Amor Caída y Redención

Amor Caída y Redención


De las parejas de la Biblia, la que yo considero que tiene la historia más dramática y compleja de todas es la de Oseas y Gomer. Aun cuando la historia de su relación es inusual, el trasfondo de ella nos da algunas de las lecciones más importantes de la vida.

Y es que la historia de Oseas y Gomer es realmente impactante, precisamente porque lleva el concepto de amor y perdón a un extremo que resulta difícil de comprender para muchos. Es un amor que va más allá de lo que normalmente estamos dispuestos a ofrecer o recibir en nuestras relaciones cotidianas. Estamos acostumbrados a vivir el perdón como algo que se otorga solo cuando la otra persona se lo merece o cuando reconoce sus errores, pero no a darlo a alguien que falla una y otra vez.

La historia de Oseas y Gomer está vinculada a la relación de Dios con Israel, pero no deja de ser la vida del profeta la que está viviendo esta historia. Por lo tanto, Oseas es un modelo de amor y perdón que muchos debemos admirar.

Así que veamos algunas lecciones que nos puede dar la historia de Oseas.


 

El amor es una decisión y no solo un sentimiento.

"El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas. Dijo Jehová a Oseas: Ve, tómate una mujer fornicaria, e hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose de Jehová. Fue, pues, y tomó a Gomer, hija de Diblaim, la cual concibió y le dio a luz un hijo." (Oseas 1:2-3)

Seguramente después podríamos dar un tema sobre la fidelidad y obediencia de Oseas, la cual es tan firme como el llamado de Noé de construir un arca colosal o el de Abraham de sacrificar a su hijo. El llamado de Oseas es de esas situaciones en las que, desde una perspectiva humana, es ilógico lo que Dios nos pide.

Pero en muchos sentidos, la vida cristiana lleva esta marca en la que vivimos perdonando, bendiciendo y orando por quienes nos incomodan. Aunque el llamado de Oseas parecía ilógico, su vida fue una forma en la que Dios nos pudo revelar de manera más clara un amor más profundo.

Aquí hay algunas cosas que debemos tener presentes: Oseas sabía desde el principio que Gomer era una mujer con un pasado difícil y que su relación no sería fácil. Aun así, decidió casarse con ella porque tenía claro a lo que se enfrentaba.

Las relaciones funcionan mejor cuando van más allá del enamoramiento y llegan a un amor consciente. En una relación, es importante ser consciente de los errores y la historia de la otra persona. Obviamente, esto no significa justificarlos, pero sí es fundamental entrar en la relación con los ojos abiertos y sin idealizar. Oseas sabía qué tipo de persona era ella y a lo que se enfrentaría.

Esto nos da algunos consejos clave, como: no ignorar las señales de advertencia desde el inicio. Comprender los defectos de la otra persona nos ayuda a tomar decisiones con madurez. Amar a alguien no significa ser ingenuo o pensar que todo será fácil.

Es probable que, al principio, Oseas no sintiera un amor emocional por Gomer, ya que ella había sido infiel y su vida no era de buena reputación. Sin embargo, a medida que avanzaba la historia y Oseas continuaba cumpliendo con el mandato de Dios, probablemente desarrolló un amor más profundo hacia ella, movido por su compromiso y obediencia a Dios.

Si hay algo que se debe aprender de aquel tiempo es esto: aprender a amar a las personas. Cuánto más debería esto aplicarse hoy, cuando puedes casarte con la persona por la que sientes amor.

Dios no le pidió a Oseas que buscara una mujer "perfecta" o que lo amara incondicionalmente desde el inicio. Le pidió que tomara a Gomer, conociendo su pasado y, sobre todo, su tendencia a la infidelidad.

En las relaciones, a veces esperamos que la otra persona sea "ideal" antes de comprometernos. Pero Oseas nos recuerda que nadie es perfecto y que el amor verdadero implica aceptar y amar incluso con defectos. Por supuesto, esto no justifica el mal comportamiento ni significa que debamos tolerar todo tipo de actitudes dañinas, pero sí que el amor duradero requiere compromiso más allá del sentimiento inicial.


El amor puede ser puesto a prueba.

"Porque su madre se prostituyó; la que los dio a luz se deshonró. Pues dijo: Iré tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida." (Oseas 2:5)

Y pasó lo que podríamos haber pensado que ocurriría: Gomer regresó a su vida pasada. Dejó a Oseas y volvió a su antigua vida, dejando incluso a sus hijos. Piense por un momento que, al tener hijos, podía parecer que todo ya se había estabilizado en la vida de ellos, pero no fue así, por lo que seguramente, para Oseas, fue un impacto difícil.

