Orando por discernimiento

 Orando por discernimiento


La semana pasada les hablé sobre algunas señales del fin del mundo, pero hay una en particular que siempre ha llamado mi atención. Ocurre cuando los discípulos le preguntan a Jesús: “¿Cuándo sucederán estas cosas y qué señales habrá de tu venida?” Y su primera respuesta fue: “Mirad que nadie os engañe.”

Aunque esta advertencia se refiere claramente a las falsas ideas sobre el regreso de Cristo, también es una fuerte referencia al tiempo que estamos viviendo hoy. ¿Y qué mayor señal puede haber que el engaño, esa misma raíz que ha sido la causa del mal desde el principio?

El engaño está presente desde el Génesis, cuando la serpiente engaña a Eva, hasta el Apocalipsis, donde se dice que el diablo será desatado para “engañar a las naciones”. Ha sido un elemento que ha estado presente en toda la historia humana.

Por eso lo considero como una oración urgente y también  hablar de cómo estamos viviendo, y de la necesidad de estar conscientes y despiertos. Hay cosas a nuestro alrededor que claramente buscan engañarnos, pero hay otras más sutiles, casi invisibles, que también lo hacen… y aunque parecen inofensivas, nos afectan gravemente con el tiempo.

Vivimos en una era donde lo falso puede parecer real, y lo real puede ser ignorado. Pero el mayor peligro no es solo que otros nos engañen… sino que nosotros mismos nos estemos engañando,  para ser aceptados, reconocidos o amados.

Quiero que la iglesia aprenda a abrir los ojos, aprender a vivir con discernimiento. Porque cuando sabes ver con claridad, no solo detectas el engaño afuera… también te liberas del que nace dentro.


 

El engaño de las redes sociales

Texto base: Proverbios 14:15 – “El ingenuo cree todo lo que le dicen; el prudente examina bien sus pasos.”

Vivimos en una época donde la información en redes sociales se ha vuelto cada vez más difícil de comprobar. Circulan fechas del supuesto "fin del mundo" que solo buscan generar miedo o atraer vistas. Hay remedios que prometen curar enfermedades graves como el cáncer, pero que en realidad pueden ser peligrosos, como el uso del bicarbonato con limón.

También abundan frases de autoayuda que suenan motivadoras pero que, si las analizamos, resultan dañinas, como: “Solo haz lo que te haga feliz, aunque lastimes a otros.” A esto se suman personas que son expuestas en videos virales sin pruebas ni contexto, destruyendo su reputación. Y aunque después se descubra la verdad, el daño ya está hecho.

Incluso el mundo cristiano no está exento de esta manipulación. Se comparten frases que aparentan ser bíblicas pero que contradicen la Palabra o distorsionan la fe. No estoy diciendo que todo lo que se publica esté mal, pero a veces el error es evidente y aún así muchos no lo notan.

Y hay algo que personalmente me indigna: el uso de testimonios cristianos o mensajes bíblicos manipulados. Me pregunto, ¿Cómo puede una persona creyente crear contenido cristiano sabiendo que es falso? Por ejemplo, sigo a una psiquiatra en YouTube y he visto videos donde su voz aparece, pero no es ella quien habla. Tal vez el mensaje no sea malo, pero es una suplantación de identidad. Es mentira, y lo preocupante es que muchos no se dan cuenta.

Lo mismo he visto con figuras como Yesenia Then, Billy Graham y seguramente otros más. Se usan sus nombres e imágenes para decir cosas "bíblicas", pero ¿con qué corazón se puede hacer eso? Aunque el contenido suene bonito, el origen es falso, y la mentira nunca puede ser el camino de la verdad. Lo que nos lleva a lo siguiente.



Ya bastante problema es de por sí lidiar con falsas enseñanzas como para ahora tener que identificar si algo es real o creado con inteligencia artificial.  Pues de  todos los engaños que enfrentamos, quizás el más peligroso es el que parece espiritual pero no lo es. Como se ha dicho en algún momento la mentira es mas peligrosa cuando viene disfrazada de verdad. Como cuando la serpiente engaño a Eva mezclando verdad con mentira.


3. El engaño de la apariencia

�� 1 Samuel 16:7 (NVI)

“El Señor no mira lo que mira el hombre. El hombre mira la apariencia, pero el Señor mira el corazón.”

Siempre ma ha gustado ver mas allá de lo que las personas normalmente ven. Porque el mundo se ha vuelto demasiado falso en muchos sentidos. Hace unos días escuchaba en un noticiero a un doctor que siempre da buenas reflexiones, y decía que mas del 90 % de lo que se publica en redes falso o no es toda la verdad completa.

Vivimos en una cultura digital donde lo que se muestra no siempre refleja lo que se vive. En redes sociales, lo que vemos es solo una parte de la historia, y esa parte está  editada, filtrada, preparada no estamos viendo la vida completa. Y sin darnos cuenta, caemos en la trampa de pensar que “eso” que vemos es la regla o a lo que debemos aspirar.

