti, te miran con desprecio.
A veces el mismo rechazo lleva a algunas
personas a juntarse con otras rechazadas,
y por lo regular en vez de ayudarse empeoran su situación, si miras a tu
alrededor puedes analizar con quienes te rodeas y preguntarte ¿Cuál es la razón
por la que los has escogido? es posible que se deba al rechazo de los demás. ¿Qué
puedes hacer cuando todos te rechazan? Dar
pasos hacia Jesús, Él nunca te rechazará.
La biblia dice que salieron a su encuentro, esta
expresión también puede significar “adelantarse” es claro que no podemos adelantarnos al plan
de Dios, porque por lo regular lo arruinamos, pero en este caso ellos no están
haciendo nada solo pidiendo “misericordia” (Lucas 17.13) esta es una actitud de fe, algunas personas
que recibieron un milagro de Jesús simplemente no era su tiempo o se
atravesaron en el momento, como la mujer cananea o sirofenicia a quien Jesús le
dijo que solamente era enviado a los de Israel (Mat. 15.23), o la mujer de
flujo que se atravesó cuando Jesús iba en camino de hacer un milagro para
Jairo.
Tal vez necesitas dar un paso de fe, adelantando
el tiempo de tu milagro, estos leprosos no esperaron que Jesús llegará hasta
donde estaban ellos sino que ellos salieron a encontrarlo, aunque se pusieron a
distancia por causa de su enfermedad quisieron asegurarse de que Jesús los
viera y los ayudara.
EL
SEGUNDO PASO DE FE FUE PARA RECIBIR EL MILAGRO
Cuando él los vio, les dijo:
Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron
limpiados. Lucas 17.14
Ellos dieron pasos hacia Jesús, ahora Jesús les envía
a dar pasos hacia su sanidad, esta parte
de la historia nos da una lección extraordinaria, primeramente el Señor no
tiene que hacer los milagros siempre de la misma manera, no entender esto es
una de las razones por las que más errores se comenten en las iglesias, porque
quieren encasillar el poder de Dios en una regla, y no es así. Los leprosos en
la biblia fueron sanados de diferentes maneras, Naamán sano sumergiéndose en el
Jordán (2 Reyes 5. 10), un leproso fue sanado al ser tocado (Lucas 5.13) y
estos debían caminar. El problema es cuando queremos que Dios haga lo mismo que
hizo en la vida de otro creyente, y nos sentimos frustrados cuando esto no
ocurre. Debe dejar de pensar como el Señor lo hará y comience a dar pasos de fe,
no se pregunte como lo hará simplemente crea que lo hará.
En segundo lugar vemos que no cuestionaron la indicación
del Señor, Jesús los envió a ser analizados por los sacerdotes, los mismos que
los habían declarado antes leprosos. Pero si se podían ver entre ellos es claro
que podían ver la enfermedad y no necesitaban de un sacerdote que los evaluara,
pero ellos dieron el paso de fe hacia la sanidad. La obediencia en la palabra
de Jesús los sanó, ¿Qué hubiera pasado si ellos hubieran cuestionado la indicación
de Jesús? Cuando de el paso de fe delo en la palabra que Jesús le ha dicho, y
cuando esa palabra le parezca extraña no la cuestione créala, es así como
funciona la fe. Pedro no se atrevía a dar pasos de fe sobre el agua hasta que
Jesús le diera la palabra para hacerlo.
Entonces Pedro le respondió: —Señor,
si realmente eres tú, ordena que yo camine también sobre el agua y vaya hasta
donde tú estás. 29 Y Jesús le dijo: — ¡Ven!
De inmediato Pedro bajó de la
barca. Caminó sobre el agua y fue hacia Jesús. Mateo 14.28-29 TLA
Atrévase a dar
pasos de fe aun cuando nada ha ocurrido en su vida, los leprosos caminaron
hacia los sacerdotes no como enfermos sino como sanos, pues iban para que los
declararan sanos. Pero debe dar el paso de fe, en contra de lo que sus ojos
ven, y su corazón siente. Mientras no dé el paso el Mar no se abrirá
Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a
mí? Di a los hijos de Israel que marchen. 16Y tú alza tu vara, y
extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en
medio del mar, en seco. Ex. 14,15-16
Cualquiera esperaría
que el mar se abriera para caminar pero los hijos de Israel tuvieron que
caminar para que el mar se abriera.