En un estudio que hice, hablo de las tres fases de la infidelidad con el fin de que quien la llegue a vivir logre superarla.

Creo que estas fases son las que posiblemente Oseas enfrentó. La primera, como en todas las crisis, es la conmoción. Una infidelidad puede ser muy dolorosa; cuando se habla de un corazón roto no se está solamente haciendo una analogía, sino que puede ser una realidad en las personas. Pueden llegar hasta a perder el sentido después de un caso así.

Con esto también viene la etapa de lucha, la cual, en este caso, fue incontable: luchas de la pareja, luchas personales de cada uno de ellos, luchas familiares, luchas con la sociedad. Todas estas crisis hacen que sea más complicado poder llegar a un punto de sanidad, pero no imposible.

Después de eso viene el proceso de evaluación. Para esto, quienes lo experimentan tienen que llegar a un punto estable para poder evaluar con los pies sobre la tierra y objetivamente. El proceso de evaluación es responder a la pregunta de si realmente están dispuestos a continuar la relación. Esta respuesta puede variar en cada pareja. Las parejas pueden enfrentar estas crisis de diferentes formas, tanto las que deciden no continuar como las que deciden seguir adelante.

Lo que nos lleva a la siguiente lección...


El amor puede redimir, pero necesita compromiso.

La historia de Oseas no termina con la partida de Gomer, sino que Oseas inicia un proceso de restauración:

"Por tanto, he aquí, yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón." (Oseas 2:14)

Este versículo nos habla del proceso de restauración: "Yo la atraeré." Esto significa que, en un proceso de sanidad, alguien debe dar el primer paso, crear oportunidades para la reconciliación, no esperar, sino actuar.

No puede ser un regreso forzado, sino un acto de amor y restauración.

Después dice: "Y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón." Esto nos habla de un proceso, un desafío. No es fácil cuando se trata de restaurar una relación herida; retomar la vida después de ese punto puede ser imposible para algunas relaciones.

Luego dice: "Y hablaré a su corazón." No se trata solo de hablar, sino de conectar emocionalmente con el otro. Se necesita restaurar una conexión que ya no existe o que ha sido lastimada. Esto habla de la comunicación en la pareja, donde es necesario ser total y completamente sinceros para llegar a acuerdos saludables para ambos.

"Entonces la compré para mí por quince siclos de plata y un homer y medio de cebada." (Oseas 3:2)

Este es uno de los versículos más memorables de la Biblia porque representa el cuadro de nuestra redención. Dios no solo nos creó, sino que nos compró; somos doblemente suyos, por ser nuestro Creador y nuestro Dueño.

Este acto va más allá del perdón. Recuperar el amor muchas veces tiene un precio que muy pocos están dispuestos a pagar.

"Me dijo: Tú estarás conmigo muchos días; no fornicarás, ni tomarás otro varón, lo mismo haré yo contigo." (Oseas 3:3)

Si hay heridas en una relación, no se sanan de la noche a la mañana. Se necesita tiempo, compromiso y acuerdos claros para reconstruir la confianza.

Como ya dije, no se trata solo de volver y ya. En este caso, la Biblia nos muestra que Oseas estableció límites claros y específicos para que la relación pudiera funcionar. En toda relación, cada individuo debe tener claro lo que espera de ella y lo que está ofreciendo. Si no se logra llegar a un acuerdo en este punto, es difícil que la relación sane.

La historia de Oseas y Gomer termina en redención. No es la pareja ideal, pero sin duda es una de las que más muestra el poder del amor en una relación.

Es importante concluir que el amor es una decisión, pero eso no significa tolerar lo intolerable. Algunas personas pierden su valor, estima y hasta su dignidad por tratar de recuperar lo irrecuperable. Restaurar no es lo mismo que permitir abusos o ser ingenuos ante la falta de cambio.

Es por eso que el final de Oseas nos muestra reglas claras para ellos.

El perdón y la restauración son procesos, no sucesos inmediatos. No todas las historias terminan como la de Oseas y Gomer, pero, independientemente de eso, el perdón siempre es necesario para sanar.

La restauración es posible solo cuando hay arrepentimiento y un esfuerzo mutuo por cambiar.

Oseas nos enseña que el amor verdadero es valiente y sacrificial, pero también sabio. No se trata solo de insistir en una relación, sino de hacer lo correcto con amor y sabiduría.


Pastor César Domínguez

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