Proverbios 31:30 "Engañosa es la gracia y vana la hermosura; la mujer que teme al Señor, ésa será alabada."

1 Pedro 3:3-4 "Que la belleza de ustedes no sea externa... sino la del corazón, con un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios."

 

Las personas se comparan con cuerpos que incluso hoy no son reales, claro que la gente puede hacer lo que quiera,  El error no es cuidarse, mejorar o arreglarse. El error es cuando eso se convierte en el centro de valor personal o en un medio de comparación y presión hacia otros. En redes hay relaciones que solo funcionan en fotos, vidas que en realidad están tan vacías como las nuestras cuando intentamos aparentar. Esta comparación constante desgasta el alma, nos hace sentir insuficientes, invisibles o perdidos. Lo que debería ser un medio para conectar, termina siendo una fuente de presión, ansiedad e incluso depresión para muchos.

Muchas publicaciones no estoy diciendo que todas no nacen de un corazón pleno, sino de uno que necesita ser validado. “Mírame, apruébame, dame likes.” Pero eso no es conexión real. Compartimos, no para bendecir o edificar, o para ser nosotros mismos,  sino para sentir que valemos. Y esa es precisamente la raíz del problema: cuando lo externo reemplaza lo interno.

Incluso en lo cristiano se cuela este engaño: versículos fuera de contexto para parecer sabios, fotos de Biblia y café para parecer devotos, frases profundas copiadas de alguien más para parecer espirituales. ¿Por qué lo hacemos? Muchas veces, por inseguridad. Otras, por miedo a no ser suficientes tal como somos.

El problema no son las redes en sí, sino desde dónde viene la intención Cuando mi corazón está sano, compartimos desde la honestidad y la verdad. Cuando está herido o vacío, publicamos para llenar un hueco que solo Dios puede llenar.


El engaño en las relaciones

1 Corintios 13:4-5 "El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor."

El problema es que ese engaño que se da en la vida virtual se lleva a la vida real. Así que también vivimos en una época donde muchos consejos sobre relaciones circulan como si fueran sabiduría, cuando en realidad promueven manipulación emocional. Frases como “Si no te busca, ignóralo para que te extrañe” o “Haz que se muera por ti” suenan “inteligentes”, pero detrás de esas estrategias hay juegos de control, narcisismo, no amor maduro.

Las personas están aprendiendo a fingir, es cierto que en el enamoramiento las personas suelen no mostrar todo lo que son, pero esto es diferente, es manipulación deliberada, El amor verdadero no necesita juegos psicológicos para funcionar. Cuando alguien te ama, no tienes que fingir desinterés para que te valore. No necesitas desaparecer para que te busque. El amor sano no se basa en hacer sufrir al otro para “probar” algo. Las personas están perdiendo la esencia de como se debían llevar las relaciones.

Además, muchas relaciones hoy en día nacen desde el miedo a estar solos, desde vacíos no resueltos o heridas del pasado, y no desde una identidad completa. Esto lleva a vínculos tóxicos: celos disfrazados de pasión, control disfrazado de cuidado, dependencia disfrazada de amor. Si algo es necesario para establecer una relación es tener claro que la persona ha sanado su vida en lo mas posible. Todos llevamos marcas de la vida pero hay quienes no son conscientes de ellas o no les interesa resolverlas. Esperan que la otra persona sea quien cargue con ellas. Y eso es desgastante.


Romanos 12:9 – “El amor sea sin fingimiento.”

El verdadero amor no es manipulador, sino edificante. No se basa en el miedo, sino en la verdad y el respeto.


 


Después de ver todo esto, ¿No le parece que hoy la iglesia debe orar mas que nunca? Si estamos rodeados de tantas formas de engaño —algunas evidentes, otras sutiles, y otras incluso disfrazadas de espiritualidad—, la oración ya no es solo una parte de nuestra "rutina" cristiana es una necesidad vital de la iglesia.

Jesús mismo advirtió: "Velad y orad para que no entréis en tentación." Y en este tiempo, una de las mayores tentaciones es vivir dormidos, creyendo lo que todos creen, aceptando lo que todos aplauden, dejando que nuestro valor lo definan los “likes”, o que nuestras relaciones de nuestros hijos se construyan desde vacíos y no desde el amor verdadero.

Porque solo en la presencia de Dios podemos ver con claridad. Solo ahí podemos dejar de vivir engañados por lo que el mundo impone, por lo que otros proyectan, o por las mentiras que a veces incluso nosotros mismos nos repetimos.

En un tiempo donde muchos se están perdiendo por seguir apariencias, necesitamos orar para mantenernos firmes en la verdad. En un tiempo donde lo espiritual también se está distorsionando, necesitamos orar para que el Espíritu Santo nos mantenga despiertos. Y en un tiempo donde el amor se ha vuelto un juego de manipulación, necesitamos orar para amar desde un corazón sano.


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