Lo tercero que
aprendemos es sobre la paciencia, el milagro no fue instantáneo, caminaban
sintiendo y viendo la enfermedad sobre ellos, pudieron haberse desanimado en el camino, o desesperarse,
pero no fue así. Fueron sintiendo como su cuerpo cambiaba a medida que
avanzaban, es posible que el milagro que esperas no ocurra inmediatamente, pero
no te detengas sigue caminando, es posible que mientras avanzas sigas viendo el
problema, pero no te detengas sigue caminando, es posible que mientras das tu
paso de fe sientas que todo sigue igual pero no te detengas sigue caminado,
cuando menos lo esperas recibirás la respuesta del Señor.
EL
TERCER PASO DE FE FUE PARA AGRADECER EL MILAGRO
15Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió,
glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole
gracias; y éste era samaritano. Lucas 17.15-16
Ellos dieron pasos hacia Jesús, Jesús les envió
a dar pasos hacia su milagro ahora uno de ellos dio pasos de regreso para
agradecerle. Este hombre (ya no leproso) no llegó a donde Jesús lo había enviado,
David Wilkerson dice que los demás decidieron
ir hacia la religión, pero este decidió ir hacia Jesús. Los demás se convirtieron
en esos que andan testificando en las iglesias, pero este se convirtió en un discípulo
de Jesús, lo que es mucho mejor. Los demás recibieron el mismo milagro pero
este tenía el corazón para convertirse en un discípulo, pues regresó
reconociendo quien lo había sanado y agradeciendo por su sanidad.
Respondiendo Jesús, dijo: ¿No
son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? 18¿No
hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? Lucas 17.17-18
Para colmo este era samaritano, que por lo
regular tenían problemas con los judíos, era el que menos pudo haber
agradecido. ¿Cuántos hoy se olvidan del milagro que Jesús ha hecho en su vida? La
biblia nos dice que uno de cada diez no agradece. Todos pidieron misericordia,
pero no todos tenían la misma fe, en las
iglesias y en este mundo muchos claman de la misma manera a Dios, pero no todos
responden al final de la misma forma. Si te vas a atrever a dar los pasos de fe
en tu vida tienes que asegurarte de darlos todos.
Las personas han dejado de ser agradecidas,
muchas veces actúan como si todo lo merecieran, es por esto que no aguantan una
prueba porque cuando ésta viene a sus vidas reclaman y se molestan porque creen
no merecerla.
Matthew Henry en una ocasión que le robaron escribió
en su diario: Primero quiero dar gracias porque
nunca antes me habían robado; en segundo lugar porque así se hayan llevado mi
bolso no me quitaron la vida; en tercer lugar, aunque se llevaron todo lo que
tenía, no era mucho, y en cuarto lugar, porque me robaron a mí y no fui yo el
que robó.
Es posible que sea difícil dar gracias por algo difícil
pero es inconcebible que no se pueda agradecer cuando ocurre un milagro en
nuestra vida. Dar gracias se ha convertido en una simple expresión de labios
pero no una actitud del corazón.
Y le dijo: Levántate, vete; tu
fe te ha salvado. Lucas 17.19
Este hombre dio un paso de fe extra a los de los demás, porque regreso para agradecer y
recibió algo extra, los demás recibieron sanidad pero este recibió la salvación.
Es muy difícil que podamos ver la bendición completa en nuestras vidas si
seguimos tratando los acontecimientos de Dios en nuestras vidas de manera tan
indiferente. Muchos hoy se están perdiendo de la bendición extra del Señor y se
están conformando con recibir lo que pidieron. Dios no solo quiere que recibas
lo que le has pedido, Él quiere darte más, Él siempre tiene algo más para tu vida